Título: Londres (en el idioma original, London).
Autor: Edward Rutherfurd.
Sinopsis: Esta arrolladora novela cuenta dos milenios de historia de una de las ciudades más fascinantes del mundo: Londres. Desde la fundación de un pequeño asentamiento celta a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pasando por la invasión por parte de las legiones de César en el año 54 a. C., las Cruzadas, la conquista normanda, la creación del teatro Globe en el que Shakespeare estrenaría sus obras, las tensiones religiosas, el Gran Incendio, la época victoriana... [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S. L.
¿Qué les puedo decir? La novela histórica me gusta, pero le tengo algo de miedo a a las que son demasiado largas porque bueno, me acaban dando la impresión de que la mitad de las páginas me están dando clases y hace bastante que dejé atrás las aulas. Sin embargo, Rutherfurd me llamó la atención dedicándole sus tabiques a lugares del mundo que a mí me gustan (como se comprobó en Nueva York), así que no vi inconveniente en leer algo más suyo. En mi actual empleo, un par de compañeras fueron testigos de cuánto duré leyendo esto, porque lo sacaba a las horas de las comidas; tanto se acuerdan, que cuando lo dejé de sacar, una se extrañó y preguntó porqué no llevaba mi "librote", por lo que tuve que contestar que lo había acabado y... sí, por si alguien se lo preguntaba, le pareció que tardé poco para lo gordo que está el ejemplar (en físico, es uno de mis libros con más páginas).
Londres es conocida por ser una ciudad con raíces muy antiguas, con asentamientos que datan de antes de la llegada de los romanos, a quienes si no recuerdo mal, le deben algunas de sus denominaciones actuales ciertos sitios. Es en esos ayeres donde Rutherfurd ubica el principio de su novela; eso y el río Támesis, que es imposible separar del destino de la población desde entonces. Poco a poco, con el avanzar de las eras, los diversos habitantes de la ciudad forman familias, alianzas, enemistades y ciertos tipos de imperios, con lo cual dan forma a su entorno, para bien y para mal.
Mucha gente puede vivir en una ciudad y no cruzarse jamás, pero Rutherfurd, como hizo en Nueva York (la otra novela que he leído de él), se valió de sus personajes para ir mostrando cómo surgían las distintas partes de Londres, cómo iban creciendo y, en raros casos, desapareciendo incluso una parte de lo que pudo ser una fantástica historia qué contar. Los personajes de dos o más de esas familias no dejaban de cruzarse, de relacionarse y claro, también llegaban a pelear en algunas ocasiones, ¿pero quién no ha sentido alguna vez el impulso de mirar mal a un vecino? Ya no se diga el perjudicarle...
La historia de Londres es, en ciertos aspectos, la historia de Inglaterra, incluso de Reino Unido, por lo que no es de extrañar que sea una ciudad que fascina a muchos con solo oírla nombrar. Pero eso no es lo mismo que conocerla realmente, vivir en ella y contemplar sus pequeñas y grandes transformaciones, por lo que novelas históricas como la de Rutherfurd hacen bien en existir: pican nuestra curiosidad con vidas que pudieron haber sido (las de sus fantásticos personajes, aunque uno que otro dé dolores de cabeza a sus semejantes), dándonos la libertad de imaginarnos en su lugar, aunque sea por un momento.
No queriendo dar spoilers y, considerando que el extracto de la sinopsis lo menciona, puedo decirles que una de mis partes favoritas (aunque sea bastante intensa) es la desarrollada en la Segunda Guerra Mundial; específicamente, los bombardeos. No son pocos los autores que han mostrado esos días, pero aquí, además de lo triste y fatídico, también hubo momentos de alegría, por agridulces que pudieran resultar. Creo que parte del encanto allí, de nuevo, fueron los personajes, que pudimos relacionar con los que les antecedieron en la historia de la ciudad y vimos lo que lograron hacer y lo que no en esos momentos de necesidad.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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