sábado, 6 de junio de 2015

Tinta a la Carta LXXII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~
El jardín del dragón púrpura
(Carole Wilkinson)
Ping sabía que al padre de Liu Che le desagradaban tanto los dragones que había ordenado trasladarlos al palacio Huangling para olvidarse de que existían y, más adelante, había planeado venderlos a un cazador de dragones. Ping estaba complacida con la actitud de Liu Che. Él quería ver a Kai cada día. De hecho, parecía decidido a compensar el olvido de sus ancestros. […]
El emperador estaba tan contento con su nuevo dragón que decidió llamar al jardín que rodeaba la residencia Ming Yang con su nombre.
—Desde ahora, será conocido como el jardín del Dragón Púrpura —anunció una tarde mientras cenaban.
El mago imperial y los miembros del Consejo de Longevidad aplaudieron para mostrar su aprobación, pero los ministros de gobierno no parecieron tan contentos.

~Entrada~
El catalejo lacado
(Philip Pullman)
—¿Esa tierra de los muertos es un mundo como éste, como el tuyo o el mío o los otros? —inquirió Will —¿Es un mundo al que yo podría acceder con la daga?
Lyra lo miró, sorprendida por la idea.
—¿Podrías consultarlo? —prosiguió Will —Anda, hazlo. Pregunta dónde está y cómo podemos llegar a él.
Lyra se inclinó sobre el aletiómetro y movió los dedos con gran rapidez. Al cabo de unos instantes obtuvo la respuesta.
—Sí —dijo —pero es un lugar extraño, Will… Muy extraño… ¿Crees que podríamos hacerlo? ¿Crees que podríamos trasladarnos a la tierra de los muertos? Pero… ¿qué parte de nosotros se trasladará allí? Porque los daimonions se desvanecen cuando nosotros morimos. Yo lo he visto… Y nuestros cuerpos permanecen enterrados en la sepultura y se pudren, ¿no es cierto?
—Debe existir una tercera parte, una parte distinta.

~Plato Fuerte~
Marca de nacimiento
(Caragh M. O’Brien)
Antes de que Gaia supiera lo que Leon se proponía, él agarró un cántaro de metal de la encimera y describió velozmente un arco que acabó en el cráneo de Rosa. El impacto provocó un ruido sordo e inflexible; Leon la agarró para que no se cayera al suelo de golpe. Rosa no profirió el menor sonido, ni siquiera un gemido de dolor.
Gaia le miraba con los ojos desorbitados.
—¿Esta es tu labia para salir de los aprietos?
Leon dejó a Rosa en el suelo y agarró un delantal del respaldo de una silla. A continuación, Gaia observó atónita cómo le ataba rápidamente las manos a la espalda.

~Postre~
Corazón de Tinta
(Cornelia Funke)
—Por esta puerta no ha pasado todavía ningún niño —explicó mientras apretaba la manija con unción casi religiosa —pero ya que tu padre seguramente te ha inculcado cierto respeto a los libros, haré una excepción. Pero con una condición: que te mantengas de las estanterías a una distancia mínima de tres pasos. ¿Aceptas esta condición?
Por un instante, Meggie estuvo tentada a rechazarla. Le habría encantado dejar boquiabierta a Elinor castigando a sus valiosos libros con el desprecio. Pero no fue capaz. Su curiosidad era demasiado poderosa. Casi le parecía escuchar los cuchicheos de los libros por la puerta entreabierta. Le prometían mil historias desconocidas, mil puertas hacia miles de mundos inéditos. La tentación fue mayor que el orgullo de Meggie.
—Acepto —murmuró cruzando las manos a la espalda —Tres pasos —sentía un hormigueo en sus dedos de pura emoción.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

2 comentarios:

  1. Corazón de tinta me llama mucho, y el de O'Brien me agrado bastante.

    Saludos Tere. :D

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  2. Ufff

    Hace tanto que me leí tres libros de aquí... Bonitos todos, aunque pues ya no es lo que suelo leer :)

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