Título: La abadía de Northanger (en el idioma original, Northanger Abbey).
Autor: Jane Austen.
Sinopsis: [...] es una reacción en contra del romanticismo "gótico", donde Jane Austen hace una parodia de esta clase de propuestas novelísticas [...]. [...] Catherine Morland, ávida lectora de novelas góticas, se asume como prospecto de heroína romántica, y con ello nos recuerda a otros personajes enloquecidos por sus lecturas [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Grupo Editorial Tomo (letra "n" de la colección "Jane Austen. Novelas Completas").
¿Qué les puedo decir? Creo que saben que Austen es una de mis autoras preferidas, al menos en cuanto a clásicas se refiere. Comprando la colección de Grupo Editorial Tomo, me propuse leer la mayor parte de sus obras, así que era cuestión de tiempo para que La abadía de Northanger pasara por mis manos.
Catherine Morland es una joven normal, una chica promedio de una pequeña población inglesa, la cual creció sin grandes ambiciones, pero también sin demasiados defectos. Parece que su vida será apacible por siembre hasta que una vecina y amiga, la señora Allen, la invitó a pasar con ella y su esposo una temporada en Bath, ciudad inglesa donde el señor Allen se hospedaría por motivos de salud. Así, sin saberlo Catherine, va al encuentro de personas gratas, misteriosas y no tan agradables... aunque no precisamente en ese orden.
Lo que nos presenta Austen en esta novela es un compendio de varios detalles que, en su época, caracterizaba a las novelas góticas más populares. Si les soy sincera, no tengo muy claro lo que es una novela "gótica", aunque parece que en eso influye la existencia de un edificio... bueno, gótico. En esta novela, la arquitectura representativa queda anunciada desde el título, aunque no sabemos de ella sino hasta bastante después de iniciada la novela y la protagonista descubre que, dejando volar demasiado la imaginación, una abadía puede resultar un lugar incómodo para convivir con otros.
La mayor parte de los personajes son pintorescos, aunque lamento decir que predije lo esencial de casi todos. Sí, aunque Austen me guste, debo admitir que no es muy difícil adivinar con ella qué rol desempeñará cada personaje, una vez avanzadas algunas páginas, Catherine es una de esas chicas a las que se puede influenciar, pero cuando decide algo, trata de que no sea así, por lo cual no es una protagonista completamente aburrida. Incluso me divirtieron algunos de sus despistes, de sus momentos de exaltada imaginación, porque ¿quién no ha sentido que las fantasías la sobrepasan hasta darse cuenta que solo son eso? Por otro lado, me alegro mucho que se librara de ciertas compañías, que desde el principio me parecieron un poco extrañas y, a la larga, me dieron la razón.
En resumen: me entretuve bastante. La abadía de Northanger es una de las novelas cortas de Austen (o eso sintió Bell), así que puede ser una de las primeras que lea alguien que quiera conocer a la autora. Sin embargo, si es por trama, mejor conozcan a Austen por alguna de sus obras más famosas.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Catherine Morland es una joven normal, una chica promedio de una pequeña población inglesa, la cual creció sin grandes ambiciones, pero también sin demasiados defectos. Parece que su vida será apacible por siembre hasta que una vecina y amiga, la señora Allen, la invitó a pasar con ella y su esposo una temporada en Bath, ciudad inglesa donde el señor Allen se hospedaría por motivos de salud. Así, sin saberlo Catherine, va al encuentro de personas gratas, misteriosas y no tan agradables... aunque no precisamente en ese orden.
Lo que nos presenta Austen en esta novela es un compendio de varios detalles que, en su época, caracterizaba a las novelas góticas más populares. Si les soy sincera, no tengo muy claro lo que es una novela "gótica", aunque parece que en eso influye la existencia de un edificio... bueno, gótico. En esta novela, la arquitectura representativa queda anunciada desde el título, aunque no sabemos de ella sino hasta bastante después de iniciada la novela y la protagonista descubre que, dejando volar demasiado la imaginación, una abadía puede resultar un lugar incómodo para convivir con otros.
La mayor parte de los personajes son pintorescos, aunque lamento decir que predije lo esencial de casi todos. Sí, aunque Austen me guste, debo admitir que no es muy difícil adivinar con ella qué rol desempeñará cada personaje, una vez avanzadas algunas páginas, Catherine es una de esas chicas a las que se puede influenciar, pero cuando decide algo, trata de que no sea así, por lo cual no es una protagonista completamente aburrida. Incluso me divirtieron algunos de sus despistes, de sus momentos de exaltada imaginación, porque ¿quién no ha sentido que las fantasías la sobrepasan hasta darse cuenta que solo son eso? Por otro lado, me alegro mucho que se librara de ciertas compañías, que desde el principio me parecieron un poco extrañas y, a la larga, me dieron la razón.
En resumen: me entretuve bastante. La abadía de Northanger es una de las novelas cortas de Austen (o eso sintió Bell), así que puede ser una de las primeras que lea alguien que quiera conocer a la autora. Sin embargo, si es por trama, mejor conozcan a Austen por alguna de sus obras más famosas.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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