miércoles, 15 de octubre de 2014

Describiendo a... (XCVI)

Título: Una vacante imprevista (en el idioma original, The Casual Vacancy).

Autor: J. K. Rowling.

Sinopsis: Con su plaza adoquinada y su antiquísima abadía, Pagford parece un típico pueblecito inglés, un lugar idílico en el que la vida transcurre con plácida tranquilidad. Sin embargo, sus habitantes están inmersos en una realidad muy diferente. Tras la conmoción causada por la súbita muerte de Barry Fairbrother, se desencadena una auténtica batalla en sordina por ocupar la vacante dejada por Barry en el concejo parroquial, donde se dirime el destino de una urbanización de dudosa legalidad. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Ediciones Salamandra.

¿Qué les puedo decir? Si a estas alturas no lo saben (lo cual sería muy raro), dejen se los comento: soy fan a morir de Harry Potter. Así que cuando se anunció que Rowling iba a sacar un libro completamente alejado de ese universo, lo primero que me pregunté fue cuál sería el tema. Se hablaba de temas más "adultos", así que dudaba una y otra vez en comprarme un ejemplar de la esperada novela cuando por fin salió en español (con una portada simple y medio feúcha, la verdad). Al final, no tuve qué molestarme: A, mi mejor amiga, me lo dio como regalo de cumpleaños en 2013... Lo cual, viendo la fecha de salida de la presente seudo-reseña y que es mi junio del reto 12 meses leyendo, habla de la larga cola de pendientes que antecedieron a este libro en particular.

Pagford es un pueblito inglés en el cual es inevitable que todos, o casi todos, se conozcan aunque sea de vista. Nuestra historia comienza con un señor en su cuarentas, Barry Fairbrother, que el día de su aniversario de bodas anda muy ocupado con un asunto hasta que decide llevar a su esposa a cenar fuera, pese al insistente dolor de cabeza que lo aqueja y del cual no se ocupa. Pero ¡oh, sorpresa!, el dolor deriva en algo más, y casi sin darse cuenta, Barry cae agonizante casi al segundo siguiente de bajar del auto, en las afueras del restaurante al que ha llevado a su mujer.

Poco después, es noticia importante y el principal chismorreo: Barry Fairbrother ha muerto. Podría tratarse de un acontecimiento de lo más común de no ser el fallecido un personaje conocido, querido y en cierta forma, importante: era integrante del concejo parroquial del pueblo, que es algo así como una Junta de Gobierno del lugar. Para colmo, al momento de la muerte de Barry se llevaba a cabo la discusión de un asunto que había sumido a Pagford en algunas discordias desde hacía más de cincuenta años: quién debía ocuparse "oficialmente" del área conocida como los Prados, una urbanización que en su mayor parte, no era habitada por gente del pueblo, pero que recibía algunos beneficios del mismo. Así, con semejante asunto en manos, el concejo parroquial necesita a alguien que ocupe el sitio vacío que ha quedado, iniciando así una cadena de eventos que quizá no tengan relación aparente, pero que poco a poco le sorprenderá al lector todo lo que terminarán causando.

Bueno, por un lado, debo admitir que debía hacer un esfuerzo monumental para acordarme de todo, y siendo una persona que tiene por pasatiempo escribir historias bastante complicadas, eso es mucho decir. Se presentan a hombres, mujeres, adolescentes e incluso niños que poco a poco, sabemos lo que tienen en común, lo que los separa y su relación, directa o indirecta, con el conflicto principal. Algunas conexiones se deducen fácilmente y otras no tanto; pero por el hecho de ser muchas, puede confundir al lector novato, así que mejor que ni se arriesgue.

Por otro lado, ¿dónde se ha visto que un difunto cause tantos líos? Sí, Barry Fairbrother no está presente más que en unos momentos al principio de la novela y el resto se la pasa muerto y enterrado, pululando en la memoria de parientes, amigos y hasta de enemigos, preguntándose cómo sería la situación si él no hubiera estirado la pata. Algunos lamentan sinceramente su muerte, otros la encontraron muy conveniente y hay unos cuantos a los que les daría igual si no influyera negativamente en su vida cotidiana. Definitivamente, este es un  "protagonista" que no se ve todos los días. Hay personajes de dónde escoger a amados y odiados, desde los que se creen dueños del pueblo hasta aquellos que lo único que desean es una vida tranquila.

¿Todo lo anterior vale la pena? Depende mucho del punto de vista. Para mí, la información fue presentada de manera correcta, solo que en ocasiones resultaba demasiada, algo saturada, con lo cual volvías al hecho de que el elenco se te podía confundir en la cabeza. Por otro lado, no es una historia cien por ciento feliz, pero tampoco horrible, sino que está impregnada de situaciones realistas que más de uno podría identificar. Solo que eso no quita el cómo acabó todo, no señor (Bell rueda los ojos, no se resigna a ese final). Por lo pronto, este libro vuelve a darle el apodo de Innombrable a JK, al menos por un rato, porque al principio prometía, en el nudo confundió y al final quería más.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

P.D. Feliz cumpleaños para mi padre, que probablemente jamás lea esto, pero a quien adoro con todo el corazón.

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