Título: R de Rebelde (en el idioma original, R is por Ricochet).
Autor: Sue Grafton.
Sinopsis: Nord Lafferty contrata los servicios de la detective Kinsey Millhone para un trabajo sencillo y bien remunerado: custodiar a Reba, su única y rebelde hija, que está a punto de conseguir la libertad condicional tras cumplir dos años de condena por estafa. Kinsey deberá recogerla en la cárcel, llevarla a casa y asegurarse de que se reintegra a su vida acomodada. Pero Reba Lafferty no es una chica fácil, sino todo lo contrario [...]. Para acabar de complicarle las cosas a Kinsey, la misma noche en que sale de la cárcel, Reba se reencuentra con Alan Beckwith, el hombre que fue a la vez su víctima y su verdugo: ella lo estafó y él la denunció. [...] (Extracto de la introducción).
¿Qué les puedo decir? Según su servidora, este es uno de los libros del Alfabeto del Crimen que a primera vista, se sale un poco de la media. Vamos, la misma protagonista siente que la contratan para algo que normalmente no haría, así que por ahí vamos bien para darnos una idea de que tendremos todo un espectáculo... de cierta manera.
A Kinsey la llaman a una casa que a primera vista, podría decirse que es de gente de dinero; el dueño quiere contratarla para que sea, a grandes rasgos, una compañera vigilante de su hija, una mujer que está por salir de prisión. El hombre alega que quiere asegurarse que vaya por buen camino ahora, después del "susto" que seguramente le dio el encierro, y tal como describe lo que requiere, a Kinsey le parece un trabajo bien pagado, aunque llega a pensar que, básicamente, va a hacerla de "niñera". Esa impresión del trabajo se le queda todavía más al conocer a la mujer que debe vigilar: Reba encarna a la perfección lo que dice el título del libro, una rebelde, pero Kinsey se pasa la mitad de la historia exasperada con ella por hacerle más difícil sus labores; por otro lado, a veces se sorprende de las acciones de Reba y hasta llega a admirar un par de cosas que hace y dice, porque parece que la mujer no tiene vergüenza ni le faltan agallas para conseguir ciertas cosas. Además, Reba se topa al poco tiempo con quien es el responsable de su estancia en prisión, y Kinsey no sabe qué pensar del asunto: si Reba es tonta o arriesgada al relacionarse con ese tipo porque ¿qué puede querer de él? ¿O acaso hay algo que ignora de Reba, aparte de lo que empieza a resultar evidente?
De esta historia, tanto Kinsey como yo nos quedamos pensando lo mismo: la protagonista fue Reba. Quiéranlo o no, el personaje deja una fuerte impresión, y seguramente algunas personas quisieran tener un poquito de su desfachatez, por lo menos en ciertas circunstancias. A Kinsey no le molesta admitir que se quedó corta imaginando lo que Reba podría querer al ir y venir, sobre todo porque, como mencioné, eso le dificultaba el encargo del padre de Reba (que para eso le pagaba), pero al final, no se le nota demasiado descontenta de cómo resultaron las cosas. Es más, no se preocupa mucho por Reba, porque queriendo o no, la ha llegado a conocer y por eso da fe de que a su manera, la mujer se las arregla decentemente, esté su padre conforme o ya de perdido, resignado.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2019)
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