Título: La muerte no es un juego de niños (en el idioma original, The Weed That String the Hangman's Bag).
Autor: Alan Bradley.
Sinopsis: Flavia de Luce tiene once años y tres pasiones: los venenos, molestar a sus hermanas mayores y resolver misterios. [...]. Así pues, cuando aparece una furgoneta anunciando un espectáculo de títeres, Flavia es la primera en meter la nariz en el asunto. El día de la función, aunque el lleno total hace prever un gran éxito, un trágico accidente lo enturbia todo. Aunque… ¿Seguro que se trata de un accidente? Sin perder un segundo Flavia se monta en Gladis, su fiel bicicleta, y pedalea a la caza de las pistas que le permitan resolver este nuevo enigma. [...] (Extracto de la introducción).
Formato: digital (epub).
¿Qué les puedo decir? Hace poco, salió de entre mis pendientes Flavia de los extraños talentos, libro que supe que existía gracias a Nea (besos y abrazos para ella, como siempre), por lo que se me ocurrió investigar qué otra cosa escribía el señor Bradley. Salió esta entrega de Flavia en una de las páginas donde descargo libros, pero por otro lado, me enteré que Bradley ha escrito muchas más aventuras de esta niña... que seguramente no veré en español jamás. Si a duras penas conseguí en físico el primero y el que nos compete en digital... (Bell rueda los ojos).
Flavia de Luce, una niña con talento para la química y con una familia ciertamente pintoresca, inicia uno de sus tantos días fantaseando en el cementerio. Sí, desde el inicio se deja claro que Flavia es, cuanto menos, fuera de lo ordinario. Es allí cuando se topa con un par de extraños que se dedican a mostrar cuentos con títeres, haciendo de eso un espectáculo digno de verse. Flavia, a veces queriendo y a veces forzada, ayuda preparando las dos funciones que esos extraños pueden dar en el pueblo antes de seguir su camino... pero es al final de la segunda que la tragedia se hace presente. Lo que queda por responder es ¿quién quería hacerle daño a la víctima de esta ocasión? ¿Y por qué?
Creo que en el primer libro de Flavia quedó claro que la niña me agrada. Sé lo que es tener hermanos que no te comprenden, aunque irónicamente, soy la mayor de tres, y no la menor como nuestra heroína. Por otro lado, las aficiones y cualidades de Flavia no son como las mías, lo que me permite imaginarme a la chiquilla sin complicarme de más la vida.
Por otra parte, el misterio en turno se entrelaza con la intriga que despierta otra tragedia local, una que Flavia recuerda más que nada por el protagonista de la misma y porque es de dominio público. Pero exactamente ¿cuál es la relación entre un titiritero recién llegado al pueblo y un mal suceso de casi una década atrás? Ah, eso es lo que Flavia debe averiguar... si no quiere que ocurra una nueva tragedia.
En esta ocasión, la resolución del misterio me parece precipitada, más que nada. Las pistas se suceden, una tras otra, pero son difíciles de conectar hasta el final, lo cual no me incomodaría demasiado si no sintiera que se vino encima sin ninguna preparación, ¿me explico? Tal vez sea solo mi impresión, pero esa idea me quedó. Aunque eso no quita que Flavia (y otros personajes) estuvieran geniales.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Flavia de Luce, una niña con talento para la química y con una familia ciertamente pintoresca, inicia uno de sus tantos días fantaseando en el cementerio. Sí, desde el inicio se deja claro que Flavia es, cuanto menos, fuera de lo ordinario. Es allí cuando se topa con un par de extraños que se dedican a mostrar cuentos con títeres, haciendo de eso un espectáculo digno de verse. Flavia, a veces queriendo y a veces forzada, ayuda preparando las dos funciones que esos extraños pueden dar en el pueblo antes de seguir su camino... pero es al final de la segunda que la tragedia se hace presente. Lo que queda por responder es ¿quién quería hacerle daño a la víctima de esta ocasión? ¿Y por qué?
Creo que en el primer libro de Flavia quedó claro que la niña me agrada. Sé lo que es tener hermanos que no te comprenden, aunque irónicamente, soy la mayor de tres, y no la menor como nuestra heroína. Por otro lado, las aficiones y cualidades de Flavia no son como las mías, lo que me permite imaginarme a la chiquilla sin complicarme de más la vida.
Por otra parte, el misterio en turno se entrelaza con la intriga que despierta otra tragedia local, una que Flavia recuerda más que nada por el protagonista de la misma y porque es de dominio público. Pero exactamente ¿cuál es la relación entre un titiritero recién llegado al pueblo y un mal suceso de casi una década atrás? Ah, eso es lo que Flavia debe averiguar... si no quiere que ocurra una nueva tragedia.
En esta ocasión, la resolución del misterio me parece precipitada, más que nada. Las pistas se suceden, una tras otra, pero son difíciles de conectar hasta el final, lo cual no me incomodaría demasiado si no sintiera que se vino encima sin ninguna preparación, ¿me explico? Tal vez sea solo mi impresión, pero esa idea me quedó. Aunque eso no quita que Flavia (y otros personajes) estuvieran geniales.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario