Buenas, gente, bienvenidos sean de nuevo a este espacio.
Como habrán adivinado (o quizá ya lo esperaban, si es que me siguen en Twitter), ayer acudí por segunda ocasión a la Feria del Libro Aguascalientes en su edición número cuarenta y tres. Válgame, lo recién escrito es como repetición de la entrada pasada, jajaja. Como sea, la de ayer fue una ocasión especial, puesto que era uno de octubre. Si alguien sabe qué quiero decir, favor de no divulgarlo más de lo necesario (aunque ayer en Twitter di una pista).
Pensaba hacerle caso a alguien (cofNeacof) y adquirir la trilogía completa de Memorias de Idhún, pero ¡oh, desilusión! Ya no hallé el primer libro. Compré el segundo y el tercero (junto con Un mundo feliz, El Castillo Ambulante, El Castillo en el Aire y El Club de la Buena Estrella, aunque no todos en el mismo puesto), pero no pienso leerlos hasta conseguir el primero. Total, con la torrecilla de libros pendientes que tengo (que con las más recientes compras ha aumentado de altura), tendré tiempo de sobra para conseguir ese ejemplar.
Igualmente me puse de generosa con mi hermana y mi cuñado y les compré algo a cada uno. Mi cuñado es fan de Mario Benedetti, quiso uno de sus libros de poemas (yo a ese autor casi no lo conozco, solo tengo una obra suya, La borra del café); mi hermana, en cambio, buscaba por todos lados El señor de las moscas, pero solo encontró la película.
Ah, pero hoy volví a ir y terminé comprando más libros (La Historia Interminable y la trilogía de Ghostgirl)... Por eso ahora me siento auto-desfalcada, jajajaja. Ya ni quiero pensar en cuánto dinero gasté, porque me va a dar algo. Lo que sí puedo decirles es que me he quedado bastante a gusto (menos por lo del primer libro de Memorias de Idhún, claro). Pero en fin, a chambear duro para hacer otro guardadito y felicidades a la Feria del Libro Aguascalientes por su éxito. Hasta el próximo año.
Cuídense mucho y nos leemos pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario