Título: Bajo la misma estrella (en el idioma original, The Fault in Our Stars).
Autor: John Green.
Sinopsis: A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más comunes. Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y Gus solo son adolescentes, pero si algo les ha enseñado el cáncer que padecen es que no hay tiempo para lamentaciones, porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora. Y por ello, con la intención de hacer realidad el mayor sueño de Hazel —conocer a su escritor favorito—, cruzarán juntos el Atlántico para vivir una aventura contrarreloj, tan catártica como desgarradora. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori S. A. de C. V. (a través del sello Nube de Tinta).
¿Qué les puedo decir? No sé si alguien más lo notó, pero cuando este libro salió en español, su sello le hizo bastante promoción en Twitter. Lo sé porque seguí al sello casi enseguida y no me cansaba de preguntar cuándo llegaba a México junto con La lección de August (si no me falla la memoria). En fin, en lo que se tardó en llegar y que su servidora acumuló pendientes (cuándo no...), este libro quedó muy atrás en la cola, ¡ni siquiera la salida de la película hizo que lo leyera! Aunque claro, eso fue porque no me interesó verla. Fue luego que La Lata ayudó a que esta novela dejara de empolvarse, así que ya supondrán que tenía cierta expectativa, al tiempo que pensaba "ve con cuidado o quizá acabes queriendo lanzar el libro lejos". ¡Por cierto! A estas alturas, doy por hecho que los interesados en la seud-reseña saben casi toda la trama, pero por si las moscas, lean con cuidado y espero no estarles lanzando un spoiler a la cara.
Hazel es una chica que, por el mal azar o como quieran verlo, está enferma, prácticamentea desahuciada. Así la perspectiva, acude cada cierto tiempo a un grupo de apoyo en el que realmente se pregunta qué puede salir de bueno, considerando que poco a poco, algunos miembros se irán (casi siempre por deceso) y llegarán otros solo cuando anden casi en las mismas que ella. De pronto, se aparece un chico que, si bien descubre que anda igual o peor que ella, también tiene un sentido del humor bastante peculiar para sus circunstancias, resulta que se llevan bien y poco a poco, idean lo que será la locura de sus muy acortadas vidas: ir hasta el otro lado del mundo a preguntarle a su autor favorito sobre cierto asunto con su libro favorito.
Hazel es una chica que, por el mal azar o como quieran verlo, está enferma, prácticamentea desahuciada. Así la perspectiva, acude cada cierto tiempo a un grupo de apoyo en el que realmente se pregunta qué puede salir de bueno, considerando que poco a poco, algunos miembros se irán (casi siempre por deceso) y llegarán otros solo cuando anden casi en las mismas que ella. De pronto, se aparece un chico que, si bien descubre que anda igual o peor que ella, también tiene un sentido del humor bastante peculiar para sus circunstancias, resulta que se llevan bien y poco a poco, idean lo que será la locura de sus muy acortadas vidas: ir hasta el otro lado del mundo a preguntarle a su autor favorito sobre cierto asunto con su libro favorito.
A ver, a estas alturas del partido, ¿qué puedo decir de este libro que no se haya dicho ya? Eso me pasa por tardar tanto en leer, y tanto en seudo-reseñar. Pueden decírmelo, lo comprenderé. El punto es que, con el tema a tratar, era inevitable que la blandengue de su servidora no sintiera el nudo en la garganta de vez en cuando, obviando quizá que, en sí, la historia tenía un único desenlace posible para los protagonistas, aunque Hazel (nuestra narradora) llega hasta la última página. A mí Hazel me cae bien a ratos, porque vamos, para estar moribunda, no se lamenta por los rincones (no demasiado) y cuando tiene arranques adolescentes de "odio esto" no pensaba que leía a otra PAI (Protagonista Adolescente Idiota, por si no sabían esas siglas "made in Bell"), sino que me venía a la cabeza algo como "es una chica que se muere y no puede hacer un montón de cosas, ¡raro sería que no odiara todo eso!"
Por otro lado, hay personajes pintorescos (como el co-protagonista) que, con toda seguridad, a más de uno le hace tener la sensación de que Green es cruel por poner a la mayoría del lado de la enfermedad (acordémonos del grupo de apoyo de Hazel, para empezar), porque parecen buenas personas y sabes que probablemente no pasan mal aunque sean geniales, que no la pasarán bien en un futuro cercano y, en el peor de los casos, que ni un futuro tendrán. La verdad, considerando eso, no parece la clase de libro que deba leerse un adolescente si tiene un ánimo particularmente fatalista. Menos mal que mi ánimo no era ese cuando leí esto, o al menos eso recuerdo.
La sensación que me quedó después de acabar este libro fue de pérdida. No tanto por la pena por algunos personajes (adivinen, adivinen, no sean tramposos yendo a Google y encontrando referencias a lo que insinúo), sino porque sentí que le faltó algo. No me pregunten por qué, pero eso sucedió. Quizá fue por lo que comentaba al inicio, que con cierta expectativa, temía decepcionarme y no, no lo hice, pero aún así... Es difícil explicarlo, solo que no dudé en expresar en una red social (no recuerdo si Twitter o Goodreads) que no entendía el revuelo con este libro, se me hacía exagerado (Bell se encierra en el refugio anti-bombas después de soltar eso). Una cosa es segura: es de esos libros que si llego a releer un día, me hará llorar otra vez. Repito, soy una blandengue ante ciertas historias (las consideren buenas o malas).
Por último, pero quizá también importante: aún leído el libro, no quiero ver la película. ¡Ya, lo dije!
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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