Describiendo a... (CXXVII)

Título: El temor de un hombre sabio. Crónica del Asesino de Reyes: segundo día (en el idioma original, The Wise Man's Fear. The Kingkiller Chronicle: Day Two).

Autor: Patrick Rothfuss.

Sinopsis: Amanece en la posada Roca de Guía. Es el segundo día, y un hombre se dispone a proseguir el relato de su vida. Su verdadera historia, la que únicamente él conoce, alejada de la leyenda que han forjado los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje mítico: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. (De la solapa de la portada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (ahora Penguin Random House), a través de Plaza y Janés.

¿Qué les puedo decir? Tardé lo mío, pero finalmente logré leerme el segundo tabique de Rothfuss. Este libro anduvo conmigo en el bolso el tiempo suficiente para acompañarme por toda la ciudad, más que nada porque en esas fechas, en el trabajo nos mudamos de oficina y la nueva queda más lejos de su humilde casa, así que bueno, entre un viaje y otro la lectura avanzó. Es con esta clase de libros cuando siento que no avanzo nada, pero por otro lado, no es que me queje demasiado (sí, eso es raro, dejen ser a Bell...). De momento, pasemos a lo que importa y están advertidos que quizá haya referencias o insinuaciones de El nombre del viento, para que luego no se quejen.

Regresamos a la posada Roca de Guía, donde Cronista ha pasado una noche más o menos tranquila, tras el primer día de escuchar la verdad sobre Kvothe, aquel individuo que hace mucho se volvió poco más que una leyenda. Intercaladas por las largas sesiones de narración, en las cuales el pelirrojo dueño de la posada desenmaraña su pasado, ocurren un par de acontecimientos en el presente que dejan al posadero poco más que preocupado, casi con un sentimiento de fatalidad, lo cual viene a decirnos algo que quizá solo sospechábamos, pero que ahora parece verdad absoluta: la vida de Kvothe ha sido una especie de tragedia griega (y miren que su servidora no ha leído ninguna).

Por la narrativa de Kvothe, nos adentramos aún más en lo que ha forjado parte del carácter que le conocemos en su faceta de posadero. Puede ser buen actor, comedido e incluso morderse la lengua cuando le conviene; sin embargo, eso no lo hace menos capaz, o valiente. Hay hazañas suyas que fueron coincidencia, otras meros golpes de suerte y unas cuantas, definitivamente no son para que se sienta orgulloso. Es una persona con habilidades a las cuales sabe sacarle provecho, eso ni dudarlo, pero eso no lo hace odiosamente perfecto, pues también Rothfuss se preocupó por darle unos cuantos defectos que lo hacen humano, por lo cual nos lo acerca un poco.

En este libros, gracias a Kvothe, viajamos más allá del ambiente de la Universidad, donde estuvo casi todo el tiempo en El nombre del viento, sabiendo así un poco más del mundo en el que habita. No solo eso: a través de sus ojos y sus vivencias, vemos el cómo comprueba que existen algunos seres de los cuales solo escuchó en leyendas y cuentos. Eso nos hace darnos cuenta de la clase de mundo que habita, por lo cual podemos temer cualquier cosa en el futuro de nuestro protagonista.

En definitiva, ahora comprendo perfectamente a quienes están deseando fervorosamente el tercer día de la Crónica del Asesino de Reyes. Trataré de animarme un poco con La música del silencio, pero quien conozca el universo creado por Rothfuss, sabe que no será gran cosa.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.