miércoles, 13 de marzo de 2019

Describiendo a... (CCXLI)

Título: Wild Cards, El comienzo (en el idioma original, Wild Cards I).

Autores: George R. R. Martin, Howard Waldrop, Roger Zelazny, Walter Jon Williams, Melinda M. Snodgrass, Michael Cassutt, David D. Levine, Lewis Shiner, Victor Milán, Edward Bryant, Leanne C. Harper, Stephen Leigh, Carrie Vaughn, John J. Miller.

Sinopsis: El 15 de septiembre de 1946 un virus extraterrestre cayó sobre Manhattan. Los sobrevivientes quedaron convertidos en metahumanos: jockers, seres con deformidades físicas y habilidades fuera de lo común, siempre marginados y hostigados; o ases: hombres y mujeres de apariencia humana normal, que desarrollan el don de volar, de leer las mentes ajenas, la capacidad de atravesar paredes, de cambiar de forma a voluntad, de hacerse invisibles e incluso de detener el tiempo. Muy pronto la mafia y las grandes potencias competirán por cazar y apoderarse de personas tan excepcionales como Ghost Girl, el Durmiente, el Titiritero o los poderosos Cuatro Ases [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Editorial Océano de México S. A. de C. V.

¿Qué les puedo decir? Desde que leí por primera vez a George R. R. Martin, saben que me volví su fan. He ido adquiriendo y/o leyendo todo lo que sale de él, por eso era cuestión de tiempo para que la saga Wild Cards desfilara por las seudo-reseñas. En esta ocasión, fue gracias a La Lata, si no recuerdo mal, que esta saga finalmente salió de la lista de pendientes, porque la había ido retrasando y reacomodando en la lista de lecturas según lo que me convenía. Pobre, y con lo genial que resultó...

En septiembre del cuarenta y seis, se da una alerta más que peculiar, de parte de un tipo con aspecto de un humano muy estrafalario, pero en realidad, se trata de un ser del espacio (o eso dice) que advierte que hay algo muy malo a punto de ocurrir en la Tierra; específicamente, con Estados Unidos de epicentro. Obviamente lo toman por loco, pero ciertos acontecimientos registrados por el gobierno de Estados Unidos dan a entender que puede no ser un delirio de un tipo con peculiar aspecto. Se da cierto desastroso evento, que tiene como consecuencia que la gente sea afectada por un virus extraterrestre y empiece a manifestar ciertas características físicas y psíquicas, hasta que con ayuda del ser del espacio que intentó advertirles, se empieza a estudiar lo que sucede: muchos mueren, pues no llegan a tolerar las mutaciones, pero los que sobreviven se empiezan a distinguir: están aquellos a los que apenas se les nota que algo les hubiera pasado, los que por fortuna no tienen nada y los que visiblemente tienen algo. Así, la sociedad tal como se conoce sufre un revés y ahora no solo se va a guiar por los más listos, los más ricos y los políticos más poderosos, sino también con quienes tienen otro tipo de poder.

Como saben, muchas personas (incluyéndome) creemos que míster Martin es un maldito genio. Así, con todas sus letras. Si han leído algunos de sus libros que no son de la saga Canción de Hielo y Fuego (de los cuales he seudo-reseñado unos cuantos), sabrán que eso viene de mucho tiempo atrás, no es algo que se le diera de la noche a la mañana. La saga Wild Cards, como ven en la información general, no es solamente cosa de míster Martin, quien funge en ella como editor, además que como autor, así que deberíamos preguntarnos si en esa tarea también es un maldito genio. ¿Qué creen? Para su servidora, la respuesta es sí.

No se trata solo del mundo que empieza a surgir del "Suceso D", como llamo a la divergencia que hacen Martin y sus colegas en el universo Wild Card, sino también el trabajo y el cuidado que se tomaron todos estos autores para que sus historias no solo estuvieran bien ambientadas en el mismo universo, sino para que también encajaran entre sí. En este primer volumen, de hecho, el asunto no se aprecia tanto, debido a que es un buen ejemplo de lo que llamo "volumen de introducción", dando a conocer lo que podemos toparnos como personajes protagonistas y antagonistas, así como estar en contexto con personajes que, para bien o para mal, prometen ser de importancia. Uno de ellos, obviamente, será el extraterrestre que quiso evitar el desastre, pero que tiene una curiosa historia tras él sobre por qué acabó en la Tierra; por otro lado, la gente que se podría considerar normal empieza a ver que los demás se están dividiendo: desde hacerlo por lo físico (los Ases son aquellos con habilidades especiales pero aspecto prácticamente humano; los Jokers, tienen las habilidades y también malformaciones), hasta por sus ideologías. Si por sí misma, la vida en Estados Unidos no es precisamente un paraíso en ese momento (en 1946 se estaba saliendo de la Segunda Guerra Mundial, por si no lo recuerdan), ¿pueden imaginar cómo será con gente temerosa, gente poderosa haciendo de las suyas, gente con encanto que dice hacer un bien pero puede ocultar algo más siniestro?

No es mi intención detallar, una por una, las partes que componen este primer libro de la saga, porque eso sería ir desgranando demasiado de lo que se viene y créanme, vale la pena irlo descubriendo una misma. Eso sí, enseguida tendrán personajes favoritos, personajes que odien con todas sus fuerzas y personajes que solo los desesperen hasta el punto de querer zarandearlos, aunque a veces también les causen cierta gracia. En serio, hay de todo y la cosa no hace más que empezar aquí, así que imaginen el resto. En lo personal, tengo una relación de amor-odio con el extraterrestre, tan estrafalario, tan listo según él, con cierto poder y con una tendencia fatal a ser muy drama queen que... bueno, en ocasiones se lo dejo pasar, pero no siempre porque... ¡despierta, hombre, no todo se arregla lamentándose! Ya, me calmo...

Al momento de la publicación de la presente, pueden hallar a la venta este primer libro también en formato de bolsillo, al menos en español. No recuerdo si sacaron el resto así, tomando en cuenta que, en el formato que tengo yo, la editorial hace un tiempo que dejó de traer el resto de la saga. En fin, la esperanza es lo último que muere.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2017)

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