miércoles, 31 de enero de 2024

Describiendo a... (CCCII)

Título: Ruina y Ascenso (en el idioma original, Ruin and Rising).

Autor: Leigh Bardugo.

Sinopsis: Bajo tierra, [...], Alina es a la vez prisionera y objeto de adoración. Está muy débil, y la idea de embarcarse en un nuevo viaje [...], parece una locura. Pero su poder ha cambiado desde la última batalla, y sus nuevas habilidades podrían aterrorizar incluso a sus propios aliados. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Editorial Hidra, S. L. 

¿Qué les puedo decir? Muchos sabemos que el final de una saga puede ser tenso de leer, porque recuerdas todo lo que sabes hasta ahora y te preguntas con qué te saldrá el autor en turno esta vez. Al menos, esa es la sensación que tengo con sagas que me van gustando y la emoción hace que quiera leer mucho de golpe, al mismo tiempo que deseo que el libro me dure. Con Ruina y Ascenso, hubo mucho de eso, pero mejor no adelantarse, vamos paso a paso.

Alina, habiendo salido viva de los últimos sucesos de Asedio y Tormenta, está en lo que es a la vez refugio y prisión. La han escondido de sus enemigos actuales, pero tampoco le permiten hacer mucho, entre ello el fortalecer de nuevo su facultad de Grisha. Así las cosas, podría ser fácil que se dejara llevar y que el destino de su país ya no recayera en ella, pero sabe que no es tan simple: las personas que ahora la ayudan también la custodian, como a una presa con privilegios de lujo, y eso no será bueno a la larga, como tampoco es bueno que el gran enemigo de su patria parezca haber ganado al fin. La guerra está por todos lados y Alina, al decidirse, va por todo: quizá muera en el intento, quizá solo se pierda en la oscuridad, pero tal vez sobreviva... sin nadie a su lado para compartir el milagro.

Aquí es cuando Bardugo puso toda la tensión que se venía desarrollando en su trilogía y apostó por el máximo. ¿Por qué lo digo? Bueno, los conflictos de la trama parecían complicarse por momentos, en lugar de arreglarse, y Alina no le veía remedio a su situación más que hacer algunas cosas que definitivamente no quería. Como personaje protagonista, podría pensarse que al final haría lo correcto, pero si han ido leído la historia como yo, sabrán que no es tan sencillo: Alina está, de cierta forma, "encadenada", y debe actuar como pueda incluso con eso, esperando no rendirse a lo que el antagonista quiere de ella; por otro lado, si bien tiene aliados, no está de acuerdo completamente con todos, y cada uno quiere que Alina actúe de cierta manera y cualquiera, aparte de ella, diría que no se puede complacer a todos, que hay que llegar a un acuerdo. El problema es que la trama avanza hacia lo que parece una batalla peor que las anteriores que Alina ha vivido, y quizá no salgan todos de ella, por lo que se pregunta lo que cualquiera, "¿valdrá la pena?"

Lo que creo que no había mencionado hasta ahora (lo cual me sorprende) es que hay una obvia influencia rusa en esta trilogía, desde los nombres de los personajes hasta el vocabulario, la organización política, los mitos de la gente y también algo de su religión (entre otros detalles). Hay algo mencionado en este libro sin cesar que, para quienes conocen cuentos clásicos, les será familiar (pero los dejaré con la duda porque es algo importante de la trama). Yo de los rusos he leído poco y un par de veces investigué por crear a personajes de esa nacionalidad para mis fics, pero precisamente por mi conocimiento escaso, me gustó interesarme en lo que el folclore ruso pudo o no haber aportado a este mundo.

A la fecha de la publicación de esta seudo-reseña, sé con el resto del mundo que esta trilogía no es la única que Bardugo ambientó en este universo, así que no duden en que volveré con algo de eso.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

(Leído en 2019)

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