Título: La princesita (en el idioma original, A Little Princess).
Autor: Frances Hodgson Burnett.
Sinopsis: Sara Crewe es casi una princesa que vive feliz con su padre en la India colonial de finales del siglo XIX. Él es un joven capitán inglés, viudo y muy rico, [...] Pero llega el momento en que Sara debe ingresar en un selecto colegio de Inglaterra, dirigido por la severa señorita Minchin. [...]. Pero de pronto, llega una terrible noticia: el capitán Crewe ha muerto completamente arruinado... De la noche a la mañana la princesita se ha convertido en una pobre niña abandonada y huérfana. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Ediciones B, S. A. (a través de Zeta Bolsillo).
¿Qué les puedo decir? Muchos quizá ya lo sepan, pero si no, paso a informarles: hay una película inspirada en la novela de esta seudo-reseña, dirigida por el compatriota Alfonso Cuarón. No es la única adaptación (según lo que encontré, hay una más antigua), pero sí es la que me tocó ver unas pocas veces, y me sorprendí al enterarme, en una de esas vagancias por la red en las que caigo a veces (no me digan que soy la única, no les creeré), que la novela existía y que compartía autora con El jardín secreto (de la cual, por cierto, también hay adaptaciones para la pantalla). Algunos pensarán que fuera una locura que me enterara de esos detalles así, pero así es la vida, supongo. Ya, dejo eso de lado y prosigamos.
Cuando India todavía era colonia británica, no era extraño que familias inglesas hicieran su vida allí. Una de ellas es la del capitán Crewe del ejército, un viudo con una hija, Sara, a la que adora y quiere que esté bien educada, así que cierta edad, manda a la niña a Londres, a un buen internado. La directora del internado aprovecha que Sara es una niña rica para cobrar cualquier gasto que le genere el tratarla finamente, pero en cierto momento llega la terrible noticia de que el capitán Crewe murió, lo que sumado a una mala inversión que hizo antes, se perdió su fortuna. Es entonces cuando la directora del internado se muestra más como realmente es, una persona demasiado interesada en el dinero, porque una Sara sin fondos es una Sara que no debe mantener de manera elegante, así que la convierte en una sirvienta, pero ¿eso será todo para Sara?
Lo que tiene el estilo de esta autora es que te va describiendo todo desde el punto de vista de la protagonista, una niña, que no es de esta época. Por una parte, te vas dando una idea de cómo era la vida de Sara, como la de cualquiera de su edad (si eras mujer, claro, ya saben cómo era todo entonces), al mismo tiempo que algunos de los detalles te hacen pensar que hay algo raro, casi mágico, en algunos de los acontecimientos (en eso la adaptación cinematográfica de Cuarón me gustó muchísimo). Sara resulta, además, inteligente y madura para sus años: a ratos parece irreal, pero luego te preguntas si sus circunstancias y el siglo en el que vivía no tendrían relación con eso. Eso y su viva imaginación, alimentada por el amor que le diera su padre, por la vida que tuvo en India antes de llegar a Inglaterra y por su fe en algo que a veces, deberíamos decirles a las niñas de vez en cuando: todas en su corazón pueden ser princesas, no importa lo ricas o pobres que sean.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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