miércoles, 8 de febrero de 2017

Describiendo a... (CXCV)

Título: Las luces de septiembre.

Autor: Carlos Ruiz Zafón.

Sinopsis: Un misterioso fabricante de juguetes que vive recluido en una gigantesca mansión poblada de seres mecánicos y sombras del pasado... Un enigma en torno a extrañas luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro. Una criatura de pesadilla que se oculta en lo más profundo del bosque... Estos y otros elementos tejen la trama del misterio que unirá a Irene e Ismael para siempre durante un mágico verano en Bahía Azul. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Edebé.

¿Qué les puedo decir? Con esto, damas y caballeros, pasé a terminar momentáneamente con Ruiz Zafón y su llamada Trilogía de la Niebla. Como ya advertí (y seguramente muchos sabrán), las tres novelas no guardan relación unas con otras, así que desconozco de dónde surgió la denominación de "trilogía", pero en fin... Quizá fue en su momento mercadotecnia o algo por el estilo.

La familia de Irene pasa malos momentos cuando su padre muere. Ella y su madre tratan de ganarse la vida en París, por ellas mismas y el hermano pequeño de Irene, pero pronto es obvio que no será posible, así que un conocido le consigue a la madre un trabajo en un pueblo cercano a la costa, a donde no tardan en mudarse. Ismael es quien recuerda más a Irene y quien nos narra cómo se conocieron, cómo fue que ella y su familia se instalaron y para quién trabajaba la señora: un fabricante de juguetes ya retirado, cuya mansión es una colección de trabajos impresionantes... y en cierto modo, intimidantes. ¿Pero qué relación tendrán todos estos personajes con la leyenda de unas luces que aparecen en un bosque cercano y en el tramo de océano entre el pueblo y un faro abandonado?

Aquí es cuando confirmo que Ruiz Zafón trató a conciencia de no subestimar a los jóvenes, ofreciéndoles una historia que daba en qué pensar, con varios cabos que no parecían tener relación entre sí hasta muy avanzada la trama. En serio, salían como tres o cuatro cosas que llamaban la atención pero que eran completamente al azar. Eso puede confundir, se los digo yo, que al principio no sabía cómo emplear mi mente truculenta para desenmarañar qué pasaba, pero ¿para un adolescente que lo único que busca en un libro es entretenerse? Lo siento, Ruiz Zafón, pero a lo mejor en Las luces de septiembre quisiste hacerte demasiado el misterioso y por la extensión de la novela, no te acabó de funcionar. Al menos esa sensación me da.

Los personajes... Los que destacan son Ismael e Irene, obviamente, pero también la madre y el hermanito de ella tienen sus momentos en los cuales te agradan y deseas que a ninguno les pase nada, a ninguno de los cuatro. Y el gran villano no es tal, aunque sí el origen del mal... y eso es todo lo que puedo decir al respecto.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2016)

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