¡Hola a todo el mundo! Sí, vuelvo a la carga, porque definitivamente este asunto debía darlo a conocer. No pude hacerlo en el momento por... Bueno, todo aparece a continuación. Ya verán de lo que hablo.
Por lo pronto, acomódense donde sea que estén leyendo esto y disfruten... aunque sea un poco a costa mía (Tere/Bell suelta un suspiro).
Por lo pronto, acomódense donde sea que estén leyendo esto y disfruten... aunque sea un poco a costa mía (Tere/Bell suelta un suspiro).
Bitácora del 19 al 21 de marzo de 2011.
Evento: Excursión al Distrito Federal, con escala en Teotihuacán, Estado de México.
Estatus de la excursión: terminada.
Participantes en los acontecimientos: Su servidora y la madre de ésta (frecuentemente apodada La Doña).
Sábado, 10:30 PM: Abordando el autobús que nos llevaría a cuarenta y dos personas (sin contar al chofer) hacia nuestro destino. Hubo algunos contratiempos debido a un error de cálculo en los asientos disponibles por parte de la organizadora y un cliente inconforme con tendencias groseras.
Domingo, 4:00 AM: Parada en una gasolinera de Querétaro (creo), donde compré una botella de té helado y un paquete de chicles sin azúcar. A partir de ese momento, el conciliar el sueño (o el medio sueño, ya que es incómodo dormir en un autobús) me fue difícil.
Domingo, 7:00 AM: Llegada al Hogar del Peregrino (o algo así), para luego encaminarse a la Basílica de Guadalupe, pasando por enfrente del edificio de la Delegación Gustavo A. Madero, la Plaza Mariana a medio construir y demás sitios de interés.
Domingo, 7:30 AM: Media misa en la Basílica de Guadalupe. Sí, media misa, porque llegué a tiempo para escuchar a partir de la homilía (o sermón, como prefieran llamarlo) que sigue a la lectura del Evangelio.
Domingo, 8:00 AM: Desayuno continental en el Zenon, ubicado en la Calzada de Guadalupe. El restaurante, curiosamente, está instalado al lado de un McDonalds, donde mi madre sugirió desayunar al principio, pero fue imposible por el hecho de encontrarse cerrado. Un especial agradecimiento a la mesera que nos atendió (por desgracia, no me fijé en el nombre) y a quien sea que provea el queso que estaba derretido sobre mis molletes. El resto de mi desayuno fue un caldo con arroz y garbanzos, jugo de frutas varias y una taza de café. De postre, medio pastelillo de tres leches con cajeta (la otra mitad del pastelillo se la comió La Doña).
Domingo, Mediodía: Llegada al Hotel Azores, ubicado en la calle República de Brasil, a dos cuadras del Zócalo. La habitación ocupada fue la 203.
Domingo, entre 1:30 y 2:00 PM: Intento fallido por conectarme a Internet, en lo que mi madre visitó unas tiendas cercanas para buscar agitadores (palitos para mezclar las bebidas, imprescindibles para la boda de mi hermana); también concluí, finalmente, el quinto capítulo de mi fic Rilato. Cambio de blusa y un poco de arreglo personal.
Domingo, 2:15 PM: Viendo al Sombrerero Loco en la calle de La Condesa. Formaba parte de uno de los grupos de artistas urbanos que se ven con frecuencia (o al menos eso me pareció) si se recorren distintos puntos de la calle (o avenida, no estoy segura) Francisco I. Madero. Mi madre se fotografió con un Batman.
Domingo, 2:25 PM: Admirando la fachada de Bellas Artes. Un par de fotos fueron tomadas allí, al menos antes que nuestra cámara digital indicara que no había espacio en la memoria. La Doña tuvo que borrar imágenes anteriores (debidamente respaldadas con anterioridad) antes de seguir nuestro paseo.
Domingo, 3:00 PM: Buscando, sin éxito, El Sepulcro en librerías. Hay algunos de estos establecimientos frente a Bellas Artes, pero por lo visto, ser un local de grandes proporciones no es garantía de variedad. Solamente faltó preguntar en uno de una famosa editorial, pero nos abstuvimos debido a su "exceso" de clientela.
Domingo, 3:30 PM: Comprando falda blanca. Hace mucho que quería una y allí la encontré tal y como me gustan. Casi enseguida, comimos, viendo a pocos metros el Hemiciclo a Juárez. Esa comida, por cierto, fue la más barata de nuestro viaje: $62.00 en total (y lo mejor: valió cada centavo).
Domingo, 5:00 PM: Entrada a un café italiano (Bericot, se llamaba, o algo así). Yo pagué, lo que mi madre seguro agradeció (o quizá era lo que esperaba, ya que la que lo de conseguir un buen frapuccino fue mi idea). Entre las curiosidades, estuvo una familia con un niñito latoso y sin modales en la mesa y a mi espalda unos chicos que por el idioma que les escuché, debían ser franceses (eso y su aspecto netamente extranjero, el libro guía que uno de ellos llevaba en el bolsillo y que tenían cierto encanto).
Domingo, entre las 6:00 y 8:00 PM: Avance del cuarto capítulo de LAV, una pequeña "guerra" por la falta de conexión, un buen baño y la observación de tres cuartos de película mexicana (curiosamente, era Teresa, en la cual se basó la telenovela mexicana del mismo nombre que concluyó hace unas cuantas semanas). Al final, en Recepción se me dijo que no se había localizado al técnico y que resolverían lo del internet hasta el día siguiente (cosa que a mí no me servía de nada, porque para entonces ya no estaría allí).
Domingo, 8:15 PM: Admirando Palacio Nacional, aunque el efecto no era muy bueno con el plantón instalado en el Zócalo. De regreso al hotel, compré una vicera (¿sí se escribe así?) de color blanco, por lo que me esperaba al día siguiente.
Domingo, 9:00 PM: Cenando en el restaurante del hotel un Spaguetti Carbonara, en tanto el televisor a mis espaldas tenía sintonizado "Harry Potter y el Cáliz de Fuego". Vimos pasar una pipa de bomberos.
Domingo, 10:00 PM: Más pipas y unas cuantas patrullas se unieron a la primera vista. Las vi de primera mano porque acompañaba a mi fumadora madre en la calle.
Domingo, entre las 11:30 y medianoche: Organizando todo para el día siguiente, entre que escribía más del citado capítulo de LAV, leía La Enciclopedia y veía otra película mexicana en la tele.
Lunes, 4:40 AM: Me hace renegar el teléfono de la habitación, con su servicio de despertador. Mi madre se quejó porque su celular, programado para lo mismo pero veinte minutos antes, no había sonado.
Lunes, 5:20 AM: Partimos rumbo a Teotihuacán, con un capuccino de vainilla y una dona de chocolate por todo desayuno (y hago constar que casi nunca desayuno café, siento que me cae mal).
Lunes, 6:00 AM: Mandando mensaje de felicitación a una vieja amiga de la secu, Cynthia. Saliendo del DF por la caseta de Ecatepec.
Lunes, 7:00 AM: Llegada al área arqueológica por la puerta 1. Haciendo fila para comprar boletos y finalmente entrar.
Lunes, 8:10 AM: Iniciando ascenso a Pirámide del Sol oficialmente, pues un rodeo impide que comience antes. Mi madre prefirió esperarme sentada.
Lunes, 8:40 AM: Primer "descanso" en la Pírámide, marcado con una malla anaranjada. Hasta aquí llegué, el aire se me va. Iniciando el descenso.
Lunes, 9:00 AM: Sentándome junto a La Doña de frente a la Pirámide del Sol, contemplando hasta dónde llegué y mirando a los que hacían fila para subir y bajar.
Lunes, 9:55 AM: Tras comprar unas playeras, llegamos a un restaurante y esperamos nuestro almuerzo (que en casos normales, por la hora, sería mi desayuno). Mi madre y yo fuimos testigos de unos muchachos que se volaron unas cervezas.
Lunes, Mediodía: Llegando con unos paramédicos al ir saliendo, por culpa del tobillo izquierdo de La Doña, que tenía una esguince.
Lunes, 12:30 PM: Sentada con La Doña cerca del autobús, en espera del resto de los viajeros.
Lunes, entre 1:30 Y 2:00 PM: Salimos del estacionamiento, ya de regreso a Aguascalientes.
Lunes, 6:15 PM: Parada en Irapuato donde su servidora bajó a comer. Y allí comprobé la fama del lugar como productor de fresas, porque vi cómo las vendían por kilo en canastas.
Lunes, 10:30 PM: Llegada a Aguascalientes, descenso del autobús, cargando maletas y todo ese rollo.
Ah, ¿a que soy buena haciendo este tipo de relatos? El dato curioso (como si no hubiera suficientes en todo lo anterior) es que conforme ocurría algo digno de mención, yo usaba la función de Notas de mi celular y lo escribía. La idea era que si tenía conexión a internet, las frases las compartiría en Twitter, pero como han podido leer, no se pudo. Por lo tanto, pueden preguntar lo que les dé curiosidad de esta entrada, que seguramente serán muchas cosas.
Por ahora, me despido. Cuídense mucho y hasta la próxima.
Domingo, 8:15 PM: Admirando Palacio Nacional, aunque el efecto no era muy bueno con el plantón instalado en el Zócalo. De regreso al hotel, compré una vicera (¿sí se escribe así?) de color blanco, por lo que me esperaba al día siguiente.
Domingo, 9:00 PM: Cenando en el restaurante del hotel un Spaguetti Carbonara, en tanto el televisor a mis espaldas tenía sintonizado "Harry Potter y el Cáliz de Fuego". Vimos pasar una pipa de bomberos.
Domingo, 10:00 PM: Más pipas y unas cuantas patrullas se unieron a la primera vista. Las vi de primera mano porque acompañaba a mi fumadora madre en la calle.
Domingo, entre las 11:30 y medianoche: Organizando todo para el día siguiente, entre que escribía más del citado capítulo de LAV, leía La Enciclopedia y veía otra película mexicana en la tele.
Lunes, 4:40 AM: Me hace renegar el teléfono de la habitación, con su servicio de despertador. Mi madre se quejó porque su celular, programado para lo mismo pero veinte minutos antes, no había sonado.
Lunes, 5:20 AM: Partimos rumbo a Teotihuacán, con un capuccino de vainilla y una dona de chocolate por todo desayuno (y hago constar que casi nunca desayuno café, siento que me cae mal).
Lunes, 6:00 AM: Mandando mensaje de felicitación a una vieja amiga de la secu, Cynthia. Saliendo del DF por la caseta de Ecatepec.
Lunes, 7:00 AM: Llegada al área arqueológica por la puerta 1. Haciendo fila para comprar boletos y finalmente entrar.
Lunes, 8:10 AM: Iniciando ascenso a Pirámide del Sol oficialmente, pues un rodeo impide que comience antes. Mi madre prefirió esperarme sentada.
Lunes, 8:40 AM: Primer "descanso" en la Pírámide, marcado con una malla anaranjada. Hasta aquí llegué, el aire se me va. Iniciando el descenso.
Lunes, 9:00 AM: Sentándome junto a La Doña de frente a la Pirámide del Sol, contemplando hasta dónde llegué y mirando a los que hacían fila para subir y bajar.
Lunes, 9:55 AM: Tras comprar unas playeras, llegamos a un restaurante y esperamos nuestro almuerzo (que en casos normales, por la hora, sería mi desayuno). Mi madre y yo fuimos testigos de unos muchachos que se volaron unas cervezas.
Lunes, Mediodía: Llegando con unos paramédicos al ir saliendo, por culpa del tobillo izquierdo de La Doña, que tenía una esguince.
Lunes, 12:30 PM: Sentada con La Doña cerca del autobús, en espera del resto de los viajeros.
Lunes, entre 1:30 Y 2:00 PM: Salimos del estacionamiento, ya de regreso a Aguascalientes.
Lunes, 6:15 PM: Parada en Irapuato donde su servidora bajó a comer. Y allí comprobé la fama del lugar como productor de fresas, porque vi cómo las vendían por kilo en canastas.
Lunes, 10:30 PM: Llegada a Aguascalientes, descenso del autobús, cargando maletas y todo ese rollo.
Ah, ¿a que soy buena haciendo este tipo de relatos? El dato curioso (como si no hubiera suficientes en todo lo anterior) es que conforme ocurría algo digno de mención, yo usaba la función de Notas de mi celular y lo escribía. La idea era que si tenía conexión a internet, las frases las compartiría en Twitter, pero como han podido leer, no se pudo. Por lo tanto, pueden preguntar lo que les dé curiosidad de esta entrada, que seguramente serán muchas cosas.
Por ahora, me despido. Cuídense mucho y hasta la próxima.
Como tu entrada tiene TANTOS lugares conocidos, la voy a comentar toda, casi paso por paso :D A ver si no me odias después de eso, Bell.
ResponderEliminarAww, fuiste a la Basílica. Yo soy una atea por que nada, pero me bautizaron allí +_+ Y sí, en la COndesa hay bastante artista urbano. De hecho, allí es donde se cuece bastante de la parte cultural de la ciudad segun mi cuñada, pero quien sabe si tenga razon, yo no voy mucho por esa zona. Y en las librerías de Bellas Artes pues... hay bastante, pero si de verdad quieres variedad, tienes que ir a Coyoacán, otro lugar bastante cultural de la ciudad donde encuentras cualquier libro que que quieras. Lo Bueno que tiene Bellas Artes es que es un lugar cerca de mi escuela -a unas cinco estaciones del metro- donde puedes ir a tirarte y de paso, admirar extranjeros guapísimos :D ¿Plantón en el Zócalo? Pues mira que no se que hubiera, pero si no hay miting, hay feria, si no hay feria de nada hay exposicion, sino pista de hielo y si no escenario para algo. Mi mamá dice que eso es lo único trazado de a ciudad: el cuadrado les quedó perfecto. Fuera de eso todo está hecho un asco (y tú sólo fuiste a lo bonito, deberías ver como estan las calles de Azcapo, o algunas de Popotla, o las telarañas de cables de Los Reyes, La paz, que conocí el viernes xD)
¿No llegaste hasta arriba de las piramides? *zape para Bell* Todo se ve genial desde arriba (aunque luego da cuscus bajar y acabas bajando de sentón y con los pantalones negros). ¿No subiste a la de la luna? Ay, ay, si se supone que hay está la buena vibra por eso de la primavera y todas esas tonterías. Pero mira quien lo dice, me llevaron a Cholula y me subí a una parte de la piramide (la única que puedes subir) y me dio miedito y tarde HORAS en bajar)
Nea.
¡Wow! Muy interesante y divertida tu bitácora *-*
ResponderEliminarLo único que se me quedó fue: Franceses, Zócalo, Bellas Artes y el-no-sé-qué-del-Peregrino .___.
Ah y "mitad de la pirámide"... Ay Bell, se supone que lo más bueno está hasta arriba, donde se juntan los locos estresados a "recibir energía" y te sientes como en ese comercial que pasan en Televisa(?) o en un tipo Stonehenge mexicano :P
Pero ya será para la otra ¿no? :D