Título: Matar un reino (en el idioma original, To Kill a Kingdom).
Autor: Alexandra Christo.
Sinopsis: Con una colección de diecisiete corazones de príncipes en su haber, Lira es una sirena venerada en todos los confines del reino submarino. Pero un desliz provoca que su madre, la Reina del Mar, la transforme en lo que más aborrece: un ser humano. Privada de su canto, Lira dispondrá hasta solsticio de invierno para entregar el corazón del príncipe Elian a la Reina del Mar o permanecer como humano para siempre. [...], para el príncipe Elian el océano es su verdadero hogar; y dar caza a las sirenas, su misión en la vida. Cuando rescata a una mujer a punto de morir ahogada, sabe que es más de lo que aparenta, pero ella promete ayudarlo a encontrar la clave para exterminar a las sirenas para siempre. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
¿Qué les puedo decir? Los retellings me gustan mucho, ustedes lo saben y yo lo sé, pero conforme voy conociendo algunos, no puedo evitar tener un poco de recelo cuando sale uno nuevo. Por si no lo saben, se los diré: La Sirenita es una tragedia hecha cuento, al menos la versión original, así que viendo un retelling de ese cuento (o una más bien una novela «inspirada en él») te preguntas si será igual o qué tantos giros le dará para hacerlo interesante. Entre eso y que llegó una edición del maratón de lectura del Foro de los Black, saqué este pendiente, para saber con qué me iba a salir. Entonces, ahí va.
Lira es hija de la Reina del Mar, y entre las sirenas tiene una fama casi de prodigio: las sirenas tienen costumbre de robar, cada año, un corazón humano y todos los que Lira ha conseguido han sido de príncipes. Entre su estatus y su propio orgullo, no cree fallar una caza en su vida, pero en una de sus últimas incursiones con los humanos, algo no sale según lo planeado, la Reina del Mar se entera y se acaba llevando un castigo que realmente le repugna: debe ser humana por determinado tiempo, conseguir el corazón de cierto príncipe y ofrecérselo a su madre, o se quedará humana para siempre. Lira no ve más remedio, pero también sabe que el príncipe en cuestión no es como los otros a quienes ha robado corazones, porque este en particular se dedica a cazar a las suyas, así que está más preparado que la mayoría para ir en su contra. Hay más en juego que eso, lo que dificulta las cosas para Lira, y podría salvar al príncipe de ella... o quizá no, porque no olvidemos que una damisela en peligro, rara o no, a veces es lo que enciende la chispa del interés en aquel que la salva.
Desde el inicio, se veían las similitudes de la novela con La Sirenita, pero no completamente. El mundo en el cual se desenvuelven Lira y compañía es uno en el cual se dice que hay una centena de reinos y todos, sobre todos los costeros, temen a las sirenas, criaturas que encantaban a cualquiera que cruzara los mares para luego matarlos. El motivo para tales actos está explicado en algo mitad leyenda, mitad historia muy antigua en ese mundo, lo cual pasa a tener cierta relevancia conforme avanza la historia, porque es un sitio lleno de maravillas, tanto sobrenaturales como de otra índole.
Si las sirenas se vuelven fascinantes, ya que tienen toda una cultura y un gobierno (entre otras cosas), los reinos terrestres son nombrados como muchos, pero poco se habla de ellos fuera de aquel de donde proviene Elian, príncipe que es el blanco de Lira. Elian se pasa más tiempo en el mar que en tierra, por varias razones (algunas de las cuales serían spoilers y por eso no las diré), y su mayor ocupación es cazar a las sirenas, que en cierta forma, se considera un peligro si se quiere viajar por mar de manera relativamente segura. Su tripulación es de fiar, por eso suele ser precavido con los tratos que hace, pero eso no significa que pueda protegerlos, a ellos y a sí mismo, de una amenaza cuando no la ve venir a tiempo, lo cual pasa antes de lo que cree.
Conforme avanza una leyendo esto, se ve que Christo quiso darlos un vistazo de este mundo como para entender dónde se movían sus personajes, pero no tanto como para que nos respondiera preguntas tan simples como "¿por qué cien reinos?"; por otro lado, si algo me pasó al leer esto es que, debido al tipo de narrador (primera persona), resulta que la historia nos la cuentan Lira y Elian... y a veces (aunque quizá fuera idea mía), las voces sonaban iguales. No sé si me estoy dando a entender, pero quizá fue porque la primera persona en ocasiones no hace distinciones entre una mujer y un hombre, ni siquiera con el contexto y más cuando en la misma escena, están los dos protagonistas por algún azar del destino, y te fuiste de corrido leyendo esa parte y no te enteraste de cuándo uno de los narradores le pasó su turno al otro (sí, me pasó un poco en la recta final, dejen hago una reverencia en señal de disculpa).
Así que bueno, puedo decir para finalizar que la idea es entretenida, que puede que a varios les guste pero también, que se vayan con cuidado sin son demasiado meticulosos en los detalles que les llaman la atención de una fantasía.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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