Autor: Kerstin Gier.
Sinopsis: Gwen vive en una nube... ¡con Gideon!, aunque sabe bien que el amor entre dos viajeros en el tiempo puede deparar sorpresas traicioneras. Por suerte, tiene muy buenos consejeros: su mejor amiga, Leslie; su cómplice, James el fantasma; y Xemerius, una gárgola que se mete en bastantes líos. (Extracto de la solapa de la portada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Random House Mondadori (a través de Montena).
¿Qué les puedo decir? Hay que advertir que este libro es la segunda parte de una trilogía. La primera parte fue Rubí, que está mencionada como parte de mi desafío "Lee tu Nombre". La tercera parte, Esmeralda, se publicará en español para abril de ese año (o eso dice el volante que venía en el interior de mi ejemplar de Zafiro). Ahora, con esas aclaraciones, podemos pasar a lo que interesa.
Pensé que Gwendolyn (la protagonista) caería irremediablemente y como boba ante el guapísimo (y a veces pedante) Gideon. Es decir, ¿quién no se quedaría aunque sea un poquito embobada por un guapetón con ojazos verdes y que sabe hacer casi de todo? No me respondan (Bell rueda los ojos).
Como sea, la trama es bastante complicada de por sí, por eso de los viajes en el tiempo que hacen Gwen, Gideon y algunos otros personajes. He de decir que los datos históricos son interesantes, pero cuando no eres inglesa, a veces no te suenan de nada (o simplemente no te suenan). Pasando eso por alto, he de decir que tanto enredo temporal puede ser un buen ejercicio de mnemotecnia (saben lo que es eso, ¿verdad? Si la respuesta es no, pregunten con confianza). Uno se da cuenta de ello cuando cierto personaje le comenta a Gwen que hablaron el día anterior con cordialidad, pero para Gwen, esa charla aún estaba en el futuro. Complicado, ¿no?
Eso sin contar con que Gideon no se aclara con Gwen: parece amarla, al segundo siguiente la ignora, luego la trata mal, le vuelve a decir que la ama y al final... No, no debo decirles el final. Basta decir que se queda una con ganas de saber qué tan cierto es el último capítulo y qué tan cierto es el epílogo (porque se contradicen un poco, la verdad).
Y Charlotte, la prima de Gwen, no ayuda en nada metiendo su cuchara donde no la llaman. He de decir que Charlotte es de esas personas que en la vida real, causarían en mí una graciosa huida, para impedir que tuviera la oportunidad de exponer mis puntos débiles (en serio, esa chica es de las que le dan mala fama a la palabra "sabelotodo").
Aparecen unos cuantos personajes nuevos que me resultan simpáticos. Como Xemerius, que podría considerarse algo así como el "fantasma" de una gárgola (él se hace llamar daimon, pero en fin...). ¡Válgame, es imposible no sonreír al menos una vez con lo que dice! Como aquello de que los cines son la versión moderna de los pajares (o algo así). Ya se imaginarán por qué. O Raphael, hermano menor de Gideon, que hay que admitirlo, es un granuja con encanto e igual de guapo que el hermano, pero más simpático.
Por otro lado, hay que estar atenta a algunos pequeños detalles o al menos, procurar recordar lo que creamos que vale la pena. Repito, si una se decide a leer la trilogía entera (que yo pienso comprar Esmeralda, no lo duden, al menos para saber en qué acaba todo), con el tema de los viajes en el tiempo puede enredarse. bastante. No son errores de redacción las frases tipo "nos la pasaremos bien en la tarde de ayer". En este libro es posible. Y no me imagino los enredos que se armarán (y todos los que se aclararán) en Esmeralda.
Quizá no está muy ordenado lo que acabo de contar. Incluso puede que haya hablado de más o que a ojos de otros lectores de la saga, haya "destrozado" Zafiro, pero en fin... Es humildemente lo que quiero contar acerca de una historia que, reconozco, al principio no quería leer (cuando hace meses empecé a ver Rubí en las librerías, no quería comprarlo, lo digo en serio). Es una novelita rápida de leer, interesante, que puede alegrarte y sobresaltarte en un mismo capítulo.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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