Título: La épica conquista de Genie Lo (en el idioma original, The Epic Crush of Genie Lo).
Autor: F. C. Yee.
Sinopsis: Genie es una chica de dieciséis años metódica y estudiosa que se esfuerza al máximo para conseguir ser admitida en una universidad importante que la ayude a salir de los suburbios donde vive. Un día aparece Quentin, un chico recién transferido a su escuela que dice ser el milenario Rey Mono de la mitología china, y quien asegura que Genie es una pieza clave —y poderosa— en su futuro. Genie no está dispuesta a creer las locuras de ese guapo y musculoso muchacho, pero cuando su poblado es atacado por demonios terribles que han escapado del mismísimo Infierno, no le queda más remedio que aceptarlo. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Editorial Océano, S. L. (a través de GranTravesía).
¿Qué les puedo decir? Confieso que, al ver la portada de este libro la primera vez, no llamaba mucho mi atención. Pensaba que era alguna novela juvenil de las que no me gustarían mucho (porque sí, todavía leo esas cosas, pero algunas historias de verdad me encantan y me vale un comino la edad que tengo). Así que un día, realmente pude leer de qué trataba y quiso darme risa (pronto sabrán por qué), pero al mismo tiempo me dio curiosidad, así que me decidí y lo compré. También salió de la lista de pendientes por una edición del maratón de lectura del Foro de los Black, aunque antes de lo que esperaba. En fin, a lo que vinieron.
Genie Lo es una joven de ascendencia china radicada en Estados Unidos, de esas que sus padres siguen las tradiciones y con los que a veces, no se siente completamente conectados, pero los quiere y los respeta, así que se esmera en sus estudios por ellos... y por salir de donde está, porque cree sinceramente que puede avanzar en la vida. Todo va más o menos normal hasta que a su escuela llega un alumno nuevo, el cual tiene un curioso físico y una actitud dominante, que de pronto suelta que ella, Genie, está involucrada en su futuro. En el mundo adolescente, que un chico señale a una chica de cierta forma parece apuntar a un romance, pero... no es precisamente eso. Y Genie, después de unas cuantas explicaciones del recién llegado, menos le cree que tengan un destino compartido, porque lo que él le contó parece sacado de las leyendas chinas más antiguas que puede recordar, pero al final, ¿qué será cierto y qué será mentira?
A ver, necesito decir esto antes de continuar: esta obra podría considerarse, en cierta forma, un retelling, pues varios de sus componentes están directamente inspirados en Viaje al oeste, una famosa y antigua obra china. Y bueno, si a retellings vamos, podría considerarse como otro de esta obra uno de los mangas más famosos del mundo: Dragon Ball. Ajá, damas y caballeros, por si a estas alturas de la vida no lo sabían, Dragon Ball está influenciado por Viaje al oeste, pero bueno, creo que ese dato, más mi lado otaku frecuentemente mostrado en redes sociales, demuestra por qué la novela de esta seudo-reseña me hizo gracia: ¿qué otra forma de contar la historia de los implicados en el texto chino original, podría ser interesante? Pues les diré que Genie Lo y compañía son una opción bastante entretenida.
Como en muchas novelas juveniles que impliquen fantasía y/o cosas sobrenaturales, hay una protagonista normalita que no se cree del todo tener algo especial (Genie), un protagonista que se sabe casi todo lo que pasa de raro y por qué, intentando guiar con ello a la protagonista (el alumno nuevo, de nombre Quentin) y claro, entes sobrenaturales, algunos buenos (unos cuantos dioses chinos que podrían sonarte de algo, o quizá no) y otros malos (algo así como demonios, si no me falla la memoria). El papel de Genie en todo esto, según Quentin, es importante, pero la primera vez que lo leí, casi me parto de risa (en parte porque imaginé a Genie en su versión de Dragon Ball y... no, no diré más, que sería spoiler, gente). Lo juro, en ese punto, Yee cumplió en dar un enorme giro porque no lo vi venir, aunque también se me hizo algo raro. Ya conforme avanzó la historia y Genie se fue enterando de más cosas, lo fui aceptando, pero a veces todavía quería reírme. Lo siento, Genie, pero si le hubiera pasado a alguien que no fueras tú, también te habrías reído.
Bueno, por si no había quedado claro, lo diré para acabar: esta novela me entretuvo lo suficiente como para querer un poco más de Genie, Quentin y compañía. Aunque algunas veces fuera más por querer reírme que otra cosa.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2018)
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