Autor: Sue Grafton.
Sinopsis: La misma semana que Kinsey recupera su piso destrozado por una bomba (véase E de Evidencia) y cumple treinta y tres años, ocurren dos cosas [...]: viajando desierto a través en su Volkswagen en busca de una anciana desaparecida, alguien desde una camioneta le vuela inesperadamente los neumáticos. Sólo entonces Kinsey se convence de que un ex-convicto, a quien ella había contribuido a apresar, al salir en libertad ha ofrecido 1,500 miserables dólares por su cabeza. Aun consciente de lo poco que vale su vida, decide no obstante contratar a Robert Dietz, un guardaespaldas, muy duro, algo introvertido y misterioso [...]. (Extracto de la introducción).
Formato: epub.
¿Qué les puedo decir? La vida de un investigador privado, por más que trate con asuntos mundanos la mayoría del tiempo, tiene sus altibajos. Al menos, eso es lo que plasma Grafton en el Alfabeto del Crimen, donde la misma protagonista indica que tiene sus temporadas en las que todo le resulta pasable, tirando a aburrido, antes de que algo venga a alterar eso.
Cuando leí que el asunto iba primero de ir a buscar a una persona perdida, pensé "ah, algo va a pasar con la persona que busca". Y sí, digamos que pasó una que otra cosa, pero eso no fue todo, pues en el camino a Kinsey le avisan que un tipo al que ayudó a encarcelar, la mandó matar. Quiten el precio ridículo por el cual la quieren muerta (seguro que un recluso no tiene muchos fondos), sino que fue en parte por eso que al principio, no pensó en tomárselo en serio... hasta que la atacan. No sabe de dónde vino la agresión, no con certeza, así que acepta el consejo de un conocido y hace lo que otras personas sensatas: contratar a un guardaespaldas, al menos hasta que se controle la amenaza contra su vida.
El que Kinsey estuviera en peligro de muerte (otra vez y ahora de forma deliberada) hace que cualquiera recuerde que, sin importar el trabajo que hagas, alguien puede estar disgustado por ello y te querrá hacer daño. En el caso de esta novela, es grave el disgusto porque se trata de un delincuente enviado a prisión, pero casos así hay varios y no necesariamente tan serios como "me encerraste, ahora quiero que te maten". Por otro lado, Kinsey se ha revelado como una protagonista solitaria e independiente, así que la idea de ir por todos lados con otra persona le resulta extraño, hasta un poco desagradable, pero comprende que es por su bien (aunque seguro no previó en qué acabaría ella con su guardaespaldas, pero lo dejaré así para no hacer spoilers).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído entre 2017 y 2018)
Cuando leí que el asunto iba primero de ir a buscar a una persona perdida, pensé "ah, algo va a pasar con la persona que busca". Y sí, digamos que pasó una que otra cosa, pero eso no fue todo, pues en el camino a Kinsey le avisan que un tipo al que ayudó a encarcelar, la mandó matar. Quiten el precio ridículo por el cual la quieren muerta (seguro que un recluso no tiene muchos fondos), sino que fue en parte por eso que al principio, no pensó en tomárselo en serio... hasta que la atacan. No sabe de dónde vino la agresión, no con certeza, así que acepta el consejo de un conocido y hace lo que otras personas sensatas: contratar a un guardaespaldas, al menos hasta que se controle la amenaza contra su vida.
El que Kinsey estuviera en peligro de muerte (otra vez y ahora de forma deliberada) hace que cualquiera recuerde que, sin importar el trabajo que hagas, alguien puede estar disgustado por ello y te querrá hacer daño. En el caso de esta novela, es grave el disgusto porque se trata de un delincuente enviado a prisión, pero casos así hay varios y no necesariamente tan serios como "me encerraste, ahora quiero que te maten". Por otro lado, Kinsey se ha revelado como una protagonista solitaria e independiente, así que la idea de ir por todos lados con otra persona le resulta extraño, hasta un poco desagradable, pero comprende que es por su bien (aunque seguro no previó en qué acabaría ella con su guardaespaldas, pero lo dejaré así para no hacer spoilers).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído entre 2017 y 2018)
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