miércoles, 31 de julio de 2013

Describiendo a... (LIV)

Título: El Nigromante (en el idioma original, The Necromancer).

Autor: Michael Scott.

Sinopsis: [...] Josh y Sophie Newman están por fin en casa. Sin embargo, no todo está solucionado: ninguno de los dos ha conseguido la pericia mágica que necesitan para protegerse de los oscuros Inmemoriales [...]. Por otro lado, Dee también tiene problemas: quiere recuperar el Libro de Abraham completo y necesita la ayuda de los Arcontes. Para que el plan funcione debe resucitar a la Madre de los Dioses. Y para ello tiene que preparar a un nigromante. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

martes, 30 de julio de 2013

Mensajes varios

¡Hola! ¿Cómo han estado?

(Se oye el silbido del viento).

Sí, lo sé, últimamente en este blog no aparecía una entrada en la que parloteara yo, admítanlo (Bell rueda los ojos). Así pues, creo que debo contar algunas cosas.

Ha empezado la temporada de lluvias en mi ciudad, así que ya me tocó dos veces salir a la calle cuando parece que nos cae encima el diluvio universal y por eso me acatarré. Pero ya prácticamente me recuperé, solo toso un poco de vez en cuando y cargo con paraguas para todos lados, aunque mis pies sean los que sufran si es que se llueve.

El trabajo sigue igual de fastidioso, con épocas buenas y épocas malas. pero estoy planeando programar mis vacaciones de nuevo en octubre. No sé si repetiré excursión al Distrito Federal o en cambio elegiré otro destino (tengo ganas de ir a San Luis Potosí, aunque podría ser cualquier otra ciudad de la república, quién sabe...). Es época de fin de mes, por lo que andaré haciendo inventarios y saliendo tarde de la oficina (a Bell le dan escalofríos). También hay que ver algunas cosas de la auditoría de 2012 (atrasada, atrasada, que el plazo venció hace un mes).

A finales de febrero comencé a estudiar una especialidad en Impuestos, todos los jueves, de seis de la tarde a diez de la noche. He tenido malas rachas (como Seguridad Social y su examen del que no se entendía ni la mitad), pero en general me está gustando esto de "actualizarme". Acabaré de estudiarla en mayo del año entrante, así que espero que me vaya muy bien para que me den el certificado correspondiente.

Sobre escritos: bueno, saqué una mega-actualización el día de mi cumpleaños y ahora estoy concentrada en la segunda parte de Rilato, a la que a veces llamo "Memoro" (en esperanto, "recuerdo", del verbo "recordar"), así como en la quinta entrega de la Saga HHP, que parece que se quedará con el título de El Infierno de los Magos (abreviada EIM), todo porque procuraré mostrar una guerra mundial, cruel, tanto por los daños materiales como por las intrigas y los misterios que harán daño a muchos personajes. Por cierto, estoy pensando en estrenar EIM antes que acabe este año, depende mucho de cuántos capítulos logre adelantar antes de la fecha tentativa (que Bell todavía no decide, pero será una de esos cumpleaños que le encantan divulgar).

Por otro lado, este mes fue mi debut en otro blog, Cueva del Escritor, al que me uní después de pensarle mucho, sobre todo porque creí que mi horario laboral me impediría cooperar adecuadamente. Hasta la fecha he sacado he sacado tres entradas allí, y como no soy la única autora, el sitio se vuelve bastante interesante. Así que si lo visitan y nos regalan sus comentarios, me harían muy, muy feliz (Bell alza un cartel que dice "Cueva del Escritor" y lo agita de un lado a otro, mientras señala el banner colgado en la barra lateral izquierda). Bueno, no solo a mí, pero entienden lo que quiero decir...

De momento acaba el flash informativo, ojalá no aburriera a nadie. Cuídense mucho y hasta el siguiente parloteo.

lunes, 29 de julio de 2013

sábado, 27 de julio de 2013

Tinta a la Carta XLIX: Merienda en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Un mal principio
(Lemony Snicket)
Había dicho que era el ejecutor testamentario, y Violet tuvo la sensación de que era realmente un «ejecutor», un verdugo. Se había acercado a ellos caminando por la playa y había cambiado sus vidas para siempre.
—Vengan conmigo —dijo el señor Poe, y alargó la mano.
Para estrecharla, Violet tuvo que tirar la piedra. Klaus estrechó la otra mano de Violet y Sunny la otra mano de Klaus, y de esa forma los tres niños Baudelaire —ahora huérfanos Baudelaire— se alejaron de la playa y de la vida que habían llevado hasta entonces.

~Entrada~
Anna vestida de sangre
(Kendare Blake)
—Quiero que me escuches atentamente, Thomas —digo —te agradezco la pista. Pero esto no es el Séptimo de Caballería y además no estoy reclutando ayudantes. ¿Me entiendes?
Y luego, antes de que pueda protestar, pienso con intensidad en todas las cosas horribles que he hecho y en las innumerables formas en que he visto fantasmas sangrar, arder y despedazarse. Le envío imágenes de los ojos de Peter Carver explotando en sus órbitas y del autoestopista del Condado 12 sangrando lodo negro, con la piel reseca y tirante sobre sus huesos.
Es como si lo hubiera golpeado en la cara. La cabeza se le descuelga hacia atrás y el sudor empieza a mojarle la frente y el labio superior. Traga saliva y la nuez le sube y le baja por la garganta. Creo que está a punto de echar a perder el sushi que se ha comido.
No protesta cuando pido la cuenta.

~Plato Fuerte~
El Mago
(Michael Scott)
—¿Necesito decir algo? —preguntó Sophie —¿Debo aprender algunas palabras?
—¿Como cuáles?
—Bueno, cuando encendiste la torre Eiffel, pronunciaste algo que sonaba como iggg–ness.
Ignis —corrigió el conde —Es el término en latín para referirse al fuego. Pero no, no necesitas decir nada.
—Entonces, ¿por qué lo dijiste?
Saint–Germain esbozó una amplia sonrisa.
—Pensé que quedaría genial en aquel momento.

~Postre~
Querido diario…
(Martin Waddell)
Cuatroojos ha elegido un mal momento. Justo en aquel instante la señora Hare (Tina) se da la vuelta para mirarlo y advierte su vista fija sobre ella.
Merson no es una excusa. Ella no lo ha visto. Lo único que ha visto es un chico maleducado que acaba de silbar detrás de ella. Supone que el silbido va dirigido a ella, también porque eso le habrá sucedido un montón de veces, pero evidentemente no le había pasado nunca que los que silbaran fueran individuos tan poco creíbles como Cuatroojos Vidriados.
—¡Mocoso maleducado! —grita —¿Cómo te atreves? ¡Deja de mirarme! ¡Lárgate o se lo diré a tu madre!
¡Cuatroojos no tiene dudas sobre quién es el destinatario de aquellas palabras!
¡Cuatroojos se pone morado y se retira!

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".