miércoles, 16 de septiembre de 2015

Describiendo a... (CXXIII)

Título: El gran Gatsby (en el idioma original, The Great Gatsby).

Autor: Francis Scott Fitzgerald.

Sinopsis: Ésta es la historia del millonario hecho a sí mismo, Jay Gatsby, a quien solo lo mueve una obsesión: recuperar un amor de juventud. Pero Daisy es hoy una muchacha que forma parte de una sociedad frívola y aburrida de sí misma, una criatura encantadora y también dañina. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (actualmente Penguin Random House), a través de Ediciones Gandhi.

¿Qué les puedo decir? La curiosidad por esta obra surgió a raíz de su última adaptación cinematográfica, en la cual participó Leonardo DiCaprio. Tenía la intención de leer el libro antes que se estrenara la película, pero tal como me pasó con Ana Karenina (aunque no lo mencionara), no lo logré. Así las cosas y teniéndolo desde hace tiempo en el anaquel, el ejemplar al final fue leído como parte del maratón de lectura que hice en julio. Dicho lo anterior, ¡aquí vamos!

Nuestro narrador hace el favor ubicarnos en tiempo y espacio: Estados Unidos, después de la Primera Guerra Mundial. El narrador (Mr. Carraway) hace acto de presencia en la casa de un ex compañero de la universidad, donde sale a colación el nombre de Gatsby, quien casualmente es su vecino. Gatsby está envuelto en el misterio, pues hace fiestas ostentosas cada fin de semana en su enorme mansión, pero nadie parece conocerlo de antes, en su juventud. Carraway, sin querer, ve y escucha cosas que no le agradan en absoluto, sensación que no desaparece ni con el abrupto final de aquellas circunstancias.

Si no les importa leer la verdad, pueden continuar, porque quizá estoy por decir algo que no a todo el mundo le agrade: no entiendo la grandeza que le han adjudicado a esta novela. Es verdad que retrata con un realismo impresionante la vida de los norteamericanos adinerados en aquellos años (antes de la Gran Depresión, antes de la Segunda Guerra Mundial y todo lo que eso conllevó), pero en ocasiones todo me parecía un enorme sinsentido, cosa en la cual coincidí con el narrador, teniendo la sensación de que estaba contemplando algo medianamente desagradable y quería retirarme, pero no podía. Quizá lo anterior es un punto a favor, que el narrador logró ponerme en sus zapatos para que viera la historia a su modo. Sin embargo, debido a eso mismo vino mi confusión y ligera incomodidad hacia el comportamiento de determinados personajes.

Por otro lado, sí, los personajes. ¿Creyeron que iba a dejar pasar eso? Pues no, no lo haré. En general, no sentí que conocí a los protagonistas lo suficiente para sentir aprecio por ellos, ya no digamos ni una pizca de empatía. El que más o menos se salvó fue Carraway, y eso que él solamente es quien nos presenta los hechos tal cual los recuerda y los vivió. En realidad lo anterior me sorprende, aunque no debería, considerando el comportamiento de los personajes a lo largo del libro.

En conclusión, tengo sentimientos encontrados con El gran Gatsby, pero de momento predomina el no quedar del todo satisfecha con la historia. Eso, claro, sin querer hacer menos a quienes digan que es un libro estupendo, quizá para algunos sea así y no soy quién para negarlo.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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