Título: Wild Cards, Juego Sucio (en el idioma original, Wild Cards V. Down and Dirty).
Autor: George R. R. Martin, John J. Miller, Roger Zelazny, Leanne C. Harper, Arthur Byron Cover, Melinda M. Snodgrass, Edward Bryant, Stephen Leigh, Pat Cadigan, Walter Jon Williams.
Sinopsis: [...] Los héroes y villanos que sobrevivieron a la batalla contra El Astrónomo enfrentan grandes desafíos: el arquero Yeoman se involucra en la guerra de pandillas entre los mafiosos de Nueva York. El Durmiente, ligado en negocios turbios con el crimen, sufre una transformación letal, que pone en jaque a ases y jokers. El cruel Titiritero y el reverendo Leo Barnett ganan terreno en su campaña por la presidencia de los Estados Unidos. Y aprovechando el caos, el siniestro vampiro Ti Malice se muda a Nueva York [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Editorial Océano de México, S. A. de C. V.
¿Qué les puedo decir? El universo Wild Card es tan complejo en ocasiones, que al iniciar un libro nuevo, no sabes para dónde va a ir. Eso lo digo por esta ocasión, porque de verdad no sabes lo que puedes encontrarte, no después de los últimos desastres, en los cuales algunos de los personajes más queridos (y algunos de los más siniestros) apenas han salido vivos. Nueva York sigue con su dinámica, con sus altas y bajas, pero ¿quiénes las hacen posibles?
En esta ocasión, hay que asistir a una búsqueda exhaustiva de uno de los pocos humanos normales en el elenco Wild Card, pero no se confundan, el no tener una habilidad y/o deformación que le ayude, no hace menos letal a quien se hace llamar Yeoman, como se vio en aventuras anteriores. Mientras Yeoman intenta desenmarañar el asunto que lo sacó de su retiro, también nos enteramos que El Durmiente (uno de los ases/jokers más enigmáticos pero que parece andar en muchas partes) ha tenido una de sus transformaciones, pero esta vez ha resultado en algo realmente problemático que no le afecta solo a él y a saber si se le puede detener. Sumen a eso que hay campañas políticas camino a la Casa Blanca (que involucrando a un as, se puede poner peor que una campaña mexicana) y una horripilante criatura que te hace adicta a ella (ajá, como lo leen, es terriblemente asqueroso) y bueno, la novela está servida.
Si les soy sincera, hay ocasiones en que quizá no notes que hay más de un autor involucrado en un libro, pero sí que las diversas subtramas no parecen tener relación entre sí. Eso pasa aquí, lo que es parcialmente culpa, precisamente, al elenco creado por tantas personas. Sin embargo, eso no significa que no se vayan a conectar en un momento dado, o que lo que pase en una subtrama no vaya a acabar afectando a las demás. Porque seamos realistas: en una ciudad como Nueva York, con ases y jokers de cierta importancia (así como con poderes interesantes), no es de extrañar que algunos caminos se crucen e incluso, se ayuden unos a otros... o se echen a perder mutuamente las misiones en turno. Créanme, no quieren estar del lado equivocado en el camino de Yeoman por imponer algo de orden y justicia; tampoco, además, quieren contrariar a un Titiritero que te considere de interés, ya sea para saciar sus apetitos o para su ascenso político; mucho menos, la verdad, quieren quedar en la mira de la cosa esa conocida como Ti Malice, de verdad, porque es algo de lo más repugnante que sale en el universo Wild Card (y miren que hay deformaciones en los jokers le harían competencia, pero como la mayoría son de personas que no hacen daño a nadie...). ¡No, fuera, fuera imagen mental! (Bell tiene verdaderos problemas dedicándole siquiera un pensamiento a Ti Malice).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
En esta ocasión, hay que asistir a una búsqueda exhaustiva de uno de los pocos humanos normales en el elenco Wild Card, pero no se confundan, el no tener una habilidad y/o deformación que le ayude, no hace menos letal a quien se hace llamar Yeoman, como se vio en aventuras anteriores. Mientras Yeoman intenta desenmarañar el asunto que lo sacó de su retiro, también nos enteramos que El Durmiente (uno de los ases/jokers más enigmáticos pero que parece andar en muchas partes) ha tenido una de sus transformaciones, pero esta vez ha resultado en algo realmente problemático que no le afecta solo a él y a saber si se le puede detener. Sumen a eso que hay campañas políticas camino a la Casa Blanca (que involucrando a un as, se puede poner peor que una campaña mexicana) y una horripilante criatura que te hace adicta a ella (ajá, como lo leen, es terriblemente asqueroso) y bueno, la novela está servida.
Si les soy sincera, hay ocasiones en que quizá no notes que hay más de un autor involucrado en un libro, pero sí que las diversas subtramas no parecen tener relación entre sí. Eso pasa aquí, lo que es parcialmente culpa, precisamente, al elenco creado por tantas personas. Sin embargo, eso no significa que no se vayan a conectar en un momento dado, o que lo que pase en una subtrama no vaya a acabar afectando a las demás. Porque seamos realistas: en una ciudad como Nueva York, con ases y jokers de cierta importancia (así como con poderes interesantes), no es de extrañar que algunos caminos se crucen e incluso, se ayuden unos a otros... o se echen a perder mutuamente las misiones en turno. Créanme, no quieren estar del lado equivocado en el camino de Yeoman por imponer algo de orden y justicia; tampoco, además, quieren contrariar a un Titiritero que te considere de interés, ya sea para saciar sus apetitos o para su ascenso político; mucho menos, la verdad, quieren quedar en la mira de la cosa esa conocida como Ti Malice, de verdad, porque es algo de lo más repugnante que sale en el universo Wild Card (y miren que hay deformaciones en los jokers le harían competencia, pero como la mayoría son de personas que no hacen daño a nadie...). ¡No, fuera, fuera imagen mental! (Bell tiene verdaderos problemas dedicándole siquiera un pensamiento a Ti Malice).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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