Título: American Gods (en el idioma original, igual).
Autor: Neil Gaiman.
Sinopsis: [...] Días antes de salir de prisión, la mujer de Sombra, Laura, muere en un misterioso accidente de coche. Aturdido por el dolor, emprende el regreso a casa. En el avión, se encontrará con el enigmático señor Wednesdey, que dice ser un refugiado de una guerra antigua, un dios y también el rey de América. Juntos se embarcan en un viaje extraño a través de los Estados Unidos, mientras una tormenta de dimensiones épicas amenaza con desencadenarse. [...] (Extracto de la sinopsis de Goodreads).
Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S. L.
¿Qué les puedo decir? Gaiman es un autor que me gusta. Digo, eso pienso de varios, prácticamente de la mayoría que han pasado por las seudo-reseñas, pero debo confesar que Gaiman está en un puesto elevado de la lista, aunque a veces no logro entender los giros de sus historias. O mejor dicho, le pierdo el hilo a los giros de sus historias si no son lo suficientemente explícitos para mi pobrecilla mente. Pero eso es cosa mía (descubierta cuando leí por primera vez Stardust), así que no se preocupen por eso y pasemos a lo que importa.
Justo cuando está a punto de salir de prisión, un hombre apodado Sombra recibe la noticia de que su esposa ha muerto. Él la quería mucho y era la única persona que le quedaba, así que de camino al funeral, se pregunta qué hará con su vida, considerando que por sus antecedentes, tendrá problemas en conseguir empleo. Así, se topa con un tipo misterioso que se hace llamar Wednesday (literalmente "Miércoles" en español), que parece saber bastante de él y le ofrece trabajo. Al principio Sombra no le hace mucho caso, pero por ciertas circunstancias, acaba aceptando la oferta, convirtiéndose así en un acompañante "todólogo" de Wednesday, pero ¿para qué?
Aunque el título da una idea, la trama de la novela acaba por confirmarte parte de lo que vas a encontrarte: dioses, decenas de deidades, grandes y pequeñas, enaltecidas y algunas, olvidadas por los humanos desde hace mucho tiempo. En Estados Unidos se establecieron muchos dioses distintos debido a la gente que, al llegar allí, lo hacía con todo y creencias. Es una teoría interesante, la verdad, mientras acompañamos a Sombra con su peculiar jefe, al tiempo que Gaiman ofrece capítulos que no están muy relacionados con la trama central pero que buscan enfatizar un punto: los dioses puede que todavía caminen entre nosotros... E incluso están en posibilidades de destruirnos mientras arreglan sus propios asuntos.
Siendo honesta, había partes en las cuales Gaiman no parecía llevar a ningún lado, así que solo podías imaginar lo que seguía, o cuánto tiempo tardaría Sombra en hacer otra cosa que lo llevara a la cárcel. Así, aunque parezca increíble, se va involucrando en algo que no hubiera querido saber, pero ya que está en eso, procurará salir vivo y entero. Lo demás, ya se vería, ¿no? Y créanme que no me olía el papel de Sombra en los planes de Wednesday hasta muy avanzada la trama.
Si algo me gusta desenmarañar a veces, es la mitología. Inspira a muchos, incluyéndome, así que es peculiar el leer a varios dioses, entre los famosos y los no tanto, que hacen de las suyas de costa a costa. Hay dioses para todos los gustos aquí, incluso algunos derivados de detalles modernos que quizá luzcan inofensivos, pero que quizá a la larga, nos acabarán consumiendo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Justo cuando está a punto de salir de prisión, un hombre apodado Sombra recibe la noticia de que su esposa ha muerto. Él la quería mucho y era la única persona que le quedaba, así que de camino al funeral, se pregunta qué hará con su vida, considerando que por sus antecedentes, tendrá problemas en conseguir empleo. Así, se topa con un tipo misterioso que se hace llamar Wednesday (literalmente "Miércoles" en español), que parece saber bastante de él y le ofrece trabajo. Al principio Sombra no le hace mucho caso, pero por ciertas circunstancias, acaba aceptando la oferta, convirtiéndose así en un acompañante "todólogo" de Wednesday, pero ¿para qué?
Aunque el título da una idea, la trama de la novela acaba por confirmarte parte de lo que vas a encontrarte: dioses, decenas de deidades, grandes y pequeñas, enaltecidas y algunas, olvidadas por los humanos desde hace mucho tiempo. En Estados Unidos se establecieron muchos dioses distintos debido a la gente que, al llegar allí, lo hacía con todo y creencias. Es una teoría interesante, la verdad, mientras acompañamos a Sombra con su peculiar jefe, al tiempo que Gaiman ofrece capítulos que no están muy relacionados con la trama central pero que buscan enfatizar un punto: los dioses puede que todavía caminen entre nosotros... E incluso están en posibilidades de destruirnos mientras arreglan sus propios asuntos.
Siendo honesta, había partes en las cuales Gaiman no parecía llevar a ningún lado, así que solo podías imaginar lo que seguía, o cuánto tiempo tardaría Sombra en hacer otra cosa que lo llevara a la cárcel. Así, aunque parezca increíble, se va involucrando en algo que no hubiera querido saber, pero ya que está en eso, procurará salir vivo y entero. Lo demás, ya se vería, ¿no? Y créanme que no me olía el papel de Sombra en los planes de Wednesday hasta muy avanzada la trama.
Si algo me gusta desenmarañar a veces, es la mitología. Inspira a muchos, incluyéndome, así que es peculiar el leer a varios dioses, entre los famosos y los no tanto, que hacen de las suyas de costa a costa. Hay dioses para todos los gustos aquí, incluso algunos derivados de detalles modernos que quizá luzcan inofensivos, pero que quizá a la larga, nos acabarán consumiendo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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