Título: Retrum. Cuando estuvimos muertos.
Autor: Francesc Miralles.
Sinopsis: «¿Has dormido alguna vez en un cementerio?» Dos chicas y un chico forasteros hacen esta pregunta a Christian, un joven de dieciséis años que ha perdido todo aquello que amaba. Visten de negro y llevan las caras pintadas de blanco, con los labios morados. Han creado RETRUM, una orden secreta que se comunica con los muertos y practica extraños rituales. Una de las chicas, Alexia, poseerá el corazón de Christian con un amor más allá de la muerte. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
¿Qué les puedo decir? Este es otro de esos libros que parecían curiosos la primera vez que los vi, pero por una cosa u otra, no me animaba a comprarlos. Hay que admitir que no parece, desde el título y la portada, que vaya a ser un libro muy feliz, así que ¿valdría la pena arriesgarse con algo que no se veía como lo que normalmente me gusta? Bueno, les diré... pasemos a ello.
La historia comienza con alguien describiendo su paso por el cementerio y de pronto, escucha a alguien cantando. Cuando se asoma a ver de quién se trata, descubre a una persona con aspecto un tanto extraño, pero no le habla ni nada, sino que echa a correr, temiendo que sea una aparición o algo así. Es hasta el día siguiente que entra al cementerio y ve que la persona que canta dejó algo olvidado, así sabe que no fue nada parecido a un espectro, aunque eso le deja más preguntas que respuestas.
Luego, la persona espantada por lo del cementerio, un muchacho llamado Christian, narra parte de su rutina, una que no deja de aburrirlo y tampoco lo llena, pues en su familia las cosas no andan del todo bien desde que pasaron por una pérdida. De buenas a primera, sin andarlo buscando, se topa con otra cosa rara en el cementerio, tras lo cual se presentan tres extraños con él, que tienen una especie de grupo o club, cuyas actividades incluyen visitas a los cementerios y maquillarse de forma inusual. Christian, al principio, no parece muy entusiasmado, pero luego está como cualquier adolescente que siente que necesita alguna novedad en su vida y se incorpora al grupo... pero luego, diversos detalles parecen apuntar a que tal vez, no fue una de sus mejores ideas.
Los jóvenes suelen buscar su lugar en el mundo, o por lo menos, en la dinámica social que los envuelve (en casa, en la escuela, en los lugares que les gusta frecuentar...), por eso cuando Christian pasaba por un mal momento, el grupo de "raros" que andaba por los cementerios (entre otras cosas) le pareció adecuado, algo que lo hacía sentir un poco mejor. Creo que me puse algo sabihonda hace un momento, pero debo dejar en claro que pasé por esa etapa (la adolescencia) hace tiempo y puedo reconocer algo de lo que pensaba en aquellos tiempos, aunque quiero pensar que no viví experiencias como algunas de las narradas aquí, que como a Christian y compañía, sí que me habrían afectado muchísimo. Quizá por todo eso me da la impresión de que Miralles escribió esto para para esas personas que pueden tener gustos y personalidades muy particulares, a las cuales puede que les llegue algún buen mensaje o como mínimo, se entretengan con la historia y sabrán que no están solos.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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