jueves, 21 de mayo de 2015

Describiendo a... (e-XLIV)

Título: El Iniciado (en el idioma original, The Initiate).

Autor: Louise Cooper.

Sinopsis: [...] Tarod reside en un fastuoso castillo, situado en la Península de la Estrella, donde habitan los Sumos Sacerdotes de Aeoris, dios del Bien, dios del Orden, y es instruido en las artes arcanas, convirtiéndose en uno de los hechiceros de mayor rango. Es el Iniciado. Pero un día la voz se materializa en una forma humana de espíritu demoníaco. Es Yandros, personificación del mal. Por él sabe el iniciado que ha sido designado para volver a introducir el Caos en el mundo. (Extracto de la introducción).

Formato: Digital (epub).

¿Qué les puedo decir? Este libro es el primero de la trilogía conocida como El Señor del Tiempo y me llevó una eternidad terminarlo. En primer lugar, porque casi siempre le doy prioridad a las lecturas físicas, por más que tenga un lector más que cómodo en el celular y en la tableta. En segunda, si van de pura casualidad a la página del blog llamada Si lo compraste [...], descubrirán que la fecha de inicio de esta lectura fue a principios de septiembre de 2014, días en los cuales estaba sumergida en la entrega de mi puesto donde trabajaba, así que lo que menos me interesaba era apresurarme. Y en tercer lugar, no lograba simpatizar del todo con este libro, por más que la fantasía sea de mis géneros favoritos. Espero que tras leer toda la presente entrada, me comprendan un poco mejor.

La historia inicia presentándonos la vida de un niño que, por el simple hecho de no tener padre, es tratado como poco menos que escoria hasta por su propia madre. Se celebra una fiesta tradicional en el pueblo donde vive y por alguna inexplicable razón, el primo y único amigo del niño acaba muerto delante de sus ojos. La multitud no tarda en acusarle y condenarle, pero una repentina tormenta cae encima del pueblo y el niño, dando todo por perdido, va al encuentro del fenómeno... despertando con vida, aunque muy adolorido, a kilómetros de distancia, donde otro acontecimiento extraño lo lleva, finalmente, a la cuna de los más misteriosos hombres y mujeres del mundo: el Castillo de la Península de la Estrella, residencia del Círculo. Desde entonces, el niño se desprende de todo pasado y da un nombre con el cual todos lo conocen sin hacer demasiadas preguntas: Tarod.

En el mundo de Tarod, se cuenta que siglos atrás gobernaba el Caos y sus fieles, pero que Aeoris, Señor del Orden, oyó las súplicas del pueblo, tomó forma humana y ayudó a expulsar al Caos, dando inicio así a una era de paz. Todo aquello que tenga que ver con el Caos fue destruido sin tregua y el sitio más sagrado para los adeptos a éste, el mismo Castillo de la Península de la Estrella, se convirtió en morada de los fieles al Orden, ¿pero eso de verdad está bien?

La premisa de la novela es que en la historia de todas partes hay una dualidad en constante combate y que, de cierta forma, mantienen un equilibrio que hace funcionar el mundo; sin embargo, en uno de los mundos (en el de Tarod, para más señas), ese equilibrio ya no existe, puesto que Aeoris y su Orden llegaron, en apariencia, para quedarse. Así pues, ¿qué papel juega Tarod en todo esto? Eso se sospecha desde que él mismo es presentado al principio como un chiquillo del que nadie pronuncia el nombre y cuyo padre es un perfecto extraño; después, cuando siendo parte del Círculo pocos son cercanos a él o pueden igualar sus facultades. Pero conforme transcurre la historia se nota que Tarod tiene convicciones férreas, una fuerte lealtad, y que solamente los suyos pueden decidir, con sus acciones, si él sigue creyendo en lo que le enseñaron toda su vida o si, por el contrario, se rebelará y dará rienda suelta a los misterios que hay detrás de su existencia.

Si les digo la verdad, Tarod no acababa de caerme bien, pero la historia le hizo justicia ante mis ojos y aunque no siempre estuve de acuerdo con sus acciones, acabé por comprender su razonamiento y, por lo tanto, no lo condené demasiado. Los que sí no se salvan son su mejor amigo y su novia, que demostraron algunos de los peores sentimientos de la humanidad y con ello, lo que le hicieron al pobre Tarod no tiene perdón. Casi comprendo al chico cuando hace caso al siniestro y muy enigmático personaje que lo persigue en visiones y demás, de nombre Yandros... (Aquí es cuando Bell se tapa los oídos porque seguramente Sucy Weasley y compañía han chillado cual fangirls adolescentes).

De todas formas, debido al desenlace tan complicado y agridulce (para Tarod, para Tarod...), su servidora no tardará demasiado en leerse la segunda parte, El Proscrito, queriendo hallar unas cuantas respuestas a los problemas del protagonista... eso si Cooper no lanza más preguntas que den verdaderos quebraderos de cabeza a mi pequeña mente.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

1 comentario:

  1. Hola! (✿◠‿◠)
    Soy Arya del blog El Rincón de Arya
    http://elrincondearya.blogspot.com.es/
    Lo tengo pendiente, lo compré hace poco y ya muero por leerlo, pero estoy esperando a hacerme con la segunda parte, pues ya tengo la primera y la tercera, así los leo seguidos :3
    Me gusta mucho tu blog, te sigo!

    Besos.

    ⏃♥ Arya ♥⏃

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