Título: RoseBlood (en el idioma original, igual).
Autor: A. G. Howard.
Sinopsis: Rune Germain tiene un don increíble para la música. Puede cantar cualquier aria sin haberla oído antes. Pero, cuando lo hace, se marea y enferma. Con la esperanza de que la ayuden, su madre la envía a la academia RoseBlood, un lugar con un pasado muy oscuro. Allí, Rune conocerá a Thorn, un violinista enmascarado que la ayudará a superar poco a poco su enfermedad. Los jóvenes desarrollan una conexión muy especial, pero Rune pronto descubrirá que su peculiar talento para la música puede ser también su perdición... (De la contraportada de mi ejemplar).
¿Qué les puedo decir? Hace un tiempo, Howard me enganchó con sus retellings. Si no han leído mis seudo-reseñas de ella, entonces son nuevos en estos lares, lo cual no tiene nada de malo. En fin, que Howard me ha gustado bastante, y cuando vi la portada de la novela que compete aquí, pensé que estaría buena porque uno, soy fan de las rosas y dos, me gusta la composición (¿así se dice al conjunto de elementos visuales que forman una portada o me lo estoy sacando de la manga? Si alguien me informa, se lo agradecería). Entre eso y que también hablamos de un retelling aquí... pero me estoy adelantando, vamos desde el inicio.
Rune Germain está metida en la música, en parte por decisión propia, en parte porque algo dentro de ella parece estar muy en sintonía con cantar un aria a la perfección, cualquiera que sea, aunque jamás lo escuchara antes. El asunto con el canto de esas piezas musicales es que, justo al acabar, físicamente se siente mal de manera notoria y debilitante. lo que no es poca cosa. Nadie, mucho menos ella, sabe a qué se deba, así que deciden mandarla a una academia famosa por sus estudiantes de música, pero con una historia bastante... cuestionable, por decirlo de alguna manera. La mentada academia, RoseBlood (con ese nombre, ya empezamos a sospechar, ¿verdad?), resulta toda una experiencia para Rune, desde las las instalaciones y las clases, hasta la gente que conoce, entre estudiantes, profesores y otro personal. Solo que, entre conocer a alguien con quien parece llevarse de manera bastante particular y su extraña afección ligada a los arias, ¿de verdad resultará buena idea haber llegado a RoseBlood? ¿Y qué más pasará aparte de tener que resolver sus problemas de canto?
Desde ahora, les tengo que avisar: esta novela no es corta. Empecemos por ese detalle porque si luego les interesa leerla, no quiero reclamos de que no les advertí. Ya con eso fuera, pasemos a que se harán referencias a muchas cosas musicales y la mayor parte, por fortuna, se explican o se entienden por el contexto, pero si alguno se salta, pues demos gracias a la era moderna por poder buscar con unos cuantos clics lo que no sabemos (y si no, recurramos al tradicional diccionario impreso, también sirve). Todo lo de la música (que se insinúa desde que mencionan al aria, que según la Wiki, es una pieza musical creada para ser cantada por una voz solista sin coro, habitualmente con acompañamiento orquestal y como parte de una ópera o de una zarzuela), en realidad, es el ambiente adecuado para una historia que oscila entre el amor, el rencor y las dudas, todo enmarcado en un escenario que sí, sonará cliché, pero parece sacado de una obra teatral. Lo cual, déjenme decirles, no es tan descabellado, cuando la misma autora nos informa en cierto momento en qué se inspiró: en El fantasma de la ópera y algo de Historia real.
Ajá, en parte, por eso RoseBlood se podría considerar retelling y quizá les suelte pequeños spoilers de El fantasma de la ópera si, como yo, no han leído esa novela antes que la de Howard, aunque no es nada grave y creo que incluso, podría interesarlos en la obra de Gastón Leroux. En la cultura popular, es casi imposible que no se haya cruzado en nuestro camino, al menos de pasada, una representación del Fantasma. Lo que tienen los retellings es que puedes imaginar parte de la trama, pero si el autor sabe desarrollar bien su idea, convierten la historia de origen en algo propio y completamente genial. Les decía antes que esta novela es larga y eso juega un poco en su contra en ciertas partes, cuando sentía que no llegaba a ningún lado, pero luego todo fue acomodándose, así que se lo perdono (solo un poco, en su momento les aseguro que me frustraba).
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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