jueves, 18 de julio de 2019

Describiendo a... (e-LXXXIX)

Título: C de Cadáver (en el idioma original, C is for Corpse).

Autor: Sue Grafton.

Sinopsis: Bobby Callahan, un joven reservado y con el rostro deformado que había llamado la atención de Kinsey Millhone en el gimnasio del barrio, se le acerca un día y le cuenta que, tras el accidente que le dejó amnésico y con el cuerpo zurcido de cicatrices, está convencido de que alguien quiere matarle, aunque ignore por qué. La policía se había alzado de hombros ante sus temores y su adinerada familia cree que le falta un tornillo. [...]. «Poco hay por dónde coger este caso», piensa ella, pero, como Bobby le cae bien, es obstinado y está maltrecho, acepta trabajar para él. Sin embargo, tres días después, Bobby Callahan aparece muerto… [...] (Extracto de la introducción).

Formato: epub.

¿Qué les puedo decir? Seguimos con el Alfabeto del Crimen, y espero no aburrirlos demasiado pronto (saben cuántas letras tiene el alfabeto, ¿cierto?), pero bueno, ya saben mi manía con las series y en este libro hay personajes entrañables y un par de veces que piensas (como en las novelas anteriores) algo como "Kinsey, por el amor de Dios, ¡no hagas eso!" Pasemos a lo que interesa, para que me entiendan.

Tras cierto incidente en B de Bestias, Kinsey empieza a ir al gimnasio. Allí conoce a Bobby Callahan, con quien empieza a llevarse inesperadamente bien y él, de pronto, le dice que siente que alguien quiere borrarlo del mapa, pero no tiene idea de por qué, debido a su situación (un accidente le dejó varias secuelas, entre ellas una buena amnesia). Kinsey no está muy convencida de que la historia vaya en serio, pero igual acepta investigar un poco... y la convicción aumenta cuando Bobby aparece muerto. ¿Qué le ha pasado? ¿Ha sufrido otro terrible accidente? ¿O acaso es que sus sospechas eran fundadas? A Kinsey no le agrada dejar tareas sin terminar, más cuando el cliente le agradaba y no tuvo la culpa de morirse de golpe, así que continúa con el trabajo encomendado, preguntándose si valdrá la pena al final.

Aquí, uno de los misterios se planta desde el título y la sinopsis, no van a decirme que no: hay un cadáver en la trama (por el título) y se sabe que es de quien contrata a Kinsey (por la sinopsis). El enredo comienza cuando ella es la encargada de averiguar, como ya se dijo, si la paranoia de su cliente era fundada o no, cosa que antes no le importó a casi nadie, pero claro, cuando el cliente muere, es otra cosa, ¿eh? Debieron hacerle caso, ¿no? Suele pasar, eso de que alguien jure que siente que le va a pasar X cosa y nadie le cree, pero son pocas las ocasiones en que las consecuencias de no hacer caso resultan tan fatales.

Si les digo la verdad, me puse del lado de Kinsey casi enseguida con este caso. Qué quieren, Bobby (el cliente/cadáver) me cayó bien, fue bastante honesto con Kinsey al plantear lo que pasaba y claro, ¡pagó como se debe! Para quien presta servicios profesionales, eso es esencial, se los aseguro. En fin, que hasta da pena que Bobby esté destinado a morir desde el principio, aunque Kinsey no lo sepa cono nosotros, pero igualmente le pega cuando se entera. Eso da más motivación para ir recolectando pistas de qué pudo pasarle a Bobby en el periodo que no recuerda, porque si él siente que en ese lapso ocurrió algo grave, no puede estar tan errado, ¿verdad? Quizá, pero eso, como en las anteriores novelas, no tendría sentido que se los dijera, aunque sí les adelanto que es lo que, en esta serie, me ha dado por llamar "solución chocante"; esto es, sí fue algo que nunca sospechaste, pero no acaba de convencerte.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

P. D. ¿Soy yo o me están surgiendo varios "términos lectores a la Bell" con esta serie? (Rueda los ojos).

(Leído en 2017)

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