Título: Atrapando un sueño (en el idioma original, Dream Chaser).
Autor: Sherrilyn Kenyon.
Sinopsis: Condenado por los dioses a vivir su existencia sin emociones, Xypher escoge la búsqueda de las mismas, para sentir otra vez en los sueños de los humanos, sólo para encontrarse a sí mismo condenado a morir. Pero se le da una última oportunidad como indulto. Convertido en humano durante un mes, debe redimirse en ese tiempo o Hades le devolverá al Tártaro y a su tortura. Simone Dubois es una forense, a la cual no le asusta cualquier cosa, especialmente por ser una psíquica, además de poder ver y oír a las personas con las que está trabajando. Cuando le llevan a otra víctima, no piensa demasiado en ello, hasta que él se levanta de la mesa y empieza a irse. [...] (Extracto de la introducción).
Formato: epub.
¿Qué les puedo decir? Continuamos con las entregas que parecen no tener absolutamente nada qué ver con personajes que podemos clasificar como "principales" de la saga de Cazadores Oscuros. Bueno, no mucho. Hay cameos de gente que conocemos, sí, pero al mismo tiempo la autora nos presenta otros detallitos que... Bueno, si creíamos que la mitología griega era un lío tal como la conocemos, la versión de Kenyon con otras culturas por desarrollarse, no se queda atrás. Avisados quedan, así como que probablemente dé spoilers de libros anteriores.
En El diablo puede llorar, se vio por primera vez a Xypher, quien gracias a un trato con Hades, obtuvo una temporada en el mundo mortal. Él quiere ese tiempo para vengarse de la persona que lo condenó no a los Campos Elíseos, sino a una eternidad de torturas, así que cuando le ponen obstáculos, no está nada contento. Menos cuando el obstáculo es una mujer cuya excentricidad es ver fantasmas y trabajar de forense.
El cómo se arma el lío entre Xypher y la mujer en turno (Simone) al principio es de risa. No, no significa que no es malo para alguno de los dos; de hecho, Xypher quiere librarse de ella y viceversa porque se están estorbando, pero por el momento no pueden y eso crea ciertos conflictos. Por si fuera poco, no pueden evitar portarse mal uno con el otro porque no tienen ni idea de lo que puede ser malinterpretado. Ya saben, de esas veces que sueltas algo medio cruel intentando hacer bromas, pero que al otro le pega porque está muy cerca de la verdad... Oh, sí, hay algo de eso.
El buen humor no abandona a Kenyon, así como su gusto por ir conectando a todos sus protagonistas, poco a poco. Xypher quizá sea un malhumorado sin alma y Simone, tal vez, parezca no demasiado cuerda, pero tienen su encanto. Eso y algunos otros personajes que conocemos por su intervención, que en lo personal, terminaron cayéndome muy bien, hasta me hicieron gracia y todo. Sobre todo cierta especie de demonio (sí, de demonio, no enloquecí).
Si debo decir algo, es que este libro está bien para pasar el rato en lo que se pasa al siguiente de la saga, aunque yo que ustedes, si lo lee, tomaría nota de cada personaje interesante que llegara a surgir, porque puede que después su nombre vuelva a salir y dar una sorpresa. Se los digo en serio.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
En El diablo puede llorar, se vio por primera vez a Xypher, quien gracias a un trato con Hades, obtuvo una temporada en el mundo mortal. Él quiere ese tiempo para vengarse de la persona que lo condenó no a los Campos Elíseos, sino a una eternidad de torturas, así que cuando le ponen obstáculos, no está nada contento. Menos cuando el obstáculo es una mujer cuya excentricidad es ver fantasmas y trabajar de forense.
El cómo se arma el lío entre Xypher y la mujer en turno (Simone) al principio es de risa. No, no significa que no es malo para alguno de los dos; de hecho, Xypher quiere librarse de ella y viceversa porque se están estorbando, pero por el momento no pueden y eso crea ciertos conflictos. Por si fuera poco, no pueden evitar portarse mal uno con el otro porque no tienen ni idea de lo que puede ser malinterpretado. Ya saben, de esas veces que sueltas algo medio cruel intentando hacer bromas, pero que al otro le pega porque está muy cerca de la verdad... Oh, sí, hay algo de eso.
El buen humor no abandona a Kenyon, así como su gusto por ir conectando a todos sus protagonistas, poco a poco. Xypher quizá sea un malhumorado sin alma y Simone, tal vez, parezca no demasiado cuerda, pero tienen su encanto. Eso y algunos otros personajes que conocemos por su intervención, que en lo personal, terminaron cayéndome muy bien, hasta me hicieron gracia y todo. Sobre todo cierta especie de demonio (sí, de demonio, no enloquecí).
Si debo decir algo, es que este libro está bien para pasar el rato en lo que se pasa al siguiente de la saga, aunque yo que ustedes, si lo lee, tomaría nota de cada personaje interesante que llegara a surgir, porque puede que después su nombre vuelva a salir y dar una sorpresa. Se los digo en serio.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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