Título: Winter (en el idioma original, igual).
Autor: Marissa Meyer.
Sinopsis: Cinder y sus compañeros lograron suspender la boda real. El nuevo plan es lograr lo imposible: la rebelión en Luna, pero un solo paso en falso puede acabar con la vida y los sueños de todos. Lo que Cinder aún no sabe es que en Luna encontrará una aliada decisiva: una joven que con su belleza y su bondad puede ser la clave para destronar a la reina Levana. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: V&R Editoras.
¿Qué les puedo decir? Finalmente, ¡aleluya!, pude leer el final de las Crónicas Lunares en español. En realidad, me habían pasado Winter en formato PDF, por lo cual pensaba que esta seudo-reseña sería parte de la otra numeración (la que lleva una "e", que quiere decir "electrónica"), pero en diciembre de 2016 finalmente el libro llegó a México, así que decidí leerlo así. Había iniciado antes con el PDF (por el Maratón de Lectura de diciembre del Foro de los Black), pero no me sentía cómoda, así que decidí pasarme al ejemplar físico... que es un tabique digno de lo que tenía que contar.
Tras lo acontecido en Cress, Cinder y sus compañeros están planeando el golpe definitivo contra la reina Levana de Luna: una revolución. Para eso, deberán moverse dentro de la misma Luna, donde el peligro inmediato es que los lunares puedan manipular las acciones de casi todos, con tal de hacerle ver al pueblo que tienen otra opción de vida si aceptan rebelarse. En medio de todo eso, la ayuda que menos espera Cinder es la de la propia hijastra de Levana, Winter, una chica que es conocida por ser hermosa y buena, pero que ha tenido su ración de sufrimiento a manos de su madrastra, por lo cual no tiene nada qué perder si apoya a Cinder. ¿Cómo saldrá eso entonces?
Como el resto de las Crónicas Lunares, Winter tiene influencia de uno de los cuentos más famosos del mundo, Blanca Nieves y los Siete Enanos. Nos toparemos con una hermosa princesa que tiene una madrastra cruel, pero quitando ese y un par de detalles más, Winter no tiene mucha relación con ese personaje de cuento, porque para empezar, en la corte lunar es conocida como una princesa débil, desequilibrada mentalmente a causa del don lunar que se niega a emplear desde cierto incidente de su pasado, y que solo servirá a la reina para afianzar alguna alianza política mediante matrimonio. Pero Winter no quiere esa vida, así que en cuanto tiene la oportunidad, piensa demostrar que ella vale algo más que un casamiento arreglado, ¿y qué mejor que destronar a su madrastra, por poca que sea la ayuda que pueda brindar?
En esta última entrega, además de conocer mucho más a Winter y a su más fiel protector Jacin, regresan a la mira los demás protagonistas: Cress la hacker y Thorne el ladrón; Scarlet la pelirroja granjera y Wolf el soldado mutante; Kai el emperador de la Comunidad Oriental y claro, Cinder la cyborg quien decidió que lo mejor que podría hacer por Luna era impulsarla a ir contra Levana. Cada uno de ellos, aparte de lo que ya sabíamos, nos va enseñando de lo que son capaces ahora que realmente pueden generar un gran cambio. No siempre sabrán lo que hacen, no siempre les salen las cosas bien y no siempre están en lo correcto, pero piensan en otras personas además de en sí mismos, y eso es mejor de lo que Levana es en ese momento.
Poco a poco, se va armando el rompecabezas de por qué cada uno de estos personajes es importante, aunque en ocasiones parece que las cosas se ponen tan mal que no habrá solución posible. Y créanme, hay demasiadas ocasiones en que pensaba "¿qué demonios hizo Meyer aquí? ¡Todo se va a ir al diablo!"; sin embargo, los protagonistas saben salvar las dificultades, aunque eso signifique el modificar sus planes por el bien de los demás. Algunos desvíos son más impactantes que otros, e incluso a veces te saltan a la vista un par de detalles que te hacen predecir (y acertar), pero no es como si realmente me quejara. Al contrario, quedé muy satisfecha por la conclusión que Meyer le dio a su universo futurista, en el cual tal vez nos gustaría vivir... o tal vez no.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Como el resto de las Crónicas Lunares, Winter tiene influencia de uno de los cuentos más famosos del mundo, Blanca Nieves y los Siete Enanos. Nos toparemos con una hermosa princesa que tiene una madrastra cruel, pero quitando ese y un par de detalles más, Winter no tiene mucha relación con ese personaje de cuento, porque para empezar, en la corte lunar es conocida como una princesa débil, desequilibrada mentalmente a causa del don lunar que se niega a emplear desde cierto incidente de su pasado, y que solo servirá a la reina para afianzar alguna alianza política mediante matrimonio. Pero Winter no quiere esa vida, así que en cuanto tiene la oportunidad, piensa demostrar que ella vale algo más que un casamiento arreglado, ¿y qué mejor que destronar a su madrastra, por poca que sea la ayuda que pueda brindar?
En esta última entrega, además de conocer mucho más a Winter y a su más fiel protector Jacin, regresan a la mira los demás protagonistas: Cress la hacker y Thorne el ladrón; Scarlet la pelirroja granjera y Wolf el soldado mutante; Kai el emperador de la Comunidad Oriental y claro, Cinder la cyborg quien decidió que lo mejor que podría hacer por Luna era impulsarla a ir contra Levana. Cada uno de ellos, aparte de lo que ya sabíamos, nos va enseñando de lo que son capaces ahora que realmente pueden generar un gran cambio. No siempre sabrán lo que hacen, no siempre les salen las cosas bien y no siempre están en lo correcto, pero piensan en otras personas además de en sí mismos, y eso es mejor de lo que Levana es en ese momento.
Poco a poco, se va armando el rompecabezas de por qué cada uno de estos personajes es importante, aunque en ocasiones parece que las cosas se ponen tan mal que no habrá solución posible. Y créanme, hay demasiadas ocasiones en que pensaba "¿qué demonios hizo Meyer aquí? ¡Todo se va a ir al diablo!"; sin embargo, los protagonistas saben salvar las dificultades, aunque eso signifique el modificar sus planes por el bien de los demás. Algunos desvíos son más impactantes que otros, e incluso a veces te saltan a la vista un par de detalles que te hacen predecir (y acertar), pero no es como si realmente me quejara. Al contrario, quedé muy satisfecha por la conclusión que Meyer le dio a su universo futurista, en el cual tal vez nos gustaría vivir... o tal vez no.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2016)
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