~Entrada~
Las niñas son guerreras
(Irene Cívico & Sergio Parra & Núria Aparicio)
Las niñas guerreras están por todas partes, solo hay que fijarse un
poco. Piénsalo un momentito… tu madre, tu abuela, tu hermana, aquella profe que
tuviste, quizá aquella escritora que tanto te gusta… Las niñas guerreras son
todas esas mujeres alucinantes que pueden no ser famosas, pero que se enfrentan
a la vida como auténticas estrellas de rock. Y por eso mismo el mundo entero
debería rendirse a sus pies. Right now.
~Plato Fuerte~
Nicky, la aprendiz de bruja
(Eiko Kadono)
—Hum, tal vez eso funcione. Ajá. Ahora que lo pienso, a mí también me
sería de provecho. Cuando nazca el bebé, me costará salir de casa a encargarme
de los asuntos cotidianos. Porte aéreo… ¡Qué interesante! Muy buena idea. —La
mujer echó hacia adelante medio cuerpo, entusiasmada, y continuó—: Pero, si
llevas cosas muy pequeñas, será difícil establecer las tarifas. ¿Qué piensas
hacer al respecto?
—No hay problema, me basta con que compartan sobras conmigo.
—¡¿Cómo?! ¿Qué quieres decir? —tanteó Osono.
—Com–par–ti so–bras —repitió Nicky remarcando las sílabas—. Nosotras las
brujas nos mantenemos así hoy en día. Somos útiles para los demás en lo que
podamos y, a cambio, la gente comparte un poco de lo que le sobra con nosotras.
Eso se llama hoy por ti, mañana por mí. —Inconscientemente, imitó el tono de su
madre.
~Postre~
Historia de Dos Castillos
(Gail Carson Levine)
—[…] ¿Cuánto tiempo estarás de aprendiza?
Los maestros cobraban cinco monedas de plata por enseñar a un aprendiz
durante cinco años, tres por siete. El aprendiz trabajaba a cambio de nada
durante ese periodo y aprendía un oficio.
—Diez años, señora —diez años de aprendizaje no costaban nada. Nuestra
familia era demasiado pobre para pagarme una plaza.
La coca descendió más que nunca. Chupé la menta con fuerza.
—Oh, querida —me tocó el brazo—. Lo siento.
—No tiene por qué sentirlo. Dominaré bien mi oficio cuando tenga
veintidós… quiero decir, veinticuatro.
—No es eso. En junio, los gremios abolieron los aprendizajes de diez
años. Ahora todos deben pagar para aprender un oficio.
Me volví hacia ella. Su expresión era seria. Decía la verdad.
El barco cabeceó, pero mi estómago se calmó mientras se me agarrotaba.
Con mis agradecimientos a Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".
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