miércoles, 17 de abril de 2013

Describiendo a... (XLVI)

Título: Cazadores de Sombras Los Orígenes 2. Príncipe Mecánico (en el idioma original, The Infernal Devices #2: Clockwork Prince).

Autor: Cassandra Clare.

Sinopsis: Consciente del singular poder de Tessa, el Magister sigue sus pasos, dispuesto a acabar con los cazadores de sombras. [...] Tessa, junto al bello y autodestructivo Will y el dulce y devoto Jem, iniciará un viaje que los llevará no solo a descubrir la terrible tragedia de su enemigo, sino también el secreto familiar que esconde la verdadera identidad de la chica. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Editorial Planeta Mexicana (a través de Destino).

¿Qué les puedo decir? Segunda parte de la serie "paralela" que Clare ha escrito sobre el universo de los  cazadores de sombras, al menos publicada hasta la fecha. En ocasiones sirve mucho sondear con otros qué les parecen estas sagas de moda, sobre todo si son como su servidora, que una vez que empiezas, tienes que conocer toda, toda la historia (Bell rueda los ojos). En fin, a sabiendas de que si no se han leído Ángel Mecánico, sacaré detalles que quizá no entiendan, ¿comenzamos?

En primer lugar, nos introducimos a una reunión del Enclave de Londres, donde el Cónsul Wayland escucha atentamente lo que hay que decir respecto a ciertos sucesos (que conocimos en Ángel Mecánico). Entre una cosa y otra, se cuestiona la habilidad de Charlotte Branwell para dirigir el Instituto de Londres y se le da un plazo de quince días para hallar al Magíster, o si no le quitarán el cargo y se lo darán a Benedict Lighwood, un hombre por demás... desagradable (por decir lo menos malo de su persona). Así Tessa, junto a la gente del Instituto que tan bien la ha tratado, está en una especie de carrera contrarreloj.

En esta entrega de la serie, comenzamos a encontrar algunas respuestas (como por qué Will es tan desesperantemente odioso, por ejemplo), pero en cambio, surgen otras interrogantes igual de interesantes e incluso, de tinte más oscuro. Y en el centro sigue estando Tessa, ansiosa por saber qué es exactamente, porque ser llamada "bruja" cuando no tiene las características "normales" en un brujo la hacen temer que la verdad sobre su naturaleza sea más aterradora.

Así las cosas, Príncipe Mecánico te trae, la mayoría del tiempo, con el alma en un hilo, queriendo avanzar, saber más de tal o cual personaje, odiando a unos y sonriéndole a otros, todo para llegar a un final que te deja con la sensación de saborear un caramelo de lima limón con centro efervescente (suena raro, sí; Bell recuerda esos dulces y casi babea). No sabes si reír, llorar o buscar la forma de zarandear a Clare para que salga pronto Princesa Mecánica... y en español, para más señas (Bell es terriblemente lenta leyendo en inglés, falta de práctica).

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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