sábado, 30 de septiembre de 2023

Tinta a la Carta CXXX: Cena en tres tiempos

~Entrada~

F de Fugitivo

(Sue Grafton)

—Se han portado muy bien. Me han apoyado en todo momento. Mi jefe dijo que vendría para declarar…, para garantizar mi buena conducta y esas cosas, pero ¿qué importancia tiene ya? Me siento como un idiota. He respetado la ley durante un montón de años. El típico ciudadano ejemplar. Ni siquiera me han multado por aparcar en doble fila. Pagaba mis impuestos, iba a la iglesia.

—Pues todos esos detalles tienen mucha importancia porque hablarán en tu favor.

—Pero no cambiarán los hechos. Nadie se fuga de la cárcel para recibir a cambio un tirón de orejas.

—¿Por qué no dejas que sea Clemson quien se preocupe por esas cosas?

—Sí, creo que será lo mejor —dijo—. ¿Y tú? ¿Cuál es tu papel?

—Averiguar quién la mató para que tu expediente quede totalmente limpio.

 

~Plato Fuerte~

Aquerón

(Sherrilyn Kenyon)

—¿Por qué no le pides que sea tu esclava sexual? A cambio de eso, yo le enseñaría lo que quisiera.

Tory parecía horrorizada, como si fuera lo más asqueroso que pudiera ocurrírsele.

—¡Uf!

Esa exclamación lo pilló por sorpresa.

—¿Uf? —repitió Ash—. ¿Cómo que «¡Uf!»?

—¡Uf, sí! Apenas te conozco y ya están pensando en que me meta en la cama contigo. ¡No, gracias! ¡Dios, eres un cerdo asqueroso!

«¿Un cerdo asqueroso?», repitió él para sus adentros.

Tory se bajó de la escalera con cara de asco.

—Muy bien, ya me las apañaré sin ti. —Se estremeció—. Acostarme con él a cambio de una traducción… —rezongó mientras se alejaba.

Ash apoyó un brazo en la escalera mientras la observaba alejarse hacia el coche. Estaba alucinadísimo.

No quería acostarse con él.

 

~Postre~

La muerte de un instalador

(Álvaro Enrigue)

Brumell caminó junto al viejo hasta la puerta y ahí conversó un rato más con él. Antes de salir del comedor se había asomado a la cocina para decirle a Adela: Ya puedes recoger la mesa; pero antes, pídeme un taxi y lleva al señor Vaca a la biblioteca; muéstrale dónde están las botellas y las copas; él sabrá despacharse. Y dio un bostezo con el rictus invertido que hizo pensar al ama de llaves en las fauces de un tiburón.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

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