Describiendo a... (CCCI)

Título: Asedio y Tormenta (en el idioma original, Siege and Storm).

Autor: Leigh Bardugo.

Sinopsis: En su intento por huir de Ravka y dejar atrás a los Grisha, Alina y Malyen se embarcan en un viaje a través del Mar Auténtico. Pero por mucho que lo deseen, hay tres cosas de las que Alina jamás podrá escapar. Su pasado. Su poder. Y su destino. Alina pronto va a tener que enfrentarse a una terrible verdad. [...] (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Editorial Hidra, S. L.

¿Qué les puedo decir? No es novedad para nadie que, una vez que empiezo a leer una serie, procuro que sea completa y de corrido; cuando aplica, al menos que sea lo que haya publicado en español. Para cuando se publique la presente Seudo-reseña, mucha gente sabrá que mis ejemplares ya son raros de encontrar, pero en su momento también lo fue... al menos, cuando por fin me decidí a conseguirlos, aunque no demasiado. Con el final de Sombra y Hueso, pensé que no quedaba mucho impacto en lo que viniera, pero al mismo tiempo, como escritora amateur y lectora consumada, sé que el intermedio de una saga puede ser de lo más intenso. Pasemos a lo que interesa, ya me dirán si tengo razón o no.

Alina Starkov ha dejado su país tras los acontecimientos de Sombra y Hueso, sin mucha intención de volver y al mismo tiempo, preguntándose cuándo la encontrarán sus fantasmas. Con el poder que ahora sabe que posee, lo mismo que un artefacto con el que carga, no es difícil de imaginar que Alina no podrá pasar desapercibida y lejana a quienes quieren hallarla. Y tal vez no debería aislarse, pero teme lo que pasará si acaba cediendo a cierta oscuridad, además de que se embarca, sin saber cómo resultará, en la búsqueda de otro artefacto que quizá la encadene más a un destino que no quiere. Solo su voluntad y la gente a su alrededor podrán salvarla, pero ella misma... no está segura de querer que la salven en cierto punto.

Cuando los protagonistas de una saga se enfrentan a crisis existenciales, pueden acabar de varias formas. Se aprecia cuando la crisis lleva al protagonista a aprender una lección, pero también es trágico cuando la lección llega después de mucho sufrimiento. Alina es de esas, porque no bastó con todo lo que ya le pasó en Sombra y Hueso (que algunas cosas no son para nada gratas), sino que en Asedio y Tormenta no deja de pelear consigo misma, sabiendo las diferencias entre bien y mal, pero a veces sintiéndose incapaz de seguir resistiendo con firmeza para actuar como lo cree mejor. En todo ese conflicto intervienen no solo sus facultades como una Grisha fuera de lo común, sino las personas con las que se va relacionando: algunas son buenas, otras son malas, y unas cuantas más no son lo que parecen y acaban dándole sorpresas, tanto a su favor como en su contra. Es cuando quizá, nos pongamos un poco más del lado de Alina y sus más allegados porque ¿no puede tener un descanso la pobre chica? ¿Siempre tiene que estar a un pelo de morir o volverse loca? (Y no, creo que no exagero con eso último). Por momentos, me daba la impresión de que Alina iba a convertirse en una PAI (Protagonista Adolescente Idiota), pero primero, en su mundo debió madurar bastante pronto y casi ya no es adolescente; y segundo, al enfocarse en algunas metas, puede que reduzca la idiotez. Tal vez.

Todo eso lo digo para reafirmar lo que comentaba casi al inicio: el o los libros intermedios de una saga suelen ser densos, con muchas cosas pasando al mismo tiempo que tienen bastante sentido para la trama conforme se desarrolla y su final presagia todo un espectáculo para el o los libros del final. En este caso, hablamos de una trilogía, así que el elenco presentado comienza a ser el más importante, los datos para ir resolviendo misterios quedan más claros y es cuando empiezas a preguntarte si todos los conflictos podrán resolverse en el siguiente libro, viendo la conclusión a la que Bardugo llevó a Asedio y Tormenta. Ajá, no suena nada sencillo, ¿verdad? Descúbranlo por su cuenta si quieren, no creo que se sientan decepcionados.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2019)