miércoles, 28 de junio de 2023

Describiendo a... (CCLXXIII)

Título: Bestias de la noche (en el idioma original, Beast Made of Night).

Autor: Tochi Onyebuchi.

Sinopsis: [...] Taj es el más talentoso de los aki, jóvenes devoradores de pecados al servicio de los magos [...]. Pero la forma de vida de Taj tiene un precio terrible. Cuando mata a una bestia de pecado, un tatuaje con la forma de esa bestia aparece en su piel mientras que la culpa de esa falta se materializa en su mente. La mayoría de los aki no tardan en caer en la locura, sin embargo Taj tiene 17 años, es arrogante y está desesperado por ayudar a dar sustento a su familia. Cuando a Taj se le ordena devorar un pecado de un miembro de la realeza, se ve arrastrado a una oscura conspiración. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 24 de junio de 2023

Tinta a la Carta CXX: Cena en tres tiempos

~Entrada~

D de Deuda

(Sue Grafton)

Descubrí después que se llamaba John Daggett, pero no fue éste el nombre con que se me presentó en el despacho. Ya me di cuenta entonces de que ocurría algo anormal, aunque no sabía de qué se trataba. El trabajo para el que me contrató parecía bastante sencillo, pero el muy sinvergüenza quiso jugármela a la hora de pagar la minuta. Estas cosas no pueden tolerarse cuando una trabaja por libre. Corre el rumor y antes de que te des cuenta todo el mundo cree que puede tomarte por el pito del sereno. Me puse a buscarlo, para que me pagara, y sin comérmelo ni bebérmelo me vi metida en un lío del que aún no me he recuperado del todo.

 

~Plato Fuerte~

La luna de la medianoche

(Sherrilyn Kenyon)

—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con un amigo?

—Hace diecinueve meses.

Leta se quedó boquiabierta al escuchar la respuesta. Imposible. A pesar de la tibieza de sus emociones, que estaban prácticamente anuladas, ella sí seguía confiando en los demás. […]

—¿Cómo?

—Ya me has oído.

Cierto, pero una cosa era oírlo y otra muy distinta, creérselo.

—Estás de broma.

—De eso nada, hablo muy en serio. Llamé a mi mejor amigo para hablar porque necesitaba desahogarme con alguien y después me enteré de que nuestra conversación no solo aparecía en las revistas del corazón, sino también en todos los blogs y revistas especializadas que ese imbécil fue capaz de encontrar. «Aidan O’Connor, la verdad tras la leyenda. Así fue como su novia lo traicionó y lo dejó tirado en la calle, pidiendo limosna y asaltando a sus fans.» Lo que más me dolió fue que no había ni una pizca de verdad en toda esa porquería. Retorció tanto mis palabras y las cambió de tal modo que ni yo mismo las reconocí. Después de eso, podría decirse que aprendí de mis errores. Así que no, no hablo con mis amigos. Jamás.

 

~Postre~

Stars Above

(Marissa Meyer)

—Una falla de programación…

—Claro. Tú tienes programación, ¿no es así? —alzó un brazo serpenteante y señaló con un gesto la prótesis de acero de Cinder—. Yo también tengo una falla. A veces se me olvida que no soy humana. No creo que eso le suceda a muchos androides.

Cinder permaneció mirando el cuerpo liso de Iko, sus bandas de rodamiento, sus tenazas con tres dedos, y se preguntó cómo sería estar atrapada en semejante cuerpo y no saber si eres humana o robot.

Se llevó un dedo a la esquina de su ojo derecho, buscando una humedad que no estaba allí.

—Correcto. Una falla —fingió una sonrisa despreocupada, esperando que la androide no pudiera detectar el estremecimiento que la acompañó—. Quizá solo sea eso…


Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 21 de junio de 2023

Describiendo a... (CCLXXII)

Título: La vuelta al mundo en 80 días (en el idioma original, Le Tour du monde en quatre-vingts jours).

Autor: Jules Verne.

Sinopsis: [...] Phileas Fogg, un flemático caballero inglés que acostumbraba ir diariamente al Reform-Club a jugar al whist. Allí se enfrasca en una discusión con otros miembros del club sobre la posibilidad de dar la vuelta al mundo en 80 días. Mientras Fogg argumenta que el tiempo era más que suficiente, los demás piensan que es imposible dicho viaje en tan pocos días. Finalmente, Fogg realiza una apuesta millonaria y muy arriesgada... [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 17 de junio de 2023

Tinta a la Carta CXIX: Merienda en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Cosas que nadie sabe
(Alessandro D’Avenia)
—¿Tú sabes quién es? —respondió Margherita, que no estaba escuchando.
—¿Kim? Claro, es buenísima… ¡También ha hecho un montón de musicales!
—Ese chico…
—¿Cuál? —preguntó Marta buscando entre los actores en la hierba.
—Da igual… ¿Qué decías de Kim?
—Es amiga de mi madre y nunca se equivoca: ha dicho que tienes talento. ¿Estás segura de que nunca has interpretado?
—Nunca. Solo he dejado que pasase.
—¿En qué sentido?
—No lo sé, son cosas que nadie sabe…
Y lo único que ahora quería saber era dónde se habían metido esos dos ojos hechos de finísimos surcos azules, parecidos a ríos nacidos de glaciares inalcalzables que desembocan en un mar negro como una perla rarísima. Era absurdo, pero los echaba de menos.
 
~Entrada~
Diario de una pasión
(Nicholas Sparks)
—Está prometida —musitó finalmente, y durante horas se quedó en un silencio roto únicamente por el ruido de la mecedora. La noche estaba tranquila, con escasa actividad a no ser por Clem, que de vez en cuando se le acercaba para controlarlo, como si quisiera preguntarle: «¿Estás bien?»
Y poco después de las doce, en aquella serena noche de octubre, Noah notó que todo se desmoronaba a su alrededor y se sintió desbordado por un incontenible sentimiento de desesperación. Si alguien lo hubiera visto en ese momento, habría pensado que parecía más viejo, como si en tan solo un par de horas hubiera envejecido medio siglo. Un pobre anciano inclinado sobre la mecedora, con la cara hundida entre las manos y lágrimas en los ojos.
No podía parar de llorar.
 
~Plato Fuerte~
La guerra no tiene rostro de mujer
(Svetlana Alexiévich)
»El comandante del Estado Mayor estaba sentado donde tú estás ahora. “Señálame —dijo con un golpe en la mesa— a aquel que te haya ofendido. ¡Enséñamelo!” Y me pedía perdón: “Valentina, no tengo palabras para ti, solo lágrimas”. No queremos que se compadezcan de nosotras. Tenemos nuestro orgullo. Que reescriban la Historia las veces que quiera. Con Stalin o sin él. Pero esto siempre quedará: ¡vencimos! Al igual que nuestros sufrimientos. Lo que habíamos aguantado. No es chatarra, ni cenizas. Es nuestra vida.
»Y ya no digo ni una palabra más…»
Me marcho con un paquete de empanadas bajo el brazo: «Son siberianas. Especiales. No las encontrarás en una tienda…». Además he recibido otra larga lista de nombres y teléfonos: «Estarán encantadas de hablar contigo. Te estarán esperando. A ver si me explico: recordar asusta, pero no recordar es aún más terrible.»
Ahora entiendo por qué a pesar de todo ellas eligen hablar…
 
~Postre~
Yo, Simon, Homo Sapiens
(Becky Albertalli)
—Verás —se explica—, sé que eres amigo de Abby Suso y quería pedirte
—¿Pedirme? ¿Es en serio? ¿Por qué no me explicas antes a santo de qué le has hecho una captura a mis correos?
Aguarda un momento antes de responder.
—Mira, yo solo estaba pensando si querrías ayudarme a hablar con Abby.
Se me escapa la risa.
—¿Qué me estás pidiendo? ¿Que interceda por ti?
—Bueno, sí —reconoce.
—¿Y por qué diablos iba a hacer algo así?
Me mira y, de sopetón, ato cabos. Todo esto es por Abby. Eso es lo que quiere de mí. A cambio de no difundir mis malditos correos privados.
Y los de Blue.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 14 de junio de 2023

Describiendo a... (CCLXXI)

Título: Wires and Nerve. Los rebeldes (en el idioma original, Wires and Nerve. Gone Rogue).

Autor: Marissa Meyer.

Sinopsis: Iko y Liaam deberán atrapar a Lysander Steele y su manada rebelde antes de que destruyan el frágin acuerdo de paz entre la Tierra y Luna. Cinder y Kai, Scarlet y Wolf, Cress y Thorne, Winter y Jacin; son parte de esta épica batalla. Pero es Iko quien deberá enfrentar sus miedos más profundos. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 10 de junio de 2023

Tinta a la Carta CXVIII: Comida en cinco tiempos

~Aperitivo~
Wild Card, El comienzo
(Varios, edición de George R. R. Martin)
Todavía hay quienes dicen que el ejército tuvo la culpa de todo lo que ocurrió, pero no es cierto. Es fácil ser sabio a posteriori, pero yo estuve allí, y mantendré hasta el día en que me muera que los pasos que dimos fueron razonables y prudentes.
Lo que más me desazona es cuando dicen que no hicimos nada para seguir el rastro del maldito globo con las esporas wild card. Quizá cometimos un error, sí, pero no fuimos idiotas, nos estábamos cubriendo las espaldas. Todas y cada una de las instalaciones militares tenían la orden de estar al acecho de una nave espacial que se hubiera estrellado y que pareciera una concha con lucecitas. ¿Es mi maldita culpa que nadie se la tomara en serio?
Créame, al menos, en una cosa. Cuando se desató el infierno, hice que Tachyon volara a toda prisa de regreso a Nueva York en un par de horas. Yo estaba en el asiento detrás de él. Aquel mequetrefe pelirrojo se pasó llorando la mitad del trayecto por el país. Yo recé por Jetboy.
 
~Entrada~
Los Borodin VI. Furia y fortuna
(Christopher Nicole)
—Señor Dulles —explicó John—, yo no sé mucho sobre Iván Nej, excepto que algún día me agradaría observarlo a través de la mira de una Magnum. Gregory es su hijo, de modo que tal vez tenga algunos sentimientos; pero puedo asegurarle esto: a Anna le importa un comino lo que le suceda a Gregory Nej, y ella jamás hace lo obvio, ni siquiera lo normal. Mis instintos me dicen que ella se apoderó de Diana; además, sé que recibió mi nota. Si estas dos cosas son ciertas y ella no ha respondido y Diana no ha sido incluida en este trato, entonces Anna está siguiendo un plan propio —se encogió de hombros—. De cualquier manera, debemos ser pacientes, y cuando llegue el momento, ser tan inflexibles como ella, y quizá incluso tengamos a Diana de vuelta.
 
~Plato Fuerte~
El laberinto de los espíritus
(Carlos Ruiz Zafón)
—[…]. No va a contarme de qué va todo esto, ¿verdad?
—Todavía no lo sé, Virgilio.
—¿Le puedo pedir un favor?
—Por supuesto.
—Cuando esta historia que se lleva entre manos acabe, si es que acaba y sale usted de una pieza y todavía conserva este libro, tráigamelo. Me gustaría pasar unas horas a solas con él.
—¿Y por qué no iba a salir entera?
—Quién sabe. Si algo tienen los libros de El Laberinto de Mataix es que todo aquel que los toca acaba mal.
—¿Otra leyenda de las suyas?
—No. Esta es de las de verdad.

~Entremés~
Cazadores de Sombras. Renacimiento 1. Lady Midnight
(Cassandra Clare)
—Mírame, Jules. —le pidió, y sus ojos se encontraron.
Le puso la estela sobre la piel, y por un instante la mantuvo inmóvil allí, respirando, solo respirando y recordando.
Julian. Presente en su vida desde que podía recordar, juntos, salpicándose en el océano, cavando en la arena, él poniendo la mano sobre la de ella y maravillándose ante la diferencia de forma y longitud de los dedos. Julian cantando, horriblemente desafinado, mientras conducía, y quitándole del cabello, con sus largos dedos, una hoja enredada; sus manos sujetándola en la sala de entrenamiento cuando ella caía, y caía, y caía. Y después de la ceremonia de parabatai, cuando ella había pegado un puñetazo a la pared furiosa porque no le salía una maniobra con la espada y él se le había acercado, la había rodeado con los brazos, con ella aún temblando, y le había dicho: «Emma, Emma, no te hagas daño. Cuando te duele, yo también lo siento».
 
~Postre~
Memorias del Águila y del Jaguar. El bosque de los pigmeos.
(Isabel Allende)
—Tendré que llevar a mi nieto y su amiga Nadia, que está aquí conmigo —explicó ella.
—¡La revista no paga sus gastos, Kate! —replicó el editor desde una distancia sideral.
—¡Entonces no voy! —chilló ella de vuelta.
Y así fue como días más tarde llegó a África con los chicos y allí se reunió con los dos fotógrafos que siempre trabajaban con ella, el inglés Timothy Bruce y el latinoamericano Joel González. La escritora había prometido no volver a viajar con su nieto y con Nadia, que le habían hecho pasar bastante susto en dos viajes anteriores, pero pensó que un paseo turístico por África no presentaba peligro alguno.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 7 de junio de 2023

Describiendo a... (CCLXX)

Título: Asesinato en el Orient Express (en el idioma original, Murder on the Orient Express).

Autor: Agatha Christie.

Sinopsis: Un grupo de viajeros se ve atrapado en el Orient Express en medio de una tormenta de nieve. Entre ellos pronto se descubre un cadáver. El asesino está entre los presentes. Al detective más famoso de la historia le corresponde averiguar quién ha cometido el crimen. (De la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 3 de junio de 2023

Tinta a la Carta CXVII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~

Los Watson

(Jane Austen)

[…] De ser objeto de todas las esperanzas y cuidados de su tío —que la había instruido con el mismo cariño que un padre— y de la ternura de una tía —cuya naturaleza amable se había deleitado en concederle todos los caprichos—; de ser el centro y la alegría de una casa donde todo habían sido comodidades y elegancia, y siendo la supuesta heredera de una fortuna que le permitiría vivir con desahogo, Emma se había convertido en una joven a la que nadie parecía querer, en una carga para aquellos cuyo afecto no podía esperar, en una boca más que alimentar en una familia demasiado numerosa, rodeada de inteligencias de un nivel inferior, con tan escasas probabilidades de sentirse cómoda en su nuevo hogar como de encontrar a alguien en quién apoyarse en el futuro. Era una suerte para ella ser de naturaleza alegre, pues el cambio era tan grande que habría sumido en la desesperación a cualquier espíritu más débil que el suyo.
 

~Entrada~

Cada siete olas

(Daniel Glattauer)

Una semana después

Asunto: La séptima ola

[…]

Pero ¡cuidado con la séptima ola! La séptima es imprevisible. Durante mucho tiempo pasa inadvertida, participa en el monótono proceso, se adapta a sus predecesoras. Pero a veces estalla. Siempre ella, siempre la séptima. Porque es despreocupada, inocente, rebelde, barre con todo, lo cambia todo. Para ella no existe el antes, solo el ahora. Y después todo es distinto. ¿Mejor o peor? Eso solo pueden decirlo quienes fueron arrastrados por ella, quienes tuvieron el coraje de enfrentarla, de dejarse cautivar.

Ya llevo una hora aquí sentada, contando las olas y observando qué hacen las séptimas. Aún no ha estallado ninguna. Pero estoy de vacaciones, tengo paciencia, puedo esperar. No pierdo las esperanzas. Aquí, en la costa occidental, sopla fuerte y cálido el viento del sur.

Emmi.

 

~Plato Fuerte~

Máquinas mortales

(Philip Reeve)

—Así que, ¿hay alguien que haya encontrado algo que el Gremio de Historiadores podría desear comprar?
Algunos de los hombres hicieron gestos afirmativos con la cabeza, otros la movieron negativamente y otros registraron el interior de sus abultadas bolsas. La muchacha de la bufanda negra cubriéndole la cabeza deslizó una mano en el interior de su abrigo y dijo:
—Yo tengo algo para ti, Valentine.
Habló tan suavemente que solo Tom y Katherine pudieron oírla, y cuando se voltearon para mirar, ella sacó de repente un largo y afilado cuchillo que levantó en el aire en dirección a Valentine.
 

~Postre~

La épica conquista de Genie Lo

(F. C. Yee)

—Basta de perder el tiempo —espetó—. Llegué a estos mezquinos salones solo para reclamar lo que me pertenece.
Antes de que nadie pudiera detenerlo, saltó sobre el escritorio de Rachel y pasó sobre ella al siguiente, como si Rachel no estuviera allí.
—¡Hey! ¡Quentin! —dijo la señora Nanda, agitando frenéticamente sus manos—. ¡Baja ahora mismo de ahí!
El nuevo estudiante la ignoró y continuó avanzando por la fila de escritorios. Hacia el mío.
Todos los que estaban en su camino se inclinaron hacia un lado para evitar que los pateara. Estaban demasiado estupefactos para hacer otra cosa que no fuera servir de contrapeso.
Se detuvo en mi escritorio y se agachó, mirándome a los ojos. Su mirada me inmovilizó en mi asiento.
No pude voltear. Estaba tan cerca que nuestras narices casi se tocaban. Olía a vino y melocotones.
—¡Tú! —dijo.
—¿Qué? —chillé.
Quentin me dedicó una sonrisa absolutamente salvaje. Inclinó su cabeza como si fuera a susurrar, pero habló lo suficientemente alto para que todos lo escucharan.
—Tú me perteneces.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".