Título: Memorias del Águila y del Jaguar.
Autor: Isabel Allende.
Sinopsis: En La Ciudad de las Bestias partirán en busca de una bestia gigantesca que se halla en la vasta selva del Amazonas [...]. En El Reino del Dragón de Oro conocerán las enseñanzas budistas cuando visiten el Himalaya, donde se esconde la estatua del Dragón de Oro [...]. En El Bosque de los Pigmeos viajarán al corazón de África para ayudar a liberar de la esclavitud a los pigmeos [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (actualmente Penguin Random House), a través de DeBolsillo.
¿Qué les puedo decir? Isabel Allende me gusta, creo que eso lo he dicho ya, pero también es cierto que no había leído mucho de ella. Cuando vi este volumen, que recopila tres novelas suyas que siguen una secuencia (son trilogía, vamos) y de no ser por La Lata (si no recuerdo mal), no habría salido todavía. Me llevó un rato sumergirme en el ambiente, pero creo que acabé consiguiéndolo.
Alexander Cold es un muchacho americano común, atormentado al inicio de la historia porque su madre está enferma y claro, él nada puede hacer. Debido a ciertas cuestiones, cuando ingresan a su madre al hospital para tratamiento, Alexander es enviado a donde vive su abuela paterna, Kate, periodista independiente que sin deberla ni temerla, se lo lleva al Amazonas porque le han encargado la historia de algo muy raro: las apariciones de una bestia que tiene a todo el mundo intrigado. Es en el Amazonas donde Alexander conoce a la que se convertirá en su mejor amiga: Nadia Santos, una niña alegre y segura de sí misma, que se entiende con la naturaleza y sabe cosas que a otros se les pueden escapar.
Es con lo anterior con lo que empiezan las aventuras de Alexander, Kate y Nadia no solo en el Amazonas, como relata La Ciudad de las Bestias, sino también las otras dos novelas de mi ejemplar. Van de un lado a otro en el mundo, asombrándose al descubrir lo diferentes que pueden ser las personas, las costumbres y la naturaleza, así como aprenden que hay cosas que no tienen una explicación lógica y solo les queda dejarse llevar por ellas, porque quizá así conseguirán mejor lo que desean o necesitan, y no por métodos humanos.
Los personajes son de lo más pintorescos y se encuentra de todo: desde los más reales y simples hasta los más odiosos o sobrenaturales, de esos que no puedes creer que existen o pueden existir en el mundo. Hay situaciones planteadas aquí que te hacen cuestionarte un par de puntos de la vida, pero también hay veces en las que puedes reírte de lo lindo con las cosas que Allende les hace pasar a sus pobres protagonistas.
La verdad, había partes en las cuales me hacía una pregunta clásica en mis lecturas, al menos en esa clase de circunstancias, "¿este autor de cuál se fumó?". Ajá, Allende nos sorprende con algunas cosas que se salen de la media, nos lleva al límite de la imaginación y si tienes mucha suerte, sueñas con ello. Lo sé, muy loco, pero eso es mejor a quedarte en blanco y pensar que todo es un extraño delirio de los protagonistas. No digo que no haya visto cosas así en otras novelas, pero no acabó de cuadrarme en algunas escenas y eso no significa que Allende sea mala, solo que tal vez, esta trilogía no acabó de gustarme, aunque entretenida sí es.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Alexander Cold es un muchacho americano común, atormentado al inicio de la historia porque su madre está enferma y claro, él nada puede hacer. Debido a ciertas cuestiones, cuando ingresan a su madre al hospital para tratamiento, Alexander es enviado a donde vive su abuela paterna, Kate, periodista independiente que sin deberla ni temerla, se lo lleva al Amazonas porque le han encargado la historia de algo muy raro: las apariciones de una bestia que tiene a todo el mundo intrigado. Es en el Amazonas donde Alexander conoce a la que se convertirá en su mejor amiga: Nadia Santos, una niña alegre y segura de sí misma, que se entiende con la naturaleza y sabe cosas que a otros se les pueden escapar.
Es con lo anterior con lo que empiezan las aventuras de Alexander, Kate y Nadia no solo en el Amazonas, como relata La Ciudad de las Bestias, sino también las otras dos novelas de mi ejemplar. Van de un lado a otro en el mundo, asombrándose al descubrir lo diferentes que pueden ser las personas, las costumbres y la naturaleza, así como aprenden que hay cosas que no tienen una explicación lógica y solo les queda dejarse llevar por ellas, porque quizá así conseguirán mejor lo que desean o necesitan, y no por métodos humanos.
Los personajes son de lo más pintorescos y se encuentra de todo: desde los más reales y simples hasta los más odiosos o sobrenaturales, de esos que no puedes creer que existen o pueden existir en el mundo. Hay situaciones planteadas aquí que te hacen cuestionarte un par de puntos de la vida, pero también hay veces en las que puedes reírte de lo lindo con las cosas que Allende les hace pasar a sus pobres protagonistas.
La verdad, había partes en las cuales me hacía una pregunta clásica en mis lecturas, al menos en esa clase de circunstancias, "¿este autor de cuál se fumó?". Ajá, Allende nos sorprende con algunas cosas que se salen de la media, nos lleva al límite de la imaginación y si tienes mucha suerte, sueñas con ello. Lo sé, muy loco, pero eso es mejor a quedarte en blanco y pensar que todo es un extraño delirio de los protagonistas. No digo que no haya visto cosas así en otras novelas, pero no acabó de cuadrarme en algunas escenas y eso no significa que Allende sea mala, solo que tal vez, esta trilogía no acabó de gustarme, aunque entretenida sí es.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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