sábado, 29 de abril de 2023

Tinta a la Carta CXV: Cena en tres tiempos

~Entrada~

C de Cadáver

(Sue Grafton)

—Mi familia piensa que me falta un tornillo.

—Claro, por eso recurres a mí y no a tu familia.

—Gracias —dijo en voz muy baja.

Me enlazó el brazo con el suyo y me lo quedé mirando. La cara se le había vuelto de color rosa y tenía lágrimas en los ojos. Se las enjugó de cualquier manera, sin mirarme. Me di cuenta por primera vez de lo joven que era. Un niño, un niño destrozado, confuso y muerto de miedo.

Nos dirigimos sin prisas hacia mi coche y advertí que algunos curiosos nos miraban y volvían la cara con lástima y aprensión. Me entraron ganas de pegarle a alguien.

 

~Plato Fuerte~

El diablo puede llorar

(Sherrilyn Kenyon)

—Sácame de aquí, Katra. Ahora mismo.

—No puedo.

—En ese caso, espero que seas capaz de vivir con la exterminación de la raza humana en tu conciencia. —Señaló el sofá con el dedo pulgar—. Yo me sentaré ahí hasta que todo haya acabado. ¿Tienes algunas películas buenas con las que pueda entretenerme? Me ayudarán a no escuchar sus gritos suplicando clemencia. Sobre todo los de los niños. Suelen ser los más duros de pasar por alto.

Sus palabras le llegaron a lo más hondo y afectaron su parte más humana. Ver a un niño sufrir le resultaba insoportable. Sin estaba jugando sucio y dolía.

—Me dan ganas de matarte.

La expresión de Sin se tensó.

—Ponte a la cola. Tu madre está antes.

 

~Postre~

Wires and Nerve

(Marissa Meyer y Doug Holgate)

Siempre me ha fascinado el concepto de los sueños.

Los androides no pueden soñar, así que me paso mucho tiempo pensando cómo debe sentirse eso. Pensamientos que no pueden controlarse…

—Bien, y aquí comienza. No sucede nada en los próximos veinte minutos. Pero observa…

Los deseos del subconsciente que surgen solo mientras duermes…

—Espera, ¿esos eran más mutantes? Esto sucedió luego de que Iko les disparara.

—No creo que sean los mismos que te atacaron. Quizás estos sean refuerzos.

—Pero ¿cómo llegaron aquí? ¿Y a dónde fueron? La manzana entera estaba rodeada.

Fantasías enterradas que son imposibles de ignorar.

Esto se siente como en un sueño. No hay lógica. No hay una razón para este deseo.

—Espera. Regresa. Estoy seguro de que esa puerta estaba cerrada. Cress, ¿puedes saber a dónde conduce esa puerta?

—Déjame revisar los planos.

Y aun así, el deseo sigue allí.


Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 26 de abril de 2023

Describiendo a... (CCLXIV)

Título: Neverwhere (en el idioma original, igual).

Autor: Neil Gaiman.

Sinopsis: [...] Richard Mayhew, un joven londinense con una vida ordinaria que cambia para siempre cuando se sumerge a través de los intersticios de la realidad en el subsuelo de Londres. Allí, como debajo de cada gran ciudad, existe un mundo desconocido e invisible, plagado de seres extraños, en el que sobrevivir dependerá de abrir las puertas adecuadas. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 22 de abril de 2023

Tinta a la Carta CXIV: Merienda en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Renace el fénix
(John J. Nance)
—Roy, estoy… petrificada. Han logrado transformar la solvencia en un desastre financiero. Yo preparé este asunto para que tuvieran pagos bajos y alta seguridad y pudieran sobrevivir a tres años de pérdidas cuantiosas.
—Hay más, Elizabeth.
—¿Qué más? —”No es posible”, pensó.
—Si declaran que no hemos cumplido con los pagos, pueden cancelar el arrendamiento de las aeronaves.
Elizabeth escudriñó los ojos de Ron Lamb y vio desesperación y arrepentimiento. Él había cometido un error gigantesco al confiar en la persona equivocada como director financiero y ahora quería que ella resolviera el problema con un movimiento de su varita mágica.
—Elizabeth, sé que es una tarea titánica, y confieso que te presenté un panorama más optimista. En este momento hay casi dos mil personas que trabajan para la compañía y confían en nosotros. Por eso te necesito. Te necesitamos. Por favor, no huyas.
—Está bien, Ron. Lo primero que debemos hacer es modificar el financiamento, pero no será fácil.
 
~Entrada~
El soñador desconocido
(Laini Taylor)
¿La Ciudad Oculta aún estaba en pie? ¿Su gente aún vivía? ¿Qué había ocurrido doscientos años atrás? ¿Qué había ocurrido quince años atrás? ¿Qué poder era capaz de borrar un nombre de las mentes del mundo?
Lazlo quería ir y averiguarlo. Ése era su sueño, audaz y magnífico: ir allá, a medio mundo de distancia, y resolver los misterios por sí mismo.
Era imposible, desde luego.
Pero ¿cuándo eso ha impedido que un soñador sueñe?
 
~Plato Fuerte~
Vida de Pi
(Yann Martel)
Soltó un rugido y arañó el aire. Pero no saltó. Quizás no temiera el mar cuando el hambre y la sed lo llevaran a la locura, pero de momento, tenía que aprovechar el temor que le tenía.
¡PRIIIIII! ¡PRIIIIII! ¡PRIIIIII! ¡PRIIIIII! ¡PRIIIIII! ¡PRIIIIII!
Retrocedió y se tiró al fondo del bote. La primera sesión de adiestramiento había acabado. Había sido un éxito rotundo. Dejé de pitar y me desplomé encima de la balsa, sofocado y agotado.
Y asi acaeció:
Plan Número Siete: Mantenerlo Vivo.
 
~Postre~
Bajo la misma estrella
(John Green)
—¿Qué pasa aquí? —preguntó la mujer de mediana edad un segundo después de que yo hubiera tomado la foto—. ¡Por todos los…!
Se calló.
—Señora —le dijo Augustus saludándola con la cabeza—, un ciego acaba de lanzar huevos al coche de su hija merecidamente. Por favor, entre en su casa y cierre la puerta o nos veremos obligados a llamar a la policía.
La madre de Mónica dudó un momento, pero cerró la puerta y desapareció. Isaac lanzó los últimos tres huevos a toda prisa, uno detrás del otro, y Gus lo acompañó de vuelta al coche.
—Ya ves, Isaac. Si le quitas (ahora llegamos al bordillo) el sentimiento de legitimidad, si le das la vuelta a la tortilla para que crean que están cometiendo un delito por mirar (unos pasos más), les llenas el coche de huevos, se quedarán confundidos, asustados y preocupados, y se limitarán a volver a sus (tienes la manilla justo delante) desesperadas y silenciosas vidas.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 19 de abril de 2023

Describiendo a... (CCLXIII)

Título: Boneshaker (en el idioma original, igual).

Autor: Cherie Priest.

Sinopsis: Durante la guerra civil, el inventor Leviticus Blue creó un ingenio capaz de atravesar el hielo de Alaska, donde se rumoreaba que se había encontrado oro. Nació así la increíble máquina taladradora Boneshaker. Sin embargo, la Boneshaker no funcionó bien, y destruyó el centro de Seattle [...]. Pasan dieciséis años, y un muro rodea la tóxica y devastada ciudad. Al otro lado vive la viuda Briar Wilkes, con una reputación arruinada y un hijo, Ezekiel. El joven se embarca en una cruzada secreta y su búsqueda lo llevará tras el muro [...]. Y solo Briar puede salvar a su hijo. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 15 de abril de 2023

Tinta a la Carta CXIII: Comida en cinco tiempos

~Aperitivo~
Los dominios del ónix negro. La unión
(Adriana González Márquez)
—¡Nadie te pidió que te conectaras conmigo!
—¡Lórimer lo hizo, por si ya se te olvidó!
—¡Bien, bien! ¡Como sea! ¡Gracias por salvar mi espíritu y todo eso! —exclamó, sacudiendo las manos como si tratara de restarle importancia a sus palabras, pero yo supe que ese agradecimiento le había costado gran parte de su ego, así que iba a tomarlo como algo bueno—. Pero eso no aclara nada. ¿Por qué ahora? ¿Por qué después de mi conexión? ¡Por todo lo que es sagrado! […] ¿Y si no logramos controlarlo? ¿Y si tengo que estar escuchándolos por el resto de mi vida? ¿Matheo con sus estúpidos comentarios sarcásticos? ¿Erick y sus obscenas y empalagosas confesiones románticas? ¡Iiiiiuuuu! —gritó como típica niña mimada—. ¿Y si nos escuchamos cuando estemos con… cuando estemos haciendo…?
—¡Ya captamos el concepto! —la interrumpió Matheo, alzando una mano, y fue entonces que me di cuenta de que los cuatro habíamos palidecido.
—Tenemos que aprender a controlar estos estúpidos nuevos poderes —repetí, sintiendo que me faltaba el aire.
 
~Entrada~
Los Borodin V. Ira y deseo
(Christopher Nicole)
A pesar del aire frío, Gregory se había olvidado de ponerse los guantes y tuvo que esperar a que la muchacha, con movimientos lentos, se quitara el suyo para estrecharle la mano. Pero le agradó la espera, pues tuvo la oportunidad de examinarla. Jamás había visto a una mujer tan elegante y, mucho menos, había esperado que se la presentaran. Por cierto, tanto su tía Ilona como su propia madre siempre habían destacado como las mujeres mejor vestidas de Rusia, pero él las veía viejas a ambas y, además, él nunca había salido de su patria y, por lo tanto, no podía hacer comparaciones con las mujeres que pudiera ver en el extranjero. En Londres, la gente estaba desalentada y modestamente vestida, tal como la había visto en Leningrado. Pero en aquella joven se manifestaba el lujo y la tradicional belleza de los Borodin, así como una desbordante femineidad, resaltada por cierta seriedad madura […].
Para Gregory, esa mujer constituía el ejemplar perfecto de la degeneración burguesa estadounidense. […]
 
~Plato Fuerte~
El prisionero del cielo
(Carlos Ruiz Zafón)
—Usted no ha hecho nada, Martín.
—No me conoce usted, Fermín. Ni falta que le hace. En lo que usted tiene que concentrarse es en escapar de aquí.
—Esa es la otra cosa que quería preguntarle. Tengo entendido que tiene usted un método experimental en desarrollo para salir de este orinal. Si le hace falta un conejillo de Indias magro de carnes pero rebosante de entusiasmo, considéreme a su servicio.
Martín lo observó pensativo.
—¿Ha leído usted a Dumas?
—De cabo a rabo.
—Ya tiene usted pinta. Si es así, ya sabrá por dónde van los tiros. Escúcheme bien.

~Entremés~
Cazadores de Sombras. Las Crónicas de Magnus Bane
(Cassandra Clare & Sarah Rees Brennan & Maureen Johnson)
Magnus era el Gran Brujo de Brooklyn, y llevaba siglos siendo poderoso más allá de los sueños, no solo de los mundanos, sino también de la mayoría de los subterráneos. Magnus no necesitaba ninguna protección y nadie había pensado nunca en ofrecérsela, y jamás, desde luego, un cazador de sombras. Lo mejor que se podía esperar de los cazadores de sombras, si se era un subterráneo, era que te dejaran en paz. Que él pudiera recordar, nadie había intentado protegerlo desde que, de niño, había tenido que buscar la fría piedad de los Hermanos Silenciosos. Eso había sido hacía mucho tiempo y en un país lejano. Y Magnus nunca había querido volver a ser tan débil. Sin embargo, ver a Alec saltar a defenderlo le hizo sentir una punzada en el centro del pecho, dulce y dolorosa a la vez.
 
~Postre~
Memorias del Águila y del Jaguar. El reino del dragón de oro.
(Isabel Allende)
El joven no conocía la verdadera razón del viaje, que era más importante que las plantas curativas o su iniciación como lama superior. Su maestro no podía revelársela, tal como no podía hablarle de muchas otras cosas. Su papel era guiar al príncipe en cada etapa de su largo aprendizaje, debía fortalecer su cuerpo y su carácter, cultivar su mente y poner a prueba una y otra vez la calidad de su espíritu. Dil Bahadur descubriría la razón del viaje al Valle de los Yetis más adelante, cuando se encontrara ante la prodigiosa estatua del Dragón de Oro.

Con mis agradecimientos a Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

jueves, 13 de abril de 2023

Describiendo a... (e-CXIII)

Título: Yo, Simon, Homo Sapiens (en el idioma original, Simon vs. The Homo Sapiens Agenda).

Autor: Becky Albertalli.

Sinopsis: [...] Simon ha hecho lo impensable: ceder al chantaje de Martin. O Simon se las ingenia para que su amiga Abby salga con Martin o este… le hablará a todo el mundo de los correos electrónicos. De los correos electrónicos que Simon, escondido tras un seudónimo, intercambia con un tal Bluegreen, que es el chico más divertido, desconcertante y adorable que Simon ha conocido nunca. Y es que Simon, pese a su afición al teatro, prefiere no exponer a los focos su identidad sexual… al menos de momento. Sin embargo, seguirle la corriente a Martin no será la solución a sus problemas, sino más bien el comienzo de un enorme embrollo. [...] (Extracto de la introducción).

sábado, 8 de abril de 2023

Tinta a la Carta CXII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Alas sobre Delft
(Aubrey Flegg)
La embargó el nerviosismo; era difícil de explicar. Sabía lo que todos esperaban —era parte de la conspiración—: el retrato de una heredera en la víspera de su matrimonio. Era algo que no podía tolerar, pero ¿cómo decirlo sin ofender?
—Por supuesto, maestro, pero ¿cómo expresarlo?… No quiero ser retratada como una gran dama, con el aspecto de tener un limón en la boca. —Las cejas del maestro volvieron a arquearse, por lo que decidió darse prisa—. ¿Recuerda su retrato del vagabundo en la puerta Begijnhof? Adoro a aquel anciano, está vivo. Yo también quiero vivir en mi retrato. Pínteme tocando el laúd o mirando por el telescopio que padre y yo estamos construyendo. Nadie quiere mirar a Louise Eeden sentada rígida como un loro disecado. Déjeme ser, simplemente, «la chica del vestido verde».
  
~Entrada~
Contra el viento del norte
(Daniel Glattauer)

Dos horas después

Fw:

Querida señora Rothner:

¿Lo hace usted adrede? ¿O se ha abonado a los días malos?

Reciba un cordial saludo,

Leo Leike

 

15 minutos después

Re:

Querido señor Leike:

Ahora sí que me sabe fatal. Por desgracia, tengo un defecto crónico «ei», mejor dicho, «e» delante de «i». Cuando escribo deprisa y viene una «i», se me escurre siempre una «e». Lo que sucede es que las yemas de mis dos dedos corazón se hacen la guerra en el teclado. La izquierda siempre quiere ser más rápida que la derecha, pues soy zurda de nacimiento y en el colegio me invirtieron la polaridad. Hasta hoy, la mano izquierda no me lo ha perdonado. Siempre mete una «e» con la yema del dedo corazón antes de que la derecha pueda poner una «i». Disculpe la molestia, (probablemente) no volverá a ocurrir.

Que tenga una buena tarde,

E. Rothner

 

~Plato Fuerte~

El disco del tiempo

(María García Esperón)

Nuria frunció el ceño. Mejor eliminar los mensajes. ¿Qué sabía ella del Disco de Festos? Lo mismo que sabía de la piedra del Sol o de la pirámide de Keops. Nada, menos que nada. Hasta hacía unos minutos, ni siquiera sabía que existía. No era una estudiante de arqueología, sino de informática. ¿Y por qué iba a interrumpir sus estudios, de buenas a primeras, para meterse en tres aviones y aparecer en la isla de Creta?
—No confíes en desconocidos —le había dicho su padre hasta la saciedad—, las cárceles están llenas de inocentes que cayeron ahí por haber confiado.
Estuvo a punto de borrar los mensajes. De tratar de olvidarlos. Pero algo más fuerte que su precaución le hizo buscar el número de la línea aérea para confirmar que estuviera su reservación. Sí estaba; a nombre de Nuria Fuentes. Mexicana. Estudiante de Informática. Veinte años.
 
~Postre~
Bestias de la noche
(Tochi Onyebuchi)
Sacudo mis manos y me vuelvo para enfrentar a la bestia del pecado muerta. Lentamente, se convierte en bruma y se disuelve poco a poco, miembro por miembro, hasta formar un estanque negro de alquitrán en el suelo de mármol. La sustancia de tinta oscura comienza a arremolinarse, más y más rápido, hasta que se precipita hacia mí.
Odio esta parte.
Me pongo en cuclillas y abro la boca mientras los restos de la inisisa nadan a través de mi garganta. Quema. Tengo que cerrar los ojos. Cada vez. Y cada vez parece que durará para siempre. La tristeza que rasga mi piel. La culpa que se apodera de mi mente. El frío que perfora los huesos y congela mi médula. Y quiero gritar, pero mi garganta está llena de pecado, y el momento se estira como un trozo de goma que se jala y tira hasta que finalmente revienta.
Y estoy de vuelta.

Con mis agradecimientos a Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

jueves, 6 de abril de 2023

Describiendo a... (e-CXII)

Título: Jules (en el idioma original, igual).

Autor: Didier van Cauwealert.

Sinopsis: Zibal es un genio un tanto particular. [...] sus descubrimientos científicos podrían haberle reportado una existencia desahogada; sin embargo, una serie de hechos desafortunados le han obligado a ganarse la vida vendiendo macarons en el parisino aeropuerto de Orly. Un día aparece por su puesto Alice, una joven y encantadora invidente, acompañada por su perro guía, Jules [...]. Alice va a tomar un avión para someterse a una operación que le permita recuperar la vista. La intervención resulta un éxito, pero para [...] Jules será el comienzo de una tragedia ya que lo asignan a otro invidente que lo maltrata.  Jules huye y busca refugio en Zibal con el objetivo de que le ayude a encontrar a Alice. [...] (Extracto de la introducción).

sábado, 1 de abril de 2023

Tinta a la Carta CXI: Desayuno en tres tiempos

~Entrada~
La caja de Navidad
(Richard Paul Evans)
Mis amigos románticos, aquellos en particular que creen en Santa Claus, especulan con el hecho de que la ornamentada caja marrón de Navidad fue decorada por el propio San Nicolás en persona a partir del tronco del verdadero primer árbol de Navidad, venido desde las frías nieves de diciembre hace tanto tiempo. Otros creen que fue hábilmente grabada y pulida con la dura y reseca madera en cuya áspera superficie el Señor de la Navidad demostró por última vez su amor a la humanidad. Mi mujer, Keri, sostiene que la magia de la caja no tiene nada que ver con ningún elemento físico, sino con el contenido que se halla escondido entre sus bisagras de latón en forma de hojas de acebo y sus hebillas de plata. Cualquiera que sea la verdad acerca del origen de la magia de la caja, es su vaciedad lo que yo atesoro primordialmente, así como el recuerdo de la Navidad en la que la caja llegó hasta mí.
 
~Plato Fuerte~
El cascanueces y el rey de los ratones
(E. T. A. Hoffmann)
—Hija mía: tú dominas más que ninguno de nosotros, tú has nacido princesa, como Pirlipat, y reinas en un lugar hermoso y brillante. Pero tienes que sufrir mucho si quieres proteger al pobre y desfigurado Cascanueces, pues el rey de los ratones lo ha de perseguir de todos modos y por todas partes. Y no soy yo quien puede ayudarle, sino tú; tú sola puedes salvarle; sé fuerte y fiel.
Ni Marie ni ninguno de los demás supo lo que quería decir Drosselmeier con aquellas palabras. Al consejero de Sanidad le molestaron tanto que, tomando el pulso al magistrado, le dijo:
—Querido amigo, usted padece de congestión cerebral; voy a recetarle algo.
La madre de Marie movió la cabeza, pensativa, y dijo:
—Yo me imagino lo que el magistrado quiere decir, pero no lo puedo expresar con palabras comunes.
 
~Postre~
Las brujas
(Roald Dahl)
—Nadie la vio moverse. Tanto si estaba fuera, dando de comer a los patos, como si estaba dentro, mirando por la ventana, siempre estaba inmóvil, era solo una figura pintada al óleo. Era todo muy raro —dijo mi abuela—. Rarísimo. Y lo más raro de todo era que, a medida que pasaban los años, ella se iba haciendo mayor en el cuadro. Al cabo de diez años, la niña se había convertido en una chica joven. Al cabo de treinta años, era una mujer madura. Luego, de repente, cincuenta y cuatro años después de lo sucedido, desapareció del cuadro para siempre.
—¿Quieres decir que se murió? —dije.
—¿Quién sabe? —dijo mi abuela—. En el mundo de las brujas pasan cosas muy misteriosas. 

Con mis agradecimientos a Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".