Autor: Christine Féret-Fleury.
Sinopsis: [...] Juliette toma el metro todos los días a la misma hora. Y lo que más disfruta del trayecto es observar a aquellos que leen a su alrededor. [...] los mira con curiosidad y ternura, como si sus lecturas, sus pasiones, la diversidad de sus vidas pudiesen dar color a la suya, monótona y previsible. Sin embargo, un día decide bajar dos estaciones antes de lo habitual, tomar un nuevo camino para ir a trabajar, sin saber que su vida estará a un solo paso de cambiar para siempre. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).
Editorial de mi ejemplar: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V. (a travès de DeBolsillo).
¿Qué les puedo decir? Este fue un libro que conseguí realmente por impulso. Llamó mi atención el título, como lectora que soy y que casi siempre saco un libro yendo en el transporte público. De hecho, recuerdo que el día de que compré este ejemplar, esperando el camión a su humilde casa, no tenía ganas de leer lo que traía en ese momento (uno del Cuarteto de Alejandría, aparecerán próximamente en las Seudo-reseñas), lo saqué y lo empecé. Al menos, eso es lo que recuerdo tras consultar las fechas en Goodreads, pero conociéndome, no debe estar muy lejos de la verdad... y queda mucho con la trama que iniciara a leer en un trasporte público.
La historia comienza al mostrarnos a Juliette yendo al trabajo en un metro de París. Ella es de observar a su alrededor y a veces, imaginar cosas, sobre todo porque su vida cotidiana es rutinaria y sí, un poco aburrida. Sus suposiciones sobre los otros usuarios del metro y sus respectivas lecturas la llevó, de alguna forma que no acaba de entender, a que rompa su rutina cierto día, bajándose del metro antes de llegar al trabajo. En el camino, se topa con un lugar curioso donde los libros atraen su mirada y resulta que, tras una conversación rápida y confusa, se ve involucrada en un tipo de movimiento en el que ella se lleva algunos libros y tendrá que hallarles lectores. No sabe ni cómo se metió en eso, ¿podrá con la tarea? ¿O sería mejor que la dejara de lado y hacer como que aquello nunca ocurrió? Ya se imaginarán qué hizo Juliette a continuación... porque sin la respuesta a ese dilema, no habría historia.
El que la gente se acerque a los libros es algo que llama mi atención siempre. Eso es, claro, porque a mí me gustan, pero también porque creo que algunas personas que conozco podrían disfrutar tal o cual lectura, o incluso les sería útil en un sentido más práctico. Mi diferencia con Juliette es que no iría de lleno a algo como lo suyo, porque la gente desconocida no se me da bien, ni porque compartamos gustos (incluso con la gente que conozco a veces no sé cómo hablarles de lo que me interesa), por eso es de admirarse que, después de pensarlo y recuperarse de cómo entró a ese lío, se esmera en realmente acercar una lectura a las personas a su alrededor, aunque al inicio parece que va a ciegas y elige lecturas por pura casualidad.
Por otro lado, la vida personal de Juliette avanza un poco dispersa, porque está soltera y no cree que se involucre con nadie, pero al mismo tiempo, no se siente totalmente bien por su cuenta, gracias a su rutina. Es hasta que decide cambiar la dichosa rutina, que algo comienza a avanzar en ella y se decide a disfrutar de la libertad de estar por su cuenta en más de un sentido. Lo único malo es lo nerviosa que eso la pone, porque volvemos al punto de que hay momentos en que no sabe cómo o cuándo se involucró en ciertas cosas, pero igual las saca adelante. Además de los libros, se involucra con algunas personas que afectan su vida, y en cuyas vidas también acaba metida por un momento, lo cual hace a Juliette a tomar algunas decisiones que antes ni se le hubieran ocurrido.
Al final, la historia me acabó gustando, pero sentí que podía dar para más. Juliette nos lleva de la mano por la historia, así que nos perdemos todo aquello que no conoce o no le cuentan los demás personajes. Así la cosa, no es extraño que nos quedemos con preguntas, sobre todo porque encaja en el personaje de Juliette que ella misma no hace demasiadas en ciertos momentos. No digo que fuera malo precisamente, solo que soy de las que les gusta enterarse de todos los detalles cuando leo, y cuando quedan algunos en el aire incluso terminada de leer la novela, algo contrariada sì te quedas.
Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.
(Leído en 2019)
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