miércoles, 14 de agosto de 2013

Describiendo a... (LVI)

Título: La Encantadora (en el idioma original, The Enchantress).

Autor: Michael Scott.

Sinopsis: [...] A Nicolas y Perenelle Flamel sólo les queda un día de vida y tienen una tarea que completar: defender San Francisco. [...] Sophie y Josh Newman han viajado diez mil años al pasado, a Danu Talis, siguiendo al doctor John Dee y a Virginia Dare. Y en esa isla legendaria es donde comenzará y acabará la batalla por el mundo pero nadie está completamente seguro de por qué o por quién luchan los gemelos. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S. L.

¿Qué les puedo decir? Ha sido una odisea, pero aquí está, lo último que tengo que decir sobre Los secretos del inmortal Nicolas Flamel. Ha sido una travesía de locos, porque vamos, el final de El Brujo era lo suficientemente impactante como para preguntarte qué, quién, cómo, cuándo y dónde. Así, como reporteros metiches y todo. Pero bueno, para que me entiendan, entremos en materia (con cuidado, que seguro algunos detalles serán spoilers para quien no haya leído la saga).

Danu Talis, también conocida como Atlántida, fue hace unos diez mil años el hogar de los Inmemoriales, y es a donde, de alguna forma, Josh y Sophie han llegado, topándose con la noticia de que los quieren de gobernantes al ser Oro y Plata. ¿Quiénes quieren ponerlos en la cima de la cadena de poder de Danu Talis? ¿Para qué? ¿Y cómo era ese mundo tan lejano de nuestro tiempo, tan distinto?

Por otro lado, en San Francisco parece que se desatará un pandemónium. La niebla ha sido convocada por un Inmemorial que, de una forma u otra, quiere la invasión de los monstruos que se encuentran encerrados en Alcatraz. Pero mientras unos cuantos se quedan en la ciudad, meditando cómo protegerla, otros han ido a atacar el corazón del problema, preguntándose si verán un nuevo amanecer y si están haciendo lo correcto.

No dejamos de toparnos con nombres de todas las culturas, habidas y por haber. Nombres de artefactos, de sitios, de dioses y diosas... Todo para crear una realidad que los humanos comunes y corrientes desconocen por completo, y nos hace pensar qué tanta verdad hay tras las leyendas y mitos que sobreviven a lo largo y ancho del globo. Y, caso aparte, se plantea una cuestión interesante sobre si el destino existe o cada quién es libre de tomar sus decisiones. Puede que sea una, puede que otra, o al final, una extraña mezcla de ambas sea la que dirige nuestras vidas.

Los escenarios se suceden con rapidez, sin saber a dónde mirar primero. Son demasiados personajes a los cuales hay que seguirles la pista, sobre todo porque, volviendo al punto anterior, muchos de ellos no acaban de creerse que, de una u otra forma, han sido conducidos al punto exacto donde están, geográfica y temporalmente, por un bien mucho mayor y del cual apenas tienen comprensión. La pregunta que queda es precisamente esa, ¿qué camino elegirán? ¿O acaso se harán a un lado, sin más, dejando que todo pase delante de sus ojos, sin mover ni un dedo?

Y el final... El condenado final... No, no puedo creerlo, ¡deduje una parte importante! (Bell rueda los ojos y se revuelve los cabellos). No solo la deduje, ¡acerté! Ah, pero el cómo se hizo realidad mi deducción fue el verdadero atractivo, lo que no acabó de arruinarlo todo. No, en serio, las cosas iban tan bien, luego yo imaginando que pasaría "eso", pero sin poder encajar cómo pasaría, y después... En fin, estoy exhibiendo mi estupefacción, que todavía perdura. Ya que, por si no lo sabían, queridos incautos, las seudo-reseñas son escritas en cuanto termino de leer el libro en turno y bueno, las impresiones causadas por el dichoso texto siguen frescas en la memoria.

Así pues, la saga es recomendable, aunque no para lectores principiantes, que luego acabarán desesperados a la mitad (de la saga o del primer libro, no lo tengo claro). A mí me gustó, claro, aunque dejara ciertas cuestiones en el aire que hubiera querido que mostraran con lujo de detalles. En fin...

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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