miércoles, 26 de abril de 2023

Describiendo a... (CCLXIV)

Título: Neverwhere (en el idioma original, igual).

Autor: Neil Gaiman.

Sinopsis: [...] Richard Mayhew, un joven londinense con una vida ordinaria que cambia para siempre cuando se sumerge a través de los intersticios de la realidad en el subsuelo de Londres. Allí, como debajo de cada gran ciudad, existe un mundo desconocido e invisible, plagado de seres extraños, en el que sobrevivir dependerá de abrir las puertas adecuadas. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S.L.

¿Qué les puedo decir? A Gaiman ya lo conozco, gracias a un trabajo que escribió en conjunto (Buenos Presagios) y a dos que tuvieron adaptación a la pantalla, una de esas adaptaciones salió hace relativamente poco (StardustAmerican Gods). Por lo tanto, no era de sorprender que me llamara la atención una edición digamos especial de otra de sus obras, así que pasemos al tema.

Richard Mayhew es uno de tantos en Londres que trabajan y se esfuerzan para conseguir lo que desean. En su caso, parece ser un buen puesto de trabajo y el lograr que su novia se convierta en prometida, pero algo en él todavía se siente como si no perteneciera del todo allí, a la gran ciudad, a una monotonía que se puede percibir vacía en ocasiones. De pronto, un día, por ayudar a alguien que más de una vez le da a entender que hará mejor si sigue su camino, vuelve a lo que hacía... para darse cuenta de que, al parecer, ha sido olvidado: nadie tiene idea de quién es, ni siquiera la gente que lo conoce realmente. ¿Cómo se va a arreglar eso? ¿Y la persona desconocida a quien ayudó tiene relación con el fenómeno o solo fue coincidencia?

Gaiman aquí nos dio in giro de tuerca (creo que esa es la expresión correcta) a la expresión "desapareció sin dejar rastro". Richard, de un momento a otro, no sabe qué pasó en su vida como para que haya sido "borrado" de ella, e incluso cuando lo averigua, no puede hallar en sí mismo suficiente rencor como para arremeter demasiado tiempo contra quienes, al parecer, tuvieron la culpa (aunque no es tal, es más complicado que eso). Ahora, para recuperar lo que siente que perdió, debe meterse de lleno en el Londres sobre el que vivía sin saberlo, pero conforme avanza en la aventura, topándose con un montó de personajes bastante pintorescos, empieza a preguntarse si la vida que tenía se compara con lo que está viviendo en ese momento, y si acaso vale la pena recuperarla.

En este libro, para los que sean aficionados a la fantasía, podrán ver guiños no solo de historias famosas, sino de diversos sitios de Londres y un nuevo significado a unos cuantos de los curiosos nombres de dichos sitios (los juegos de palabras se llevan el premio en este caso). Eso queda más que evidente en la última parte de mi ejemplar, que es un extra en comparación de cuando se publicó por primera vez, con una historia que Gaiman escribió centrándose en uno de los personajes más memorables de la novela (que no, no diré cuál, pero el cómo se hace llamar es uno de esos guiños a historias famosas que mencioné antes). Si antes alguien era admirador de la capital inglesa, por la razón que sea, ahora pensará un poco más en ella y lo que podría estar escondiendo en las profundidades. Con la fantasía, se vale soñar, ¿no? Y Gaiman, como a veces digo por acá, se puse a soñar a lo grande "fumándose de la buena".

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2018)

No hay comentarios:

Publicar un comentario