Título: Los Borodin I. Amor y honor (en el idioma original, Love and Honor).
Autor: Christopher Nicole.
Sinopsis: [...] El general ruso Dimitri Borodin muere en la batalla contra los japoneses y su hijo, Peter Borodin, se convierte en príncipe de Starogan. George Hayman, corresponsal estadounidense, y la princesa Ilona Borodina se enamoran. Peter ordena a George que regrese a Estados Unidos y obliga a Ilona a casarse con Sergei Roditchev, un príncipe tirano y sádico. Pasan seis años antes de que George e Ilona vuelvan a verse... (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Selector, S. A. de C. V.
¿Qué les puedo decir? Creo que ya lo había mencionado, pero Historia era una de mis asignaturas favoritas en la escuela. Claro, llegando a la universidad no la estudié mucho (en serio, hay que ver qué poca Historia hay en facultades como Contador Público), pero me seguía interesando, sobre todo por acontecimientos que quizá no recordaba bien o porque realmente no me los enseñaron a conciencia. Siempre he creído que, aunque las novelas son ficción, son una buena ventana a otras culturas, algo así como un vistazo que te pica la curiosidad por conocer más después. En el caso de Los Borodin, me llamó la atención porque poco o casi nada supe en la escuela de lo que acontecía en Rusia cuando en México no sé, estaba la dictadura de Porfirio Díaz, por ejemplo. Así que me lancé a comprar los ejemplares, uno por uno (el último fue adquirido en una de las FIL Zócalo a las que asistí), por lo cual pude leerla de corrido en cuanto el nombre de la serie salió de La Lata.
Hay una guerra entre Rusia y Japón, allá por los inicios de mil novecientos, la cual ha ido a cubrir George Hayman para el periódico de su padre. En su viaje, llega a hospedarse con la familia Borodin, cuyo patriarca es un general ruso de mucho prestigio y cuyo rango en la aristocracia de su país es apenas menor al del zar. Mientras cubre la guerra y da sus pronósticos sobre lo que podría pasar, George se siente atraído por la hija mayor de su anfitrión, Ilona, aunque parece ser cosa de un solo lado hasta que ella da señales de corresponder... pero conforme la desgracia cae sobre Rusia y en particular sobre los Borodin, el amor entre George e Ilona no es aceptado por la familia de ella, así que los separan sin miramientos.
Si les digo la verdad, creo que la sinopsis es demasiado explícita con ciertos puntos del libro, por lo cual en la presente seudo-reseña, el extracto está editado de tal forma que no les pase como a mí, que sentían que habían leído la mitad de la historia allí (y con un par de datos mal redactados, además). Aunque bien mirado, hay una parte que fue la que detonó mi curiosidad, así que por eso me animé con este libro y el resto de la serie.
Siguiendo con otra cosa, los personajes son lo bastante complejos (a veces) como para captar el interés del lector. George Hayman, como protagonista, es fácil de ponerse en sus zapatos, será porque es un americano y su forma de ver las cosas parece más familiar que la de todos los personajes rusos, que sí se les llega a comprender, pero solo después de hacerse a la idea de que vivían en una sociedad distinta, con un punto de vista que había perdurado tanto tiempo que era difícil que lo cambiaran de buenas a primeras. George nos hace ver a una familia rusa de los tiempos en los que el zar todavía gobernaba, cuando los títulos nobiliarios eran tales que los príncipes y princesas abundaban más que en otros países, porque claro, la familia gobernante eran el zar, la zarina y sus hijos (cuyos títulos ahora mismo no recuerdo). Hay algunos secundarios que se ganan una atención especial por sus apariciones y/o por sus acciones, aunque ya depende de cada quién si les agradan o no.
Aunque en ocasiones quería lanzar el ejemplar lejos, más que nada porque los párrafos interminables de reflexiones suelen aburrirme, no niego que aprendí algunas cosas de Rusia que antes no sabía. Cosas tan simples como los títulos nobiliarios antes mencionados, o cómo se llaman por sus nombres entre sí (dependiendo del título o de la cercanía de la persona con uno), o más o menos quiénes eran importantes en ese periodo histórico (que a lo mejor ya lo sabía, pero no lo recordaba), son detalles que aprecio, más siendo una seudo-escritora que a veces se le ocurren ideas de esos lados del mundo para sus fics (no se rían, por favor).
Para ser un inicio de serie, Los Borodin I no está nada mal. Su final puede ser tajante para quien no quiera seguir con el resto de los libros, pero si son como yo, claro que querrán seguir para enterarse de cómo les va a los personajes principales en la siguiente época que abarca la serie, que es una que quizá reconozcan un poco más por sus clases de Historia: la Revolución Rusa.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
Hay una guerra entre Rusia y Japón, allá por los inicios de mil novecientos, la cual ha ido a cubrir George Hayman para el periódico de su padre. En su viaje, llega a hospedarse con la familia Borodin, cuyo patriarca es un general ruso de mucho prestigio y cuyo rango en la aristocracia de su país es apenas menor al del zar. Mientras cubre la guerra y da sus pronósticos sobre lo que podría pasar, George se siente atraído por la hija mayor de su anfitrión, Ilona, aunque parece ser cosa de un solo lado hasta que ella da señales de corresponder... pero conforme la desgracia cae sobre Rusia y en particular sobre los Borodin, el amor entre George e Ilona no es aceptado por la familia de ella, así que los separan sin miramientos.
Si les digo la verdad, creo que la sinopsis es demasiado explícita con ciertos puntos del libro, por lo cual en la presente seudo-reseña, el extracto está editado de tal forma que no les pase como a mí, que sentían que habían leído la mitad de la historia allí (y con un par de datos mal redactados, además). Aunque bien mirado, hay una parte que fue la que detonó mi curiosidad, así que por eso me animé con este libro y el resto de la serie.
Siguiendo con otra cosa, los personajes son lo bastante complejos (a veces) como para captar el interés del lector. George Hayman, como protagonista, es fácil de ponerse en sus zapatos, será porque es un americano y su forma de ver las cosas parece más familiar que la de todos los personajes rusos, que sí se les llega a comprender, pero solo después de hacerse a la idea de que vivían en una sociedad distinta, con un punto de vista que había perdurado tanto tiempo que era difícil que lo cambiaran de buenas a primeras. George nos hace ver a una familia rusa de los tiempos en los que el zar todavía gobernaba, cuando los títulos nobiliarios eran tales que los príncipes y princesas abundaban más que en otros países, porque claro, la familia gobernante eran el zar, la zarina y sus hijos (cuyos títulos ahora mismo no recuerdo). Hay algunos secundarios que se ganan una atención especial por sus apariciones y/o por sus acciones, aunque ya depende de cada quién si les agradan o no.
Aunque en ocasiones quería lanzar el ejemplar lejos, más que nada porque los párrafos interminables de reflexiones suelen aburrirme, no niego que aprendí algunas cosas de Rusia que antes no sabía. Cosas tan simples como los títulos nobiliarios antes mencionados, o cómo se llaman por sus nombres entre sí (dependiendo del título o de la cercanía de la persona con uno), o más o menos quiénes eran importantes en ese periodo histórico (que a lo mejor ya lo sabía, pero no lo recordaba), son detalles que aprecio, más siendo una seudo-escritora que a veces se le ocurren ideas de esos lados del mundo para sus fics (no se rían, por favor).
Para ser un inicio de serie, Los Borodin I no está nada mal. Su final puede ser tajante para quien no quiera seguir con el resto de los libros, pero si son como yo, claro que querrán seguir para enterarse de cómo les va a los personajes principales en la siguiente época que abarca la serie, que es una que quizá reconozcan un poco más por sus clases de Historia: la Revolución Rusa.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
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