Título: Sed de venganza (en el idioma original, Retribution).
Autor: Sherrilyn Kenyon.
Sinopsis: [...] Como pistolero a sueldo, William Jessup Brady vivía a diario con un pie en la tumba y era un firme creyente de que toda vida tenía un precio… Hasta el día en que encontró una razón para vivir. Pero en un acto de traición brutal, lo perdió todo, incluida su propia vida. [...]. Huérfana desde niña, Abigail Yager fue adoptada por una familia de vampiros que le enseñaron que los Cazadores oscuros son seres viles que sólo tienen una meta: cazar y matar a su gente y a la humanidad, de modo que todos ellos deben ser destruidos. [...]. A Jess se le ha encomendado encontrar y terminar con la criatura que está asesinando a los Cazadores Oscuros. Pero lo último que espera encontrarse es que la autora de esos crímenes sea una humana. Y cuando se encuentra frente a frente con esa humana y [...] se da cuenta de que algo muy malo está a punto de suceder. [...] (Extracto de la introducción).
Formato: epub.
¿Qué les puedo decir? Este libro es un lío monumental. No, en serio, lo es, porque seguimos alejándonos de los personajes usuales y además, la mitología griega juega un papel menor, en favor de algunos mitos no tan comunes ni populares, pero igualmente interesantes. Añadan a eso la reaparición de algunos personajes que se creían demasiado secundarios como para importar, así como el usual humor de Kenyon, ¡y otro libro de Cazadores Oscuros está servido! En fin, pasemos a lo que interesa.
¿Alguien recuerda a Jess Brady, también apodado Sundown? ¿No? Bueno, si les soy sincera, no recuerdo si su primera mención fue también la primera aparición suya que recuerdo (en Bailando con el diablo, el libro de Zarek), pero solo por eso no se fue completamente de mi memoria, además de que creo que salió en otra ocasión. Como sea, Kenyon ahora nos presenta la historia de Jess, un asesino a sueldo estadounidense que deja su profesión a favor de una vida normal y honesta, solo que si es Cazador Oscuro en los tiempos modernos, han adivinado: se le traicionó y se le mató, así que ahora recorre las calles de noche, específicamente en un sitio tan despierto y fluorescente como Las Vegas. En la época que nos atañe, le notificaron que hay alguien asesinando Cazadores Oscuros, así le piden dar con ese alguien, si puede. Resulta que lo logra, pero luego parece desear no haberlo hecho.
Abigail es una huérfana de esas con un pasado trágico, que fue adoptada y aleccionada para que considerara a los Cazadores Oscuros no solamente como enemigos de su nueva familia, sino de la humanidad entera. Cree que va por ahí haciendo justicia, pero en cuanto es pescada, le hacen caer en la cuenta que una de sus misiones salió mal, así que de ella se espera que lo arregle o pasará algo con lo que no contaba: el mundo acabará y será culpa suya.
A nadie le gusta que le echen en cara sus errores pasados, ¿verdad? Menos cuando eso significa el dejar de lado todo aquello que creías verdad para toparte con lo que realmente es verdad. Eso pasa con Abigail, quien se pone bastante pesada hasta que las explicaciones de la gente a su alrededor al fin entran en su cabeza y se da cuenta del lío en el que se metió. Por otro lado, Jess es el encargado no solo de mantener a Abigail bajo custodia, sino que debe asegurarse de que cumpla aquello que le han ordenado para arreglar parte de su desastre, aunque es una cosa tan drástica que no sabe qué pasará después, independientemente de que se detenga o no el fin del mundo que se viene encima. A diferencia de otros Cazadores Oscuros, a Jess parece que se le da socializar con la gente a su alrededor, así que es de los más interesados en que el mundo no se acabe, pero ¿valdrá la pena si para lograrlo, pierde algo valioso?
A veces creo que a Kenyon le gusta hacernos sufrir. Sí, por aquello de crear personajes adorables (en más de un sentido) y que a éstos les pasen cosas espantosas, tanto en su pasado como dentro de la trama del libro en cuestión. En este caso, no pude evitar pensar que Jess es uno de esos tipos que tal vez sean duros en apariencia, pero una vez que te haces su amigo, es genial y a veces, hasta dan ganas de abrazarlo fuerte. Abigail no me gustó tanto, más que nada porque hay cierta ocasión en la que es terca como mula, pero tampoco es mala, mala. Están bien los dos, para ser protagonistas, quiero decir.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
¿Alguien recuerda a Jess Brady, también apodado Sundown? ¿No? Bueno, si les soy sincera, no recuerdo si su primera mención fue también la primera aparición suya que recuerdo (en Bailando con el diablo, el libro de Zarek), pero solo por eso no se fue completamente de mi memoria, además de que creo que salió en otra ocasión. Como sea, Kenyon ahora nos presenta la historia de Jess, un asesino a sueldo estadounidense que deja su profesión a favor de una vida normal y honesta, solo que si es Cazador Oscuro en los tiempos modernos, han adivinado: se le traicionó y se le mató, así que ahora recorre las calles de noche, específicamente en un sitio tan despierto y fluorescente como Las Vegas. En la época que nos atañe, le notificaron que hay alguien asesinando Cazadores Oscuros, así le piden dar con ese alguien, si puede. Resulta que lo logra, pero luego parece desear no haberlo hecho.
Abigail es una huérfana de esas con un pasado trágico, que fue adoptada y aleccionada para que considerara a los Cazadores Oscuros no solamente como enemigos de su nueva familia, sino de la humanidad entera. Cree que va por ahí haciendo justicia, pero en cuanto es pescada, le hacen caer en la cuenta que una de sus misiones salió mal, así que de ella se espera que lo arregle o pasará algo con lo que no contaba: el mundo acabará y será culpa suya.
A nadie le gusta que le echen en cara sus errores pasados, ¿verdad? Menos cuando eso significa el dejar de lado todo aquello que creías verdad para toparte con lo que realmente es verdad. Eso pasa con Abigail, quien se pone bastante pesada hasta que las explicaciones de la gente a su alrededor al fin entran en su cabeza y se da cuenta del lío en el que se metió. Por otro lado, Jess es el encargado no solo de mantener a Abigail bajo custodia, sino que debe asegurarse de que cumpla aquello que le han ordenado para arreglar parte de su desastre, aunque es una cosa tan drástica que no sabe qué pasará después, independientemente de que se detenga o no el fin del mundo que se viene encima. A diferencia de otros Cazadores Oscuros, a Jess parece que se le da socializar con la gente a su alrededor, así que es de los más interesados en que el mundo no se acabe, pero ¿valdrá la pena si para lograrlo, pierde algo valioso?
A veces creo que a Kenyon le gusta hacernos sufrir. Sí, por aquello de crear personajes adorables (en más de un sentido) y que a éstos les pasen cosas espantosas, tanto en su pasado como dentro de la trama del libro en cuestión. En este caso, no pude evitar pensar que Jess es uno de esos tipos que tal vez sean duros en apariencia, pero una vez que te haces su amigo, es genial y a veces, hasta dan ganas de abrazarlo fuerte. Abigail no me gustó tanto, más que nada porque hay cierta ocasión en la que es terca como mula, pero tampoco es mala, mala. Están bien los dos, para ser protagonistas, quiero decir.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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