Título: Frecuencia Júpiter.
Autor: Martha Riva Palacio Obón.
Sinopsis: Emilia está en el limbo. Para armar el relato de sus dieciocho años acude a las instantáneas que conforman su memoria: su abuela postrada para rezar. Ella misma sentada en las piernas de un sacerdote. El día que conoció a Matías. La noche en que logró escuchar a Júpiter. Emilia quiere salir del coma, pero su única vía de contacto con el exterior es también su mayor fobia: una mariposa. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: SM de Ediciones, S. A. de C. V.
¿Qué les puedo decir? Los libros cortos son a veces lo que necesito para descansar un poco de otros "tabiques" que leo de vez en cuando. Cuando salió esta novela, fue un boom porque había ganado un premio, así que no quise comprarla (gran ironía, sí...); sin embargo, en un arranque posterior la adquirí y aunque pensaba dejarlo para mucho después, se convirtió en mi julio de los #12mesesleyendo, así como una parte del Maratón de Lectura del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Emilia camina por la ciudad, pero al mismo tiempo, sabe que no es así. Está en unas calles que, aunque ha visto toda su vida, no le están dando buena espina. Poco a poco, con ayuda de algo que teme profundamente, va recordando quién era, cómo era, y lo que la llevó a esa situación tan extraña.
Por desgracia, lo que le pasa a Emilia se está haciendo común... No, no aquella rara vivencia en la cual deba confiar en una criatura que le asusta para salir de ella. Lo que la lleva a estar en una rara versión de su ciudad es una cosa terrible, una cadena de acciones que se ve cada vez más en la sociedad, pero de la que Emilia apenas sabe algo. Se dedica a recorrer lo más importante de su vida, intentando llenar los huecos en su memoria tras el repentino suceso que, luego de un tiempo, sabe que la ha dejado en coma. ¿Pero logrará despertar? ¿Y de verdad algo tan inocente y (para ella) repugnante como una mariposa le ayudará?
Esta clase de historias me hace preguntarme hacia dónde vamos. Sí, el porqué la gente toma ciertas decisiones, o no se decide por una cosa, o por qué acaba haciendo algo que no debería. Hay un montón de cosas que Emilia pudo haber hecho mejor, o por lo menos no de forma tan desesperada, pero al final, todos sabemos que los humanos no somos islas, lo que hacemos puede afectar a otros de una forma u otra, y eso pasa en el caso de esta chica, aunque por fortuna (quizá), ella no causa la mayor desgracia de la historia.
Cuando llegué al final, no me decidía si la novela me gustó o no. El estilo es interesante; la narración, coloquial y cercana a una, pero no acabé de entender el destino final de Emilia. Quizá es algo demasiado metafórico para captarlo a la primera (y más mentes como la mía, que en ocasiones son demasiado literales), pero es lo que me echa a perder todo lo demás. Lo siento, es que soy una fiel creyente de que si el final encaja con todo, no hay más qué decir y aquí... Pues no, me quedé con dudas. Eso no me parece del todo lindo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Emilia camina por la ciudad, pero al mismo tiempo, sabe que no es así. Está en unas calles que, aunque ha visto toda su vida, no le están dando buena espina. Poco a poco, con ayuda de algo que teme profundamente, va recordando quién era, cómo era, y lo que la llevó a esa situación tan extraña.
Por desgracia, lo que le pasa a Emilia se está haciendo común... No, no aquella rara vivencia en la cual deba confiar en una criatura que le asusta para salir de ella. Lo que la lleva a estar en una rara versión de su ciudad es una cosa terrible, una cadena de acciones que se ve cada vez más en la sociedad, pero de la que Emilia apenas sabe algo. Se dedica a recorrer lo más importante de su vida, intentando llenar los huecos en su memoria tras el repentino suceso que, luego de un tiempo, sabe que la ha dejado en coma. ¿Pero logrará despertar? ¿Y de verdad algo tan inocente y (para ella) repugnante como una mariposa le ayudará?
Esta clase de historias me hace preguntarme hacia dónde vamos. Sí, el porqué la gente toma ciertas decisiones, o no se decide por una cosa, o por qué acaba haciendo algo que no debería. Hay un montón de cosas que Emilia pudo haber hecho mejor, o por lo menos no de forma tan desesperada, pero al final, todos sabemos que los humanos no somos islas, lo que hacemos puede afectar a otros de una forma u otra, y eso pasa en el caso de esta chica, aunque por fortuna (quizá), ella no causa la mayor desgracia de la historia.
Cuando llegué al final, no me decidía si la novela me gustó o no. El estilo es interesante; la narración, coloquial y cercana a una, pero no acabé de entender el destino final de Emilia. Quizá es algo demasiado metafórico para captarlo a la primera (y más mentes como la mía, que en ocasiones son demasiado literales), pero es lo que me echa a perder todo lo demás. Lo siento, es que soy una fiel creyente de que si el final encaja con todo, no hay más qué decir y aquí... Pues no, me quedé con dudas. Eso no me parece del todo lindo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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