Título: Fuera de mí (en el idioma original, Out of my mind).
Autor: Sharon M. Draper.
Sinopsis: Melody es la más inteligente de toda la escuela... pero nadie lo sabe. Su memoria y su capacidad son increíbles. La mayoría de la gente maestros y médicos incluidos cree que es medio retardada, y asiste a un aula especial donde le repiten el abecedario una y otra vez. Si pudiera contarles a todos lo que piensa y lo que sabe... [Extracto de la contraportada de mi ejemplar]
Editorial de mi ejemplar: V&R Editoras.
¿Qué les puedo decir? A veces esta clase de historias no son lo que me gustaría leer. Me explico: soy una pobre con corazón de pollo y sé que algo de este tipo acabará causando que quiera llorar, reír a carcajadas o maldecir a alguien... o todo al mismo tiempo. Y aún así, compro estos libros, los devoro y me pongo a reflexionar sobre lo bueno y lo malo de la vida, que tengo ventajas que otros no, aunque haya días en que quisiera esconder la cabeza cual avestruz... En fin, no creo que vengan a leer mis dilemas existenciales (no en una seudo-reseña, al menos), así que pasaré a lo que interesa.
Melody empieza describiendo que está rodeada de palabras, que tiene once años... y que nunca ha dicho nada. Debido a una discapacidad, ella es incapaz de hacer muchas cosas por sí misma, pero resulta tener una mente privilegiada que muy pocos son capaces de vislumbrar. Su familia la quiere, aunque ella misma sabe que no siempre la puede comprender; tiene unos cuantos amigos y es cuando comienzan en su escuela algunas llamadas "clases de inclusión" que puede demostrar lo inteligente que es, preguntándose si eso bastará para que aprendan a aceptarla, con todo y todo.
Debo decir que Melody me cayó bien. Tiene su carácter, sabe lo que puede hacer y lo que no aunque claro, también es una niña como cualquiera y puede sentirse frustrada. ¡Y vaya que tiene razones para frustrarse! Si una, siendo relativamente normal (física y mentalmente hablando) se desespera cuando no tiene la posibilidad de comunicarse como los demás, ¿se imaginan a alguien muy lista y que entiende muchas cosas, pero que no puede decirlo por más que lo intente? Sí, piénsenlo. Mejor aún, jueguen un rato a que no pueden hablar ni moverse mientras a su alrededor la gente sigue su curso. Entonces creo que entenderán de lo que hablo.
Lo que me sorprendió de este libro, aparte de hacer a una niña como Melody un personaje muy real, es un detalle que les advierto que puede considerarse spoiler. Si siguen, es bajo su responsabilidad. Bien, aquí va: el final no es exactamente "y vivieron felices para siempre". No malentiendan, Melody tiene una vida relativamente feliz, porque como he mencionado, su familia la quiere y tiene gente a su alrededor que le ayuda y a quien agrada. Pero durante la historia, pasa algo que no es precisamente alegre y que aumenta de manera aterradora esa frustración de la que hablaba. Eso es lo que no termina bien y que me hace pensar que a veces, los verdaderos discapacitados podemos ser los considerados normales. Pero claro, eso lo sabemos de sobra, ¿no?
Si quieren pasar un buen rato e intentar algo de empatía con una persona no tan afortunada, creo que este es su tipo de libro. A mí no me duró gran cosa y es una de esas historias con las que pensé "¡Válgame, esto de verdad pudo haber pasado! Por cómo es la gente..."
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Melody empieza describiendo que está rodeada de palabras, que tiene once años... y que nunca ha dicho nada. Debido a una discapacidad, ella es incapaz de hacer muchas cosas por sí misma, pero resulta tener una mente privilegiada que muy pocos son capaces de vislumbrar. Su familia la quiere, aunque ella misma sabe que no siempre la puede comprender; tiene unos cuantos amigos y es cuando comienzan en su escuela algunas llamadas "clases de inclusión" que puede demostrar lo inteligente que es, preguntándose si eso bastará para que aprendan a aceptarla, con todo y todo.
Debo decir que Melody me cayó bien. Tiene su carácter, sabe lo que puede hacer y lo que no aunque claro, también es una niña como cualquiera y puede sentirse frustrada. ¡Y vaya que tiene razones para frustrarse! Si una, siendo relativamente normal (física y mentalmente hablando) se desespera cuando no tiene la posibilidad de comunicarse como los demás, ¿se imaginan a alguien muy lista y que entiende muchas cosas, pero que no puede decirlo por más que lo intente? Sí, piénsenlo. Mejor aún, jueguen un rato a que no pueden hablar ni moverse mientras a su alrededor la gente sigue su curso. Entonces creo que entenderán de lo que hablo.
Lo que me sorprendió de este libro, aparte de hacer a una niña como Melody un personaje muy real, es un detalle que les advierto que puede considerarse spoiler. Si siguen, es bajo su responsabilidad. Bien, aquí va: el final no es exactamente "y vivieron felices para siempre". No malentiendan, Melody tiene una vida relativamente feliz, porque como he mencionado, su familia la quiere y tiene gente a su alrededor que le ayuda y a quien agrada. Pero durante la historia, pasa algo que no es precisamente alegre y que aumenta de manera aterradora esa frustración de la que hablaba. Eso es lo que no termina bien y que me hace pensar que a veces, los verdaderos discapacitados podemos ser los considerados normales. Pero claro, eso lo sabemos de sobra, ¿no?
Si quieren pasar un buen rato e intentar algo de empatía con una persona no tan afortunada, creo que este es su tipo de libro. A mí no me duró gran cosa y es una de esas historias con las que pensé "¡Válgame, esto de verdad pudo haber pasado! Por cómo es la gente..."
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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