sábado, 16 de marzo de 2024

Tinta a la Carta CXXXVIII: Comida en cinco tiempos

~Aperitivo~
Wild Cards, Juego sucio
(Varios, edición de George R. R. Martin)
Una idea surgió en la mente de Brennan. Sólo los muertos, pensó, lo saben todo. Ellos habían terminado, y desde su punto de vista todo estaba finalizado. Sus vidas se habían completado. Sólo los muertos podían conocer del todo Jokertown, pues no tenían necesidad del conocimiento. Al igual que Brennan, cuando vivía en las montañas. Su vida era pacífica, invariable y serena. Y era una vida muerta. Pero había vuelto a vivir. El precio de volver a vivir era la sensación de incertidumbre y pérdida de control que lo invadía cada vez más. Un precio muy alto, pero se daba cuenta de que podía pagarlo por lo menos hasta ese momento del juego.
 
~Entrada~
El solitario Atlántico
(Jorge López Páez)
¿Dónde estaría Doña Blanca? El cielo azul, lejano el mar y sin embargo cercándome. Se me acabaron las lágrimas. Busqué un refugio, y no encontré uno solo. Ahí estaba yo en el muro, cerca de la indiferente piñanona. Me pareció estar a la orilla del mar: las olas mordían mis pies. Todo era un mar. Todo era un mar. Un mar infinito. Me figuré a los Aragones como implacables tiburones. Ahí estarían lanzándome en arponazos el “alcahuete”, el “alcahuete. Ahí estaba viéndome ante mi madre, como no me había visto antes. De repente, subí a mi barca. Miré a la popa: no había nadie. A pesar del cielo azul, todo el mar estaba encrespado y “ciegamente me lancé como destino en el solitario Atlántico”.
 
~Plato Fuerte~
Iskari
(Kristen Ciccarelli)
¿No tenía miedo?
Como no respondió, el joven hizo algo aún peor: levantó la vista hacia ella.
Un calor repentino la atravesó cuando sus miradas se encontraron. Los ojos del chico eran tan penetrantes como el acero recién afilado. Debería haber apartado la vista, pero esta se dirigió de sus ojos —negros, como los de su madre— a la cicatriz arrugada que le surcaba la cara y el cuello, y desaparecía bajo su camisa.
La gente siempre la miraba, así que ya estaba acostumbrada, y los niños hasta la señalaban con el dedo. Aunque la mayoría desviaba la vista en el acto en cuanto veía esa cicatriz. Aquel esclavo, en cambio, parecía recrearse en ella. Su mirada era curiosa y atenta, como si Asha fuera un tapiz y no quisiera perderse el menor detalle.

~Entremés~
Cazadores de Sombras. Renacimiento 3. La Reina del Aire y la Oscuridad
(Cassandra Clare)
Emma dejó que Cristina la levantase. Magnus y Alec iban hacia ellas. Este último tenía el rostro tenso y los ojos rojos. Emma, con su mano en la de Cristina, recorrió el salón con la mirada, y le pareció un lugar totalmente diferente de aquel al que habían llegado hacía unas horas. Quizá porque antes brillaba el sol, pensó Emma, mientras oía vagamente que Magnus y Alec hablaban con Cristina sobre llevarla a una casa que habían reservado para los Blackthorn. Tal vez fuera porque el salón se había oscurecido y las sombras en los rincones eran tan espesas como capas de pintura.
O podía ser porque todo había cambiado. Quizá porque nada volvería a ser como antes.
 
~Postre~
La magia de Recluce
(L. E. Modesitt Jr.)
—Bueno, ¿a dónde tengo que ir?
—¿Estás seguro? —preguntó tío Sardit con la boca llena.
—¿Es que me queda otra opción? O me meto en un barco y me voy al exilio o trato de aprender todo lo que pueda antes de hacer algo.
—Creo que has elegido correctamente —dijo tía Elisabet—. Pero no es tan sencillo.
Después de acabar el pan y el queso en el tenso ambiente de la estancia, volví a mis aposentos sobre la tienda y comencé a hacer el equipaje. Tío Sardit dijo que guardaría la silla y los otros muebles hasta que volviera.
No mencionó el hecho de que pocos Dangergelders regresaban. Yo tampoco lo mencioné.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea del ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 13 de marzo de 2024

Describiendo a... (CCCIX)

Título: El disco del tiempo.

Autor: María García Esperón.

Sinopsis: Nuria, estudiante de informática, recibe una extraña invitación mediante un correo electrónico que la lleva a la isla de Creta. Ahí estudia un disco de arcilla impreso con signos provenientes de una lejana y misteriosa civilización: la minoica. Luego de una visita a las ruinas de un antiguo templo y un sinfín de contratiempos, descubre que el Disco de Festos es mucho más que una pieza arqueológica [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

sábado, 9 de marzo de 2024

Tinta a la Carta CXXXVII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~

El príncipe y la modista

(Jen Wang)

—¿Podría saber…? ¿Por qué os ponéis ropa de chica?
—No lo sé. Hay días en que me miro al espejo y me digo «¡Ese soy yo, el príncipe Sebastian! Y me pongo ropa de chico y me parezco a mi padre». Pero hay otros días en que se me antoja antinatural. Esos días me siento más como si fuera… una princesa.
 

~Entrada~

Cuando me veas

(Laura Gallego García)

Tina se sentía extraña, como si estuviese contemplando la escena desde fuera, como una espectadora en un cine a la que de pronto hubiesen teletransportado al mundo existente más allá de la pantalla. Estaba allí, pero no estaba. Y, aunque atribuía el insólito comportamiento de su vecino a la tremenda borrachera que llevaba encima, no podía dejar de sentir que aquello no era del todo normal.

Asistió, como en un sueño, a la breve conversación entre el vecino y su mujer a través del interfono; cuando ella abrió por fin la puerta, Tina reaccionó, cogió su mochila y se coló en el portal tras el hombre borracho.

Fue entonces cuando se dio cuenta.

En el recibidor había un viejo espejo que, pese a que estaba rajado por la mitad, todavía aguantaba en su sitio. Tina echó un breve vistazo a su imagen reflejada… y no la vio.

 

~Plato Fuerte~

Moxie

(Jennifer Mathieu)

Puedo ver a las Riot Grrrls –mamá incluida– caminando de noche por la calle con sus borcergos, cortes de pelo desafiantes y labios pintados de negro, listas para defender sus creencias, lo que sabían que era correcto.
Enojadas. Intocables. Imparables. Y, si usamos las palabras que dijo la abuela sobre mamá en la cena de anoche, llenas de empuje.
O moxie en inglés. De pronto, ya lo tengo.
Con la lengua entre los dientes, la mente concentrada, la mano firme, trazo unas letras con cuidado, ya imaginando cómo se verá el producto final. Termino de trazar las letras del título y después, en el último minuto, agrego el lema perfecto. Cuando termino, hago sonar mi cuello, que quedó un poco dolorido por estar encorvada sobre mi creación, totalmente abstraída. Después admiro mi trabajo. Siento la adrenalina correr con fuerza dentro de mí. Sonrío.
Hace siglos que no estoy tan entusiasmada con algo.
 

~Postre~

El lenguaje de las flores

(Vanessa Diffenbaugh)

La mujer estaba cerrando la tienda cuando llegué. Todavía no era mediodía.
—Si buscas otros cinco dólares, llegas tarde —comentó, señalando la furgoneta con la cabeza. Estaba llena de pesados arreglos florales—. Me habría venido bien tu ayuda.
Le mostré mi ramo.
—¿Qué es esto? —preguntó.
—Mi experiencia —contesté, ofreciéndole las flores.
Olió los crisantemos y las rosas; luego metió un dedo entre la verbena y se examinó la yema. Limpia. Echó a andar hacia su furgoneta y me indicó que la siguiera.
De la parte trasera del vehículo cogió un ramillete de rosas blancas, rígidas, muy apretadas y atadas con una cinta de raso rosa. Puso los dos ramos uno al lado del otro. No había comparación. […]

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

miércoles, 6 de marzo de 2024

Describiendo a... (CCCVIII)

Título: Ex libris.

Autor: Sandra Andrés Belenguer.

Sinopsis: Lara es apodada como "La nueva" o "Bicho raro" en todos los institutos en los que se matricula. La principal razón [...] es que Lara solo parece interesada por la literatura y no es nada hábil en las relaciones sociales. [...] vive en París, ciudad a la que sus padres han emigrado dos años antes. [...] Agobiada por un suceso desagradable con los gamberros de su clase, se va a un parque cerca del cual descubre una extraña librería [...]. El librero, un tipo extraño, la cita para días más tarde. A partir de ese momento, Lara comienza el fin de su solitaria existencia e inicia su propia aventura... (Extracto de la solapa de la portada de mi ejemplar).