Título: Solsticio del fin del mundo. Los Voradores Libro 2 (en el idioma original, Soulstice, The Devouring book 2).
Autor: Simon Holt.
Sinopsis: Han pasado seis meses... [...] Ahora que se aproxima el solsticio de verano, los Voradores todavía acechan a Gina, pero solo en sus sueños... hasta que una noche recibe una visita inesperada y sus pesadillas se hacen realidad. [...] (Extracto de la solapa de la portada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: G. E. P., S. A. de C. V. (a través de Nueva Imagen).
¿Qué les puedo decir? Siendo esta la continuación de Los Voradores, es obvio que también salió de los pendientes gracias a la Lata, pues debido a mi costumbre con las series, trato de leerlas de un tirón. Así, veamos qué otras cosas me encontré en esta entrega.
Después de la cruel pelea de Gina Halloway contra la criatura que se apoderó de su hermano pequeño, las cosas parecen haberse calmado. Poco a poco se acercan las vacaciones de verano, que por lo general, son esperadas con ansias por niños y adolescentes para dejar atrás las aulas y los exámenes, pero conforme pasan los días, Gina se da cuenta que, probablemente, su batalla del invierno anterior contra los Voradores sea solo el inicio.
Aunque el libro es, como su predecesor, de poco grosor, no significa que no resulte pesado en ciertas ocasiones. Gina se las tiene que ver con horrores ajenos, con personajes terroríficos y con sentimientos encontrados respecto a ciertas situaciones. La pobre chica apenas estaba asimilando que había cosas más allá de su comprensión que dañaban a los humanos y en este Libro 2 debe acabar de aceptar que se ha metido en el camino de unas criaturas que no la dejarán en paz mientras viva. ¿Cómo se las arreglará Gina para salir bien librada de lo que sea que los Voradores estén planeando para el opuesto de la Noche de los Lamentos; es decir, el solsticio del verano?
En esta ocasión también he de destacar la falta de cuidado en la revisión del texto cuando se publicó el libro. Si en la primera parte hice notar faltas ortográficas desde la contraportada (quien me siga en Twitter podrá ver una foto que es prueba de este punto), en esta también los hubo, así como la ausencia de algunos guiones largos que me desconcertaron cuando creí que leía párrafos narrativos normales. Incluso mi madre, sin saber de qué trata el libro, cuando le describí uno de los errores ortográficos comentó "¿y si les escribieras para decirles?". Ganas no me faltan, sinceramente. ¿Serán quejas como estas las que impidieron la salida en español del final de la trilogía (Bell hizo la tarea y averiguó cuántos libros había en la serie)? Eso solo el tiempo lo dirá.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2014)
¿Qué les puedo decir? Siendo esta la continuación de Los Voradores, es obvio que también salió de los pendientes gracias a la Lata, pues debido a mi costumbre con las series, trato de leerlas de un tirón. Así, veamos qué otras cosas me encontré en esta entrega.
Después de la cruel pelea de Gina Halloway contra la criatura que se apoderó de su hermano pequeño, las cosas parecen haberse calmado. Poco a poco se acercan las vacaciones de verano, que por lo general, son esperadas con ansias por niños y adolescentes para dejar atrás las aulas y los exámenes, pero conforme pasan los días, Gina se da cuenta que, probablemente, su batalla del invierno anterior contra los Voradores sea solo el inicio.
Aunque el libro es, como su predecesor, de poco grosor, no significa que no resulte pesado en ciertas ocasiones. Gina se las tiene que ver con horrores ajenos, con personajes terroríficos y con sentimientos encontrados respecto a ciertas situaciones. La pobre chica apenas estaba asimilando que había cosas más allá de su comprensión que dañaban a los humanos y en este Libro 2 debe acabar de aceptar que se ha metido en el camino de unas criaturas que no la dejarán en paz mientras viva. ¿Cómo se las arreglará Gina para salir bien librada de lo que sea que los Voradores estén planeando para el opuesto de la Noche de los Lamentos; es decir, el solsticio del verano?
En esta ocasión también he de destacar la falta de cuidado en la revisión del texto cuando se publicó el libro. Si en la primera parte hice notar faltas ortográficas desde la contraportada (quien me siga en Twitter podrá ver una foto que es prueba de este punto), en esta también los hubo, así como la ausencia de algunos guiones largos que me desconcertaron cuando creí que leía párrafos narrativos normales. Incluso mi madre, sin saber de qué trata el libro, cuando le describí uno de los errores ortográficos comentó "¿y si les escribieras para decirles?". Ganas no me faltan, sinceramente. ¿Serán quejas como estas las que impidieron la salida en español del final de la trilogía (Bell hizo la tarea y averiguó cuántos libros había en la serie)? Eso solo el tiempo lo dirá.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2014)
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