jueves, 31 de mayo de 2018

Describiendo a... (e-LXXXII)

Título: Styxx (en el idioma original, igual).

Autor: Sherrilyn Kenyon.

Sinopsis: [...] La relación entre Styxx y su hermano Aquerón no ha sido siempre buena. Cuando eran mortales, se enfrentaban constantemente. Eran idénticos y eso no hacía más que empeorar las cosas. Incomprendido por casi todos, Styxx responsabilizó a Aquerón de miles de años de aislamiento. Pero la sangre es la sangre, y ahora Styxx tiene la oportunidad de ser leal a su hermano, aunque eso suponga arriesgar su existencia y el futuro. Sin embargo, es difícil jugarse la vida por alguien que intentó arrebatártela, aunque sea tu gemelo. (Extracto de la introducción).

Formato: epub.

¿Qué les puedo decir? "Ojos que no ven, corazón que no siente". Ese parece un buen lema para este libro, que en realidad, no me esperaba que fuera así, ni por equivocación. En libros anteriores de la saga de Cazadores Oscuros, nos hemos topado con Styxx (Estigio, como traducen en España su nombre completo), y no siempre de forma muy buena. Vamos, a estas alturas, quienes siguen la saga de Kenyon saben perfectamente que Ash y Styxx no se pueden ver ni en pintura... no por mucho tiempo, al menos. Así la cosa, si alguien recuerda las últimas apariciones de Styxx, habrá notado que no se le veía tan... pues tan él. ¿A qué se debía? ¿Qué había vivido realmente Styxx para ser como es? ¿Era posible acaso de que no fuera el maldito arrogante que muchos creían que era, incluyendo a su propio hermano gemelo? Bueno, eso es lo que pretende revelar este libro.

De manera similar a como ocurrió con Aquerón, Styxx inicia su trama en la era antigua del universo de Kenyon, cuando la Atlántida era tan real como una misma y los dioses se paseaban por la Tierra sin ningún reparo. Estigio y Aquerón nacieron, siendo enseguida marcados por el destino y por algunos seres que no midieron las consecuencias de sus actos. Estigio, por fuera, vivía como cualquier príncipe e incluso mejor, pero él no lo sentía así; de hecho, no era así en absoluto. Debido, entre otras cosas, a la existencia de Aquerón, su vida comenzó a torcerse, aunque él en ningún momento creyó que su hermano tuviera la culpa, no de forma intencional. En ciertas cosas, resultó incluso más herido que Aquerón, hasta que se dio el final de aquella etapa antigua para él y su gemelo (de la forma en que es descrita en el libro de Ash), solo que Estigio perdió mucho más en el proceso, lo único que realmente le importaba: la poca gente que lo había querido en la vida.

Después, la segunda parte nos lleva a la era moderna, cuando empiezan las apariciones de Estigio que hemos leído en las anteriores novelas. Se vuelve a veces el villano, deseoso de destruir a Aquerón, pero aquí es cuando, ya empapados de lo que carga en la memoria y en el corazón, se empiezan a comprender los motivos de Estigio para portarse como lo hace. No todas sus acciones son justificadas o perdonables, pero eso no significa que no resulten lógicas, al menos para alguien en la posición de este hombre. Es cuando comprendes que, si alguien sufriera todo eso, si alguien quisiera algo de lo que quiere Estigio a sabiendas de que no lo conseguirá, no es de extrañar que se conforme con poco o incluso que busque acabar con todo de una vez, por más escalofriante que suene. Sin embargo, el destino se sigue ensañando con él, porque llega un momento en que le piden el enésimo favor y le dan ganas de mandar todo al infierno, pero claro, Styxx no es así, por lo que solo le queda preguntarse si finalmente, hallará algo de paz.

Si les digo la verdad, leer la historia de Estigio es arrojarse de cabeza a la "otra versión", como dirían algunos, y a una versión bastante diferente. Varios de los sucesos del libro de Ash, narrados desde el punto de vista de Styxx, resultan fascinantes y escalofriantemente claros. E increíblemente, me cae mejor Styxx ahora. No que Ash me dejara de agradar o que ya no lamente lo que le pasó, pero hay un par de detalles de Ash en los cuales difiere de Styxx y parece haberle ido solo un poquito mejor, así que lo siento, Ash, mi ídolo, pero actualmente, tu gemelo Styxx tiene acaparados mis apapachos virtuales. Es en serio, ¿quién lo hubiera dicho? Yo no, al menos no cuando empecé a leer lo primero de la saga, hace ya mucho tiempo, cuando Styxx salía como el gemelo malvado al que hubiéramos querido colgar del asta a bandera o algo por el estilo.

Detalle aparte: hay un punto en la trama de la era moderna que me está molestando. Un punto quizá insignificante, pero cronológicamente me hace cosquillas de mala manera y quiero creer que Kenyon no lo hizo a propósito, a menos que fuera esa su intención, con un fin que desconozco. Comprendo que pueda haber errores de continuidad en una saga tan extensa (y créanme, con mis longfics a veces me enredo tanto o más que Kenyon, así que sé de qué hablo), pero normalmente alguien debería ocuparse de ayudar a un autor a revisarlos, ¿no? Al menos a una autora que ya es tan conocida y cuyos libros se sabe que venden y que deberían tener cuidado con su material porque admitámoslo, los fans (como yo con este mentado detalle) no perdonamos. En fin, hacia el final de este libro, salió algo que quizá, solo quizá, justifique el punto que me está molestando, pero a saber si sea así, por lo que esperaré a ver si me entero de más. Kenyon, estás advertida, ¿eh? Los fans, los que somos fans en serio (yo ando en un punto intermedio, a estas alturas) rara vez perdonamos estos deslices.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2017)

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