Título: Desde mi cielo (en el idioma original, The Lovely Bones).
Autor: Alice Sebold.
Sinopsis: Susie Salmon ha muerto y habita en un cielo personalizado, donde halla todo lo que desea excepto lo que más añora: su familia. [...] Nos cuenta la cruel historia de su asesinato a manos de un vecino, así como el proceso de recuperación que van a recorrer sus seres queridos. Desde el cielo, Susie contempla cómo la vida de su familia, de sus compañeros de escuela y del asesino, continúan. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar:
¿Qué les puedo decir? La primera vez que me topé con este libro, no recuerdo que lo quisiera. Es decir, llamó mi atención con semejante sinopsis, pero no fue de esos que moría por leer. No me preocupaba si lo hallaba o no, aunque sí lo notaba de vez en cuando. Finalmente, si no recuerdo mal, en una de mis visitas a la Feria del Libro del Zócalo, lo encontré en oferta, tomé eso como una señal y decidí adquirirlo. Si salió de los pendientes después de tanto tiempo, agradézcanle a la Lata (y si no saben qué es la Lata... muy mal, queridos incautos, muy mal).
Susie regresaba a casa desde la escuela, cortando por un campo de trigo. Así, se topó con un vecino, el cual la saluda y la invita a ver una cosa. Ella al principio duda, pero termina cediendo... siendo ese su último error como persona viva. Antes de que pueda darse cuenta, ya está muerta y tiene un cielo a su gusto desde donde a veces se pone a mirar a las personas que tuvieron influencia en su vida.
A través de la mirada de Susie, es inevitable que te preguntes si de verdad los muertos siguen con nosotros, de una forma u otra, sobre todo tratándose de víctimas de asesinato. Las personas que quedamos vivas somos las que sufrimos, las que tenemos que superar el dolor y la pérdida, ¿pero qué hay del fallecido, en caso de que tenga algún tipo de existencia en el más allá? La perspectiva de Susie y sus circunstancias son para hacer pensar que hay muchos caminos por los cuales alguien supera una pérdida de ese tamaño. Por otro lado, lo que Susie ve y descubre de la gente que ha dejado atrás, aunque no parezca, hace que poco a poco logre dejar atrás sus anhelos por la Tierra que ha dejado y la vida que pudo haber tenido.
Es una de esas novelas que te dejan un sabor triste en la boca, aunque no por ello feo o cruel. Sí, hay un asesinato y sí, una vida es truncada, pero no todo lo que sucede después es desagradable. La misma Susie lo aprende poco a poco, como la gente viva supera sus pérdidas.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Susie regresaba a casa desde la escuela, cortando por un campo de trigo. Así, se topó con un vecino, el cual la saluda y la invita a ver una cosa. Ella al principio duda, pero termina cediendo... siendo ese su último error como persona viva. Antes de que pueda darse cuenta, ya está muerta y tiene un cielo a su gusto desde donde a veces se pone a mirar a las personas que tuvieron influencia en su vida.
A través de la mirada de Susie, es inevitable que te preguntes si de verdad los muertos siguen con nosotros, de una forma u otra, sobre todo tratándose de víctimas de asesinato. Las personas que quedamos vivas somos las que sufrimos, las que tenemos que superar el dolor y la pérdida, ¿pero qué hay del fallecido, en caso de que tenga algún tipo de existencia en el más allá? La perspectiva de Susie y sus circunstancias son para hacer pensar que hay muchos caminos por los cuales alguien supera una pérdida de ese tamaño. Por otro lado, lo que Susie ve y descubre de la gente que ha dejado atrás, aunque no parezca, hace que poco a poco logre dejar atrás sus anhelos por la Tierra que ha dejado y la vida que pudo haber tenido.
Es una de esas novelas que te dejan un sabor triste en la boca, aunque no por ello feo o cruel. Sí, hay un asesinato y sí, una vida es truncada, pero no todo lo que sucede después es desagradable. La misma Susie lo aprende poco a poco, como la gente viva supera sus pérdidas.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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