Título: J de Juicio (en el idioma original, J is for Judgment).
Autor: Sue Grafton.
Sinopsis: Cuando encontraron el yate de Wendell Jaffe a la deriva, todo indicaba que se había tirado por la borda. [...]. Aun así, poco antes, había suscrito con la compañía para la que trabaja Kinsey Millhone un seguro de vida de quinientos mil dólares a nombre de Dana, su mujer, quien, sin embargo, [...], tuvo que esperar cinco años hasta que fuera dado oficialmente por muerto. Pero quiso el azar que un día un agente de la compañía de seguros descubriera a Jaffe [...], justo dos meses después de que Dana cobrara el seguro de su marido. Por supuesto, la compañía quiere deshacer el entuerto y contrata a Kinsey para investigar el caso. [...] (Extracto de la introducción).
Formato: epub.
¿Qué les puedo decir? Los fraudes se escuchan por todas partes, aunque algunos parecen más creativos que otros. Eso es algo que, de una forma u otra, se ha vislumbrado en el Alfabeto del Crimen hasta la fecha y no podía dejar de ser un tema protagonista, aunque eso involucre a algún muerto... o supuesto muerto, depende de cómo se vea.
Kinsey es contratada por la compañía aseguradora que le rentaba la oficina por un caso muy curioso, que involucra a un asegurado muerto que, por lo visto, no está tan muerto como se pensaba. La mandan al vecino país del sur (ajá, nuestro México) a vigilar a quien creen que es el susodicho, pero no sabe que eso es solo el inicio de conocer a la fichita que fue (¿o es?) el tipo: antes de que se le declarara muerto, había defraudado a un montón de personas (monetariamente hablando) y de paso, dejó a su familia en la ruina. No es como si tuviera muchos que lo extrañaran realmente, así que, en caso de que sea el asegurado que Kinsey busca, ¿habrá alguna posibilidad de demostrar que el cobro de su seguro por parte de la esposa también fue fraude? ¿O hay algo más?
Como quizá ya he comentado en otras seudo-reseñas del Alfabeto del Crimen, hay historias que la detective Millhone que me gustan y otras no tanto. En el caso de J de Juicio, es un poco de ambas.
Por un lado, lo de los fraudes me parece algo fascinante como caso de estudio (no por nada soy Contador Público), porque por mi formación y mi personalidad, no me veo cayendo fácilmente en algunos de los tipos más comunes de estafas (de las cuales se hallan ejemplos en este libros). No soy del tipo de persona a la que le guste mentir para sacar provecho de la gente, no al grado de quitarle su dinero y sus valores solo porque puedo (no seré tan hipócrita para decir "jamás he mentido en mi vida"), debe ser por eso que me cuesta meterme en la mente de gente que engaña de esa manera a los demás. Y si bien no me gustó mucho lo que hizo la fichita que resultó ser el estafador, resultó no ser el peor del elenco de este libro, y creo que Kinsey reconoce eso mismo al final (aunque de forma muy dudosa).
Por otro lado, debido a que Grafton entremezcla algunas historias secundarias en la trama principal de cada libro, a veces sentía que la atención sobre el misterio en turno, se iba a donde no hacía falta, sin importar que una que otra escena de esas tramas secundarias me causara gracia. Lo que sí me pareció bueno es que Kinsey siguiera siendo un personaje bastante práctico e independiente, pues así seguimos su día a día como el de cualquiera y puede que nos identifiquemos, aunque no tengamos un trabajo lleno de altibajos como el de una detective privada.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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