Título: Aquerón (en el idioma original, Acheron).
Autor: Sherrilyn Kenyon.
Sinopsis: El dios del Destino Final y líder de los Cazadores Oscuros, Aquerón Parthenopaeus, está acostumbrado a ser siempre el que da las órdenes… al menos en esta vida. No responde ante nadie y nadie le cuestiona. Sí, claro… hasta que llega una mujer en una búsqueda prohibida que responde a un antiguo misterio que no aceptará un no por respuesta. Ni siquiera del mismísimo Aquerón. A pesar de que él pone su reputación en entredicho y frustra sus intentos en todo momento, ella no dejará que la rechacen. [...] (Extracto de la introducción).
Formato: epub.
¿Qué les puedo decir? Al país no llegan los libros restantes de esta serie, lo he dicho muchas veces (seguro Bell ya hartó a más de uno con eso), por lo cual este era uno de los que más deseo en físico. ¿Por qué? Oigan, quienes leen esta serie, hemos querido enterarnos de todos los misteriosos detalles del pasado del protagonista y de lo que está por venir, así que no me vengan con que no es cierto. Aparte de eso, si alguien se adentra en la presente seudo-reseña, tenga presente que puede hallarse spoilers, así que ¡cuidado!
El presente libro se presenta en dos partes. La primera de ellas está ambientada en el pasado, en el cual la Atlántida del universo de Kenyon existía y se desarrolló gran parte de los acontecimientos que derivaron en la existencia de la maldición de los apolitas, la raza que se convierte en daimons. Esa primera parte, narrada a través del diario de un personaje ya mencionado, pero al que no se conocía, deja claros varios puntos que hasta la fecha, los lectores teníamos en blanco. Y después, conforme la segunda parte se adentra en el tiempo actual hasta llegar a las fechas en las cuales se quedó la novela anterior, nos empezamos a preguntar qué hará el, normalmente, impasible líder de los Cazadores Oscuros contra una de las pocas mujeres que no accede a sus peticiones a la primera, ¡al contrario!, la chica resulta tremendamente terca.
Uno de los detalles que Kenyon explora seguido (tanto que no suele faltar en las novelas de esta serie) es lo que tortura a sus personajes tal vez no físicamente, sino de forma emocional. Los protagonistas en turno, sobre todo, suelen cargar con una historia personal fuerte, que es la razón de varios rasgos de su comportamiento y su personalidad, así que cuando nos las ponen enfrente, no podemos evitar sentir pena al principio, luego odio a quienes les hicieron daño y finalmente, un gozo indescriptible cuando finalmente, logran superar el pasado, o por lo menos la mayor parte. Cierto es que, en la vida real, una evolución como esa llevaría muchísimo tiempo, pero si tomamos en cuenta que es ficción y que casi todos los personajes en cuestión se merecen la evolución, no es que haya espacio para muchas quejas.
Mi palabrería anterior (porque sí, muchos la verán como palabrería barata) viene a que Aquerón resulta tener uno de esos pasados que no le deseas ni a tu peor enemigo. En serio, ni a la persona que más odies en todo el ancho mundo. Así la cosa, es difícil imaginar que algún día llegue a estar en paz consigo mismo. Con él, aunque hay partes de su mente que tal vez logren conciliarse con lo que desea, sí aplica lo que decía antes, que lo demás llevará tiempo en que lo supere, pero al menos ya es ganancia que avance en este libro cuando no había podido hacerlo en... ¿quince novelas anteriores? Lo sé, es una exageración, pero solo en parte.
Uno de los temas centrales de este libro es el descubrimiento de la Atlántida (la del universo de Kenyon, se entiende). Estando su hundimiento directamente ligado al pasado de Aquerón, es evidente que éste no quiere que se descubra, dejando en un plano secundario lo que la humanidad tendría por delante si debe redefinir la Historia. La Atlántida de Kenyon tenía sus puntos buenos y sus puntos malos, por lo que se ha visto, pero debido a lo que la llevó a su destrucción, ahí Aquerón no es el único que desea que siga siendo una leyenda para los mortales, aunque las razones de los demás no son tan benevolentes o, en cierta forma, "simples" como las de nuestro Ash. ¿Qué pasará con la que quiere descubrir la Atlántida cuando caiga en la cuenta de lo que sus hallazgos podrían desencadenar?
Solo por revelarnos (¡por fin!) la historia de este hombre, Kenyon tiene mi gratitud, porque como mencioné desde el principio, muchísimos lectores de la saga estábamos esperando que nos aclarara algunos puntos sobre él y aquí están casi todas nuestras respuestas. Sí, casi, que queda mucha saga por delante y Aquerón para rato.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
El presente libro se presenta en dos partes. La primera de ellas está ambientada en el pasado, en el cual la Atlántida del universo de Kenyon existía y se desarrolló gran parte de los acontecimientos que derivaron en la existencia de la maldición de los apolitas, la raza que se convierte en daimons. Esa primera parte, narrada a través del diario de un personaje ya mencionado, pero al que no se conocía, deja claros varios puntos que hasta la fecha, los lectores teníamos en blanco. Y después, conforme la segunda parte se adentra en el tiempo actual hasta llegar a las fechas en las cuales se quedó la novela anterior, nos empezamos a preguntar qué hará el, normalmente, impasible líder de los Cazadores Oscuros contra una de las pocas mujeres que no accede a sus peticiones a la primera, ¡al contrario!, la chica resulta tremendamente terca.
Uno de los detalles que Kenyon explora seguido (tanto que no suele faltar en las novelas de esta serie) es lo que tortura a sus personajes tal vez no físicamente, sino de forma emocional. Los protagonistas en turno, sobre todo, suelen cargar con una historia personal fuerte, que es la razón de varios rasgos de su comportamiento y su personalidad, así que cuando nos las ponen enfrente, no podemos evitar sentir pena al principio, luego odio a quienes les hicieron daño y finalmente, un gozo indescriptible cuando finalmente, logran superar el pasado, o por lo menos la mayor parte. Cierto es que, en la vida real, una evolución como esa llevaría muchísimo tiempo, pero si tomamos en cuenta que es ficción y que casi todos los personajes en cuestión se merecen la evolución, no es que haya espacio para muchas quejas.
Mi palabrería anterior (porque sí, muchos la verán como palabrería barata) viene a que Aquerón resulta tener uno de esos pasados que no le deseas ni a tu peor enemigo. En serio, ni a la persona que más odies en todo el ancho mundo. Así la cosa, es difícil imaginar que algún día llegue a estar en paz consigo mismo. Con él, aunque hay partes de su mente que tal vez logren conciliarse con lo que desea, sí aplica lo que decía antes, que lo demás llevará tiempo en que lo supere, pero al menos ya es ganancia que avance en este libro cuando no había podido hacerlo en... ¿quince novelas anteriores? Lo sé, es una exageración, pero solo en parte.
Uno de los temas centrales de este libro es el descubrimiento de la Atlántida (la del universo de Kenyon, se entiende). Estando su hundimiento directamente ligado al pasado de Aquerón, es evidente que éste no quiere que se descubra, dejando en un plano secundario lo que la humanidad tendría por delante si debe redefinir la Historia. La Atlántida de Kenyon tenía sus puntos buenos y sus puntos malos, por lo que se ha visto, pero debido a lo que la llevó a su destrucción, ahí Aquerón no es el único que desea que siga siendo una leyenda para los mortales, aunque las razones de los demás no son tan benevolentes o, en cierta forma, "simples" como las de nuestro Ash. ¿Qué pasará con la que quiere descubrir la Atlántida cuando caiga en la cuenta de lo que sus hallazgos podrían desencadenar?
Solo por revelarnos (¡por fin!) la historia de este hombre, Kenyon tiene mi gratitud, porque como mencioné desde el principio, muchísimos lectores de la saga estábamos esperando que nos aclarara algunos puntos sobre él y aquí están casi todas nuestras respuestas. Sí, casi, que queda mucha saga por delante y Aquerón para rato.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2017)
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