Título: Una lista de jaulas (en el idioma original, A List of Cages).
Autor: Robin Roe.
Sinopsis: Todo el mundo conoce a Adam Blake: es el chico más amable y sonriente del instituto, ese un poco torpe con tanto carisma que cualquiera pasa por alto sus despistes. A Julian, en cambio, no lo conoce nadie... Excepto Adam Blake. Hace años fueron hermanos adoptivos durante un breve periodo de tiempo, hasta que un familiar reclamó su custodia. Cuando se reencuentran, Adam se entusiasma. Julian sigue siendo el mismo de siempre [...]. Pero también revela otros aspectos que ignoraba, como una actitud huidiza y el rechazo a hablar de cómo son las cosas en su nuevo hogar. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Nocturna Ediciones, S. L.
¿Qué les puedo decir? Tengo algo con Nocturna desde que salió, pero bueno, no pude seguirle demasiado la pista al principio, debido a su origen (es española) los libros tardaban mucho en llegar a México, si los traían; comprarlos de otra forma salía bastante caro (por importación y/o aduana, algo así). El caso de este libro no fue ese: lo conseguí en línea, sí, pero en una librería nacional e incluso saqué algo en X (antes Twitter, por si alguien no sabe de redes sociales a estas alturas del siglo XXI), un dato curioso de cuando lo compré. Entre eso y que por alguna razón que no recuerdo ahora, no tardé demasiado en leerlo después de que lo compré, es una curiosidad por estos lares, pero mejor pasemos a lo que realmente interesa.
Julian Harlow es un chiquillo que no se halla en su ambiente en la escuela... y bueno, en casi ningún lada. Es retraído, la mayoría de sus pensamientos se los guarda y parece parte de la razón de que no tenga muchos amigos. Un día que parece como cualquier otro, se reencuentra con alguien que creyó que no vería más, con lo cual las cosas se ponen patas arriba en su limitado ámbito. Por su parte, Adam Blake es un típico adolescente. Bueno, lo de típico es subjetivo, pero en estos tiempos, ¿cuándo no lo es? En general, Adam está a gusto con su vida, se siente feliz y suele adaptarse a casi todo con humor, por lo que muchos lo encuentran simpático. Adam es la persona que reencuentra Julian, y mientras el primero se alegra mucho por esto, el segundo no, ¿por qué? ¿Será algo que Adam hiciera o habrá algo más detrás? Sobre todo, Adam empieza a preocuparse por Julian, porque recuerda cómo era y ahora ha cambiado de una forma que no le acaba de gustar.
De vez en cuando, las novelas que leo son del tipo realista, cercanas a situaciones que bien podrían pasar. Ese es el caso de Una lista de jaulas, que aborda puntos de vista adolescentes para contarnos una historia cotidiana pero a la vez un poco cruda. No hay otra forma de describirla, creo, y si eres un poco de esa clase de lectores que se pone en los zapatos de los personajes, querrás darle la mano a Adam y a Julian, un gran abrazo, y más de una vez. Son dos chicos buenos, a los que no siempre les va bien conforme la historia nos muestra su vida y lo que pasa al volverse a ver, pero la esperanza de un final feliz para ambos es lo que me hizo leer la novela hasta el final... sin querer lanzar el ejemplar lejos por culpa de ciertos personajes (sobre todo de uno en particular). Quiero creer que por eso, esta novela y algunas otras parecidas tienen ese gancho y ojalá resuenen en la gente, porque nos recuerda que los adolescentes pueden ser complicados, dramáticos o estar en riesgo, pero al final, los adultos debemos hacer lo necesario para que ellos crezcan bien.
Todo lo anterior me hizo pensar en que me angustié un poquito leyendo este libro, pero acabó bien para los protagonistas al final, por lo cual mi fe en la humanidad no se ha perdido del todo. Sí, en eso pensé, suena drástico, pero encaja.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2019)
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