miércoles, 22 de febrero de 2023

Describiendo a... (CCLVII)

Título: Cosas que nadie sabe (en el idioma original, Cose che nessuno sa).

Autor: Alessandro D'Avenia.

Sinopsis: [...] retrata magistralmente el fascinante mundo de los adolescentes: sus sueños, pasiones, miedos y esperanzas. Pero también el de los adultos, con sus inseguridades, su fragilidad y los sueños del niño que habita en su interior. [...] todos descubrirán la importancia de las cosas que no sabían que saben. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori, S.A. de C.V., a través de DeBolsillo.

¿Qué les puedo decir? Al momento de redactar esto, no recuerdo exactamente qué me llevó a comprar este libro. Como podrán darse cuenta, para el extracto que va en la sinopsis no saqué mucho... porque no había gran cosa. Este ejemplar es uno de esos en los que la editorial pone en la mitad de la contraportada algún párrafo bonito del libro en turno y en la otra mitad, comentarios que otros han hecho de la novela ¡pero que no te dicen nada de la trama! Digo, no pido que me suelten los spoilers de la vida, pero sí que me cuenten un poco más de lo que se supone que podría leer aquí, ¿no? Igual, cayó en mis manos y me dio la sensación de que el estilo lo conocía de alguna manera, pero... en fin, esperen un momento.

Margherita es una joven que está por enfrentar uno de los grandes cambios de su edad: el instituto. El ir a una escuela nueva, sentirse un poco mayor, le da miedo, pero parece que a su alrededor, la familia cree que le irá bien. Y por un tiempo, las cosas son así, buenas y tranquilas, normales, hasta que se sobrevienen cambios que ella no tenía contemplados, tanto en casa (con su familia) como con extraños (nuevos amigos y quizá un amor). ¿Qué hará con ellos? ¿Cómo los superará? Y la gente a su alrededor, ¿podrá enfrentar las dificultades y apreciar sus alegrías antes de que sea tarde?

Esta es una historia de normalidades vistas como algo extraordinario. No, no me estoy poniendo poética, no del todo. Verán: decimos que los adolescentes tienen algo de dramáticos, pensando que a veces, la vida los odia o el mundo se les viene encima y una ya de mayor piensa "ay, no exageren", pero ¡oigan!, así fuimos alguna vez. Lo bueno que recuerdo de haber leído este libro es que me recordó, vagamente, lo que era vivir cierta cosas a esa edad: por primera vez, daban pavor y temías las consecuencias de que algo saliera mal, así que quizá, a veces, no hacías precisamente lo más sensato sino lo más rápido para seguir adelante. Te equivocabas, y sí, sentías que se acababa el mundo, pero si eres como algunas de las personas alrededor de Margherita (o como la misma Margherita), entonces después acababas aprendiendo algo, lo superabas y te sentías mejor que antes.

Ahora, tengo que hacer un apartado aquí porque no sé ustedes, pero este libro me recordó, a ratos, a otro juvenil que leí de un italiano (si se pasean por las seudo-reseñas de 2012, creo que sabrán de cuál hablo). No lo digo porque la trama fuera parecida, que de hecho no es, de una vez se los adelanto. No, es por la forma de narrar: los italianos parecen tener algo con el tiempo presente, con el explicar de cierta manera los pensamientos y actos de los personajes (que por cierto, no son pocos y a veces lo que les pasa ni relación tiene con la trama principal, pero igual emociona), con las descripciones de los sitios donde están... total, parecen querer ponerse sensibles (y un poco cursis) al darnos una historia juvenil ambientada en su patria. No digo que el estilo sea malo, porque en ciertos momentos, hay gente que quiere leer cosas así y sienten que les llegan al alma, pero de una vez les digo: no es para todos. Quienes prefieran menos emoción y más ir al grano, creo que mejor se buscan otra cosa.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2018)

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